¿Por qué no debes colocarle a tu bebé bandas, moños u otros accesorios en su cabeza?
Toda madre quiere que su pequeña luzca hermosa, como auténtica muñeca, por lo que suelen ponerles este tipo de accesorios que los especialistas de salud no recomiendan
Sin duda se ven hermosas, pero son peligrosas. Crédito: Shutterstock
Hay muchas mujeres que siempre soñaron con convertirse en madres de una niña para así convertirla en su “muñeca viviente”, es decir, para poder vestirla, peinarla y llenarla de bellos accesorios.
Es por ello que es común que veamos a bebés de meses luciendo hermosas bandas, cintas o moños en su cabeza, a pesar de no tener una larga o abundante cabellera, pero que sin duda les da un toque coqueto y femenino muy especial.
Si eres de esas madres a las que les gusta ver luciendo a su bebé este tipo de artículos, quizá sea momento de que dejes de colocárselos.
Pediatras y expertos en salud recalcan que los bebés nacen con los huesos del cráneo desunidos, a lo que popularmente se le conoce como mollera. Es en promedio a los 19 meses de nacido este se cierra por completo.
Las bandas o diademas someten a las bebés a una presión constante, lo que podría provocarles alteraciones o malformaciones craneoencefálicas tempranas además de que la presión en el cerebro que puede exponerlos a posibles lesiones, lo cual resulta muy peligroso.
Otros daños a los bebés relacionados con bandas y diademas
Estas también podrían afectar el funcionamiento gástrico pues estas comprimen el nervio vago, que pasa muy de cerca del foramen yugular y se encarga de regular las respuestas sensitivas y motoras del intestino, lo que a su vez aumenta el riesgo de padecer reflujo gastroesofágico.
Además, estos accesorios aumentan el riesgo de asfixia, ya generalmente son de tamaño pequeño que pueden ser llevados fácilmente a la boca. De hecho, se estima que estos objetos son el causante del 50% de los casos de ahogamiento en menores de 3 años.
Por su parte, expertos en dermatología indican que peinar todo el cabello y recogerlo en coletas provoca el estiramiento de las células capilares las cuales se debilitan y se produce la pérdida de cabello.
