¿Por qué no debes confiar en alimentos “bajos en grasa” o “sin grasa”?
Menos grasas puede significar más calorías e ingredientes no deseados
Cuando quieres cuidar tu salud y tu peso, estás en el camino correcto optando por productos sin azúcares añadidos y bajos en sodio. Pero en cuanto a los productos “bajos en grasa” o “sin grasa”, debes tener cuidado.
Más calorías e ingredientes no deseados
A muchos alimentos a los que se les retira grasa pueden necesitar sabor, pongamos de ejemplo el yogur. Algunos yogures pueden ser bajos en grasa, pero con alto contenido de azúcar para mejorar su sabor.
WebMD señala que para compensar el sabor en los productos a los que se les ha reducido grasa, además de azúcar, también se suelen añadir harina, espesantes y sal. Lo que suma calorías.
El azúcar agregado favorece la obesidad, contribuye al desarrollo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y otras afecciones crónicas.
Mientras que el alto consumo de sal se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, señala la Organización Mundial de la Salud.
Menos satisfactorios
Otra desventaja es que los alimentos bajos en grasa o sin grasa pueden ser menos satisfactorios, por lo que es posible que comas más de lo debido.
¿Qué hacer?
Revisa las etiquetas de los alimentos y asegúrate que el producto no esté cargado de azúcar, sodio o aditivos. Compara las calorías con la versión normal y verifica el tamaño de la porción.
Que sea bajo en grasa no quiere decir que debas exceder las porciones. Sumando esas porciones puedes tener una gran cantidad de calorías.
Para sentirte satisfecho opta por más frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Estos alimentos te proporcionan fibra y nutrientes, tienes más saciedad, menos calorías y menos grasas.
No todas las grasas son malas
Las grasas buenas o saludables son aquellas insaturadas, que pueden ser monoinsaturadas o poliinsaturadas.
Las grasas “buenas” se consideran grasas beneficiosas porque pueden mejorar los niveles de colesterol en sangre, aliviar la inflamación y estabilizar el ritmo cardíaco, explica la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH).
¿Dónde se encuentran las grasas saludables? son principalmente de origen vegetal, aunque también hay algunas de origen animal. Por ejemplo: aceite de oliva y aguacate (ácido oleico); nueces, almendras y cacahuates (también cuando se hacen mantequilla); semillas como la chía y la linaza; y los pescados grasos como el salmón, atún, sardinas, caballa y arenque que son la principal fuente de ácidos grasos omega-3.
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