Cómo se puede solucionar una relación tóxica entre hermanos

Los hermanos siempre están ahí para ayudarse, o por lo menos eso es lo que se debería esperar. Sin embargo, los conflictos surgen en muchas familias y es normal que se produzcan altercados difíciles de solucionar.

Pero ¿qué hacer si la relación se vuelve tóxica? Aunque en una relación filial los problemas sean constantes, es posible remediarlos y buscar mecanismos para que los hermanos se lleven mejor, todo esto por el bien de su salud mental y emocional.

Identificar la raíz del problema

La relación de hermanos se construye desde la infancia. En esto influyen diversos factores como la crianza y el entorno, el trato de los padres hacia cada uno de los hijos y la personalidad de cada quien.

Así, al ir creciendo, en la relación se puede comenzar a ver los patrones de conducta. La relación tóxica puede surgir por diferentes motivos, tales como la preferencia de los padres por uno de sus hijos, o por la diferencia de personalidades y carácter.

En este sentido, se puede decir que el vínculo más importante en toda relación, incluso en la relación de hermanos, es el amor.

Pero tal como indica la Psicóloga de la Clínica Vespucio, Jessica Piña, para Cultura Colectiva, es normal que haya un amor que no sea correspondido a pesar de que exista algún lazo sanguíneo.

¿Falta de amor entre hermanos?

Se podría argumentar que la falta de amor sería el causante de las complicaciones en la relación. Si bien podría ser así, no es la única causa.

Los hermanos a medida que crecen van desarrollando su propia personalidad. Ahora bien, la pregunta es ¿hasta qué punto son especiales los hermanos dentro de la vida de cada uno?

Hay hermanos cuya relación es sólida. Sin embargo, hay otros que no se toleran debido a las diferencias de personalidades y las circunstancias de su propia crianza. Para limar asperezas entre los hermanos, los padres deberían intervenir e idear estrategias para que ambos se lleven bien.

Cómo remediar la situación de conflicto

Para remediar la relación hay que fomentar la comunicación y la tolerancia. Además, a medida que vayan creciendo los pequeños y vayan ganando madurez, tal vez sean más conscientes de sus propias conductas.

Durante la adolescencia los muchachos van marcando su personalidad, y es cuando surgen los conflictos más fuertes. Si la relación entre los hermanos no funciona y sigue siendo complicada con el paso del tiempo, lo mejor es que se den espacio y tiempo para recuperar el vínculo.

Al separarse, podrán tener tiempo de madurar y crecer, y de esta forma, hacer cambios que llenen sus vidas. Es importante que cada quien mejore su capacidad de tolerancia, que logre tener una mejor comunicación y que esta sea efectiva.

Por lo general, toma tiempo lograr estos cambios y muchos hermanos terminan reconciliándose en su etapa adulta.

Por eso, los padres deben ser buenos observadores para darse cuenta del tipo de relación que están cultivando sus hijos. Ellos mismos podrían intervenir como intermediarios de los conflictos.

La terapia familiar también será de gran ayuda para que puedan remediar la situación y deje de existir agresión entre los hermanos.

Al final, si el grado de conflictividad se mantiene durante todo ese tiempo de infancia y adolescencia, tal vez, con el paso del tiempo, logren reconciliarse y aceptar lo bueno que tiene cada uno.

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