La carne vacuna no orgánica puede contener bacterias peligrosas y causar intoxicaciones alimentarias
Para quienes aman la carne y quieren seguir incluyéndola de manera equilibrada en la dieta diaria, la recomendación más importante es apostar por el consumo de variantes orgánicas. No solo disminuyen el riesgo de enfermedades crónicas, debido a su procesamiento son mucho menos propensas a las bacterias patógenas que causan intoxicaciones alimentarias
Si bien la actual tendencia de salud y nutrición promueve seguir una dieta basada en plantas, no todas las personas están dispuestas a dejar de disfrutar de un delicioso corte de carne, lo cual es completamente válido. Sin embargo es importante tomar decisiones saludables, hoy sabemos con mucha claridad que el tipo y cantidad de carne que consumamos, marcará una significativa diferencia. Es por ello que todos hablan sobre los beneficios de consumir carne orgánica, en lo que respecta a los nutrientes, la carne a modo general (sea orgánica o no) contiene prácticamente las mismas proteínas, vitaminas y minerales. Aunque es un hecho que las opciones orgánicas son de gran ayuda para evitar el consumo de hormonas y antibióticos nocivos. Sin embargo, una nueva investigación llega para brindarnos un incentivo adicional para comprar carne orgánica ¿La razón? Es una alternativa que tiene menos probabilidades de contener bacterias dañinas que podrían aumentar el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos.
Un nuevo estudio encabezado por investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, encontró que es más probable que la carne no orgánica contenga organismos resistentes a múltiples fármacos que pueden dejar a los consumidores de carne en un mucho mayor riesgo de sufrir intoxicaciones alimentarias y otros riesgos de salud. El primer autor del estudio Gabriel K. Innes, declaró que los organismos resistentes a múltiples fármacos son gérmenes que pueden causar infecciones que son más difíciles de tratar para los médicos con antibióticos y esto puede llevar a estadías más prolongadas en atención médica, mayores costos incurridos y sobre todo en más muertes.
El estudio se basó en analizar datos sobre contaminaciones bacterianas en cuatro tipos de carne: pechuga de pollo, chuleta de cerdo, carne molida y pavo molido. Lo interesante es que se realizó por un período de seis años, es decir se analizaron cerca de 40,000 muestras entre el 2012 y 2017. Los investigadores incluyeron todo tipo de observaciones y detalles: observaron cómo se producía la carne (es decir cómo fueron criados los animales, incluido lo que comían) y cómo se procesaba (empaquetada en una instalación), con el objetivo de comprender mejor la conexión entre la carne y la contaminación.
¿Qué encontraron? Alrededor del 4% de las muestras producidas y procesadas en instalaciones no orgánicas estaban contaminadas con patógenos que causan enfermedades transmitidas por los alimentos como E. coli y salmonella. Mientras tanto, menos del 1% de las muestras de carne producidas orgánicamente que se procesaron en instalaciones de procesamiento “divididas” (que manejan carne orgánica y convencional) estaban contaminadas. Cabe mencionar que los investigadores señalaron que aquellos animales que se crían en granjas que siguen prácticas orgánicas, que son llevados al final de su vida a instalaciones que procesan exclusivamente carne orgánica son los más seguros para consumir. De hecho, el estudio incluso reveló que entre las carnes producidas de manera convencional, las que también se procesaban en instalaciones que manejaban exclusivamente carnes convencionales estaban contaminadas con bacterias un tercio de las veces. Por otro lado, las carnes convencionales manipuladas en instalaciones divididas estaban contaminadas con bacterias una cuarta parte del tiempo.
Este tipo de hallazgos llegan para confirmaros que la forma en que se crían y procesan los animales destinados a la alimentación, es muy relevante e importante no solo para la salud del animal, sino para la salud humana. Finalmente no todas las personas están interesadas en cambiar a un estilo de alimentación basado en plantas, así que la sugerencia de los especialistas es apostar por un esquema de alimentación inspirado en el estilo de vida mediterránea. En el cual el consumo de carnes rojas, es meramente ocasional y siempre como un complemento, en una dieta rica en frutas, vegetales, frutos secos, semillas, lácteos bajos en grasa y grasas saludables ¿Lo más importante? Cuando decidas comer carne roja, de cerdo o pollo, apuesta por invertir un poco más en las variantes orgánicas, no solo evitarán la presencia de patógenos que deterioran tu salud, son el futuro en la prevención de enfermedades crónicas.
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