Cómo una dieta saludable es clave para construir inmunidad contra el Covid
Gozar de un cuerpo sano y una inmunidad fuerte, es posible a través del consumo de alimentos integrales, evitando la ingesta de procesados ricos en azúcar, grasas y sal, y el alcohol. Está combinación de factores reduce considerablemente el riesgo de contagio por el virus de Covid-19
Si bien la vacuna contra el Covid-19 llegó a darnos un respiro, no podemos bajar la guardia. La segunda ola del virus está causando estragos en todo Estados Unidos, además se ha comprobado que las nuevas mutaciones también afectan a la población más joven. Por fortuna se ha comprobado que un cuerpo sano y una inmunidad fuerte pueden aumentar considerablemente las posibilidades de combatir el virus, es bien sabido que una dieta saludable y equilibrada es la base para lograrlo. No en vano durante toda la pandemia comer sano ha sido uno de los hábitos más importantes y determinantes, finalmente lo que comemos y bebemos afecta la capacidad de nuestro cuerpo para prevenir, combatir y recuperarse de infecciones.
Lo cierto es que aunque no existen alimentos o suplementos dietéticos para prevenir o curar la infección por COVID-19, seguir una dieta rica en alimentos integrales de gran potencial medicinal es importante para apoyar el funcionamiento del sistema inmunológico. Además, una buena nutrición también es clave para reducir las probabilidades de desarrollar otros problemas de salud, como lo son las enfermedades crónicas como la obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y algunos tipos de cáncer, y combatir las comorbilidades.
¿Cuáles son los básicos de una dieta saludable contra el Covid?
1. Consume alimentos variados, incluidas frutas y verduras
El cuerpo necesita una gran cantidad de nutrientes y micronutrientes. Por fortuna existen una amplia variedad de alimentos, su combinación es clave para crear una equilibrada que aporte todo lo que el cuerpo necesita. Es indispensable consumir de manera balanceada de todos los grupos de alimentos: cereales integrales como trigo, maíz y arroz, legumbres como lentejas y frijoles, muchas frutas y verduras frescas, con buenas fuentes de proteínas de origen animal (por ejemplo, carne, pescado, huevos y leche). También es importante apostar por el consumo de productos integrales como el maíz, mijo, avena, trigo y arroz integral; son muy ricos en fibra que se asocia con grandes beneficios para promover la pérdida de peso, mejorar la salud digestiva y cardiovascular.
2. Limita el consumo de azúcar
El excesivo consumo de azúcar es considerado uno de los hábitos más peligrosos para la salud, ya que suele ocasionar una larga lista de enfermedades crónicas. Es una de las principales causas de obesidad, puede provocar diabetes, resistencia a la insulina, inflamación, problemas de salud mental y cardiovasculares. También puede aumentar el riesgo de cáncer. Por lo tanto es importante controlar el consumo de azúcar, la cual se encuentra en una larga lista de alimentos procesados como son los dulces, postres, refrescos, bebidas azucaradas, jugos de frutas, bebidas energéticas, té y algunos productos lácteos. Apuesta por el consumo de frutas frescas, yogurt bajo en grasas, chocolate puro y deja los postres para ocasiones especiales y en porciones pequeñas.
3. Evita la sal en exceso
Otra de las constantes advertencias dietéticas de los expertos en medicina es limitar el consumo de sal, si bien es un nutriente esencial para el funcionamiento del cuerpo es indispensable la moderación. No es ningún secreto decir que demasiada sal es causa directa de hipertensión y consecuentemente insuficiencia cardíaca, ataque cardíaco, problemas renales, retención de líquidos, accidente cerebrovascular y osteoporosis. La sal es uno de los principales depresores del sistema inmune y nos hace más propensos a padecer todo tipo de enfermedades. Es indispensable evitar todo tipo de alimentos procesados, comidas rápidas, enlatados, salsas y condimentos, brillan por su alto contenido en sodio y hacen que nos excedamos por mucho de los requerimientos por día. Las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejan limitar el consumo de sal a 5 gramos (equivalente a una cucharadita) al día, cocinar en casa y utilizar especias como condimento.
4. Consume cantidades moderadas de grasas y aceites saludables
En los últimos años el consumo de grasas en la dieta había sido algo controversial, hoy en día sabemos que elegir fuentes de grasas saludables beneficia al organismo e inclusive se relaciona con la pérdida de peso. El consumo excesivo de grasas saturadas, se relaciona con múltiples problemas de salud como obesidad, enfermedades cardíacas e hígado graso. Sin embargo apostar por el consumo de grasas saludables es indispensable para garantizar una nutrición adecuada y sobre todo juega un papel esencial en un sistema inmune fuerte. Apuesta por el consumo de aceite de oliva, soja o maíz, aguacate y frutos secos. Elige carnes blancas como aves y pescado, que generalmente son más bajas en grasas que las carnes rojas; y limita el consumo de carnes procesadas. Selecciona versiones de leche y productos lácteos con bajo contenido de grasa o de grasa reducida. Evita los alimentos procesados, horneados y fritos que contienen grasas trans producidas industrialmente. También es importante prestar atención en los métodos de cocción, intenta cocinar al vapor o hervir en lugar de freír los alimentos.
5. Evita el consumo de alcohol
El alcohol no forma parte de una dieta saludable. Su consumo deteriora la salud física, mental y emocional, además deprime al sistema inmunológico y nos hace más propensos a sufrir todo tipo de enfermedades. Su ingesta frecuente aumenta la inflamación de cuerpo, deteriora el funcionamiento hepático y renal, aumenta el riesgo de sufrir cáncer, enfermedades cardíacas, mentales y se deriva en trastornos del sueño, que afectan gravemente el bienestar y la salud.