Por qué un esguince puede no curarse “nunca”

Las esguinces de tobillo son comunes, pero hay motivos por los que tardan en sanar

Esguince

Algunos lesiones pueden requerir fisioterapia.  Crédito: Shutterstock

Los esguinces que se producen en los tobillos son muy comunes y su diagnóstico se puede realizar con facilidad. Sin embargo, hay detalles que pueden pasarse por alto, y estos son lo que podrían hacer que este tipo de lesiones se compliquen y duren varios meses o incluso años en sanar.

Hay varios tratamientos que se pueden seguir, como los masajes o la fisioterapia, pero para conocer cuál es la mejor opción, lo recomendable siempre será visitar a tu médico de confianza.

Cómo se producen los esguinces

En esencia, este tipo de lesiones se produce debido a un mal movimiento de la articulación. Cuando realizamos un movimiento brusco, como una flexión plantar forzada, que es el movimiento que se produce cuando el pie se queda enganchado debajo de los glúteos, se tensan varios músculos y tendones.

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Un mal movimiento en la articulación podría generar una lesión grave. Fuente: Pixabay

Ahora bien, cuando se tensan, se produce un mecanismo de defensa, por llamarlo de alguna manera, para evitar que la tensión dañe los tendones, aunque ya se haya producido el esguince.

Cuando la lesión se vuelve crónica

El mecanismo de protección que se activa es el que puede causar la lesión. Esto se debe a que en los músculos existen unos receptores llamados huso muscular.

En los tendones, por otro lado, se encuentran los receptores de golgi. Al torcerse el tobillo, sobre todo cuando se flexiona el pie y este se queda enganchado, se inicia un mecanismo llamado inhibición del tibial anterior.

Cuando existe una tensión de estiramiento, los receptores que se encuentran en los tendones, los receptores de golgi se activan y envían señales al cerebro indicando que si sigue el estiramiento, el tendón podría romperse.

Así, el cerebro enviará una señal a los receptores musculares del huso muscular para que estos dejen de contraerse al tratar de llevar al pie a su posición natural. Si no lo hacen, el tendón se romperá.

Así, tal como señala el fisioterapeuta David Nogueiras en Fisioonline, este mecanismo de protección lleva a que el músculo deje de trabajar en ese momento. Sin embargo, podría suceder que deje de funcionar de forma definitiva, produciendo la inhibición del tibial anterior.

De esta forma, una lesión que, en esencia no es grave, podría perdurar por largo tiempo si no se encuentra la causa correcta.

Cómo identificar un esguince crónico

dolor por esguince
Es importante que la posible lesión sea revisada por un especialista. Fuente: Unsplash

Para identificar este tipo de esguince solo se debe realizar una prueba de fuerza conocida como fuerza del tibial anterior.

Para realizar esta prueba, se debe subir la punta del pie en dirección a los ojos y hay que resistir la subida. Si, en comparación con el otro pie hay poca fuerza o ninguna, entonces es probable que tengamos esta lesión.

Claro está, para tener una seguridad con respecto a eso, lo más recomendable es que esta prueba la realice un fisioterapeuta. Es importante realizar esta prueba para evitar que el dolor o las molestias se prolonguen.

Tratamiento

Una vez identificado el problema, este se puede solucionar con varias sesiones de fisioterapia. Aunque se pueden hacer de forma individual, es mejor que un especialista acompañe los ejercicios.

En especial porque es necesario hacer una serie de masajes sobre el tibial anterior. Luego hay que hacer una serie de ejercicios simples, pues se deben estirar las piernas y los pies flexionándolos hacia atrás, como apuntando sus dedos hacia los ojos.

Luego es recomendable realizarse un chequeo médico para evaluar cómo sigue la lesión y determinar qué otros tratamientos se podrían seguir.

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