Cómo las quesadillas pueden ser un desayuno muy nutritivo, saludable y saciante

Expertos señalan que la quesadilla resulta mejor que un desayuno muy pequeño o bajo en calorías

La quesadilla puede ser una preparación equilibrada.

La quesadilla puede ser una preparación equilibrada. Crédito: Kira Hoffmann | Pixabay

Las quesadillas son un popular platillo mexicano que se consume lo mismo para la cena o el desayuno. Sus ingredientes principales son la tortilla de maíz y el queso. Puede ser tortilla recién hecha en el comal o tortillas frías que se calientan hasta que el queso se funde.

La quesadilla también suele complementarse con otros ingredientes, como los hongos (entre ellos el huitlacoche), la flor de calabaza, tinga de pollo, carne de res, chicharrón, rajas o papa.

Esta preparación es un desayuno muy conveniente porque además de ser sabrosa y saciante, la quesadilla puede ser saludable y equilibrada según expertos en nutrición.

Con energía, nutrido y con menos antojos de azúcar

La dietista Christy Brissette señala en The Healthy que una quesadilla de desayuno aporta proteínas, te mantiene con energía y alerta por la mañana, también te ayuda a evitar comer en exceso más tarde en el día.

Desayunar una quesadilla resulta mejor que un desayuno muy pequeño o bajo en calorías ya que estos últimos aumentan la sensación de hambre y el antojo de bocadillos dulces, de acuerdo a la Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo.

Mejor de desayuno que de cena

La quesadilla es mejor de desayuno que de cena porque la termogénesis inducida por la dieta es más alta por la mañana que por la noche, independientemente de la cantidad de calorías consumidas. Por ello se debe preferir un desayuno abundante a una cena abundante para prevenir la obesidad y los picos altos de glucosa en sangre.

Cómo hacer una quesadilla saludable

Elige un queso bajo en grasas, de no ser posible, usa la mitad del queso normal y aumenta el volumen de tu quesadilla con otros ingredientes.

De preferencia usa tortilla integral, ya sea de maíz u otro grano.

Suma proteínas. Con más proteína será más saciante, además la protéina es importante en la dieta para ayudarle al cuerpo a reparar células y producir células nuevas.

Si no tienes pollo, pavo u otra carne magra, el huevo también te ofrece proteínas de alta calidad. Otra opción es sumar proteína vegetal como frijoles refritos (opta por bajos en grasa y sodio).

Agrega vegetales. Cuando le pones vegetales a tu quesadilla estás obteniendo aún más ventajas, una mayor cantidad de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Hongos, flores, pimientos, jalapeños, quelites, espinacas, las opciones son muchas.

Opta por grasas saludables. Para saltear tus ingredientes elige por un poco de aceite de oliva o usa aceite de aguacate en lugar de agregar mantequilla.

Agrega salsa. Las salsas son una deliciosa adición picante, guacamole, salsa ranchera o tu salsa favorita. La comida picante no solo contribuye a sentirte de buen ánimo, el chile es fuente de vitamina C y también tiene compuestos antioxidantes y antiinflamatorios. Evita las salsas muy procesadas con exceso de sodio, azúcar y aditivos.

La dietista Brissette pone el ejemplo quesadilla saludable hecha con: queso mozzarella parcialmente descremado; huevo revuelto con media taza de espinacas y rebanadas de cebolla, cocinado con aceite de oliva y condimentado con pimienta; frijoles y salsa.

Elabora tu quesadilla con los ingredientes de tu agarado considerando las recomendaciones para hacerla saludable, saciante y nutritiva.

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