Los alimentos que deberás olvidar después de los 30

A medida que envejecemos el cuerpo cambia, sobre todo después de los 30 años de edad. El metabolismo suele deteriorase y somos más propensos a acumular grasa, ganar peso y padecer enfermedades crónicas, descubre cuáles son los peores alimentos que activan el proceso de envejecimiento

Consumo de alcohol

Cuando hablamos de colesterol alto, lo que bebemos y comemos es igual de importante. De acuerdo con los expertos, el excesivo consumo de alcohol, refrescos, bebidas y cafés endulzados puede incrementar el riesgo. Crédito: Photo by Elevate on Unsplash | Unsplash

No necesariamente tienes que sentirte diferente entre la época de la adolescencia y en la veintena, sin embargo es bien sabido que las cosas pueden cambiar a partir de los 30. De acuerdo con los expertos, en muchos casos el cuerpo puede sufrir algunas alteraciones, que dan por inicio al proceso normal de envejecimiento. Y con ello uno de los aspectos más afectados es el metabolismo, que tiende a volverse más lento y con ello resulta cada vez más difícil perder peso. Además, con ello el cuerpo tiende a acumular más grasa corporal que cada vez resulta más complicado quemar y también la salud puede deteriorarse aumentando el riesgo de padecer ciertas condiciones crónicas.

Hoy en día se cuenta con numerosos estudios y trabajos de investigación científica en los cuales se comprueba el importante papel de la nutrición en el proceso de envejecimiento. Así como existen buenos aliados para ayudar al cuerpo a envejecer con más gracia, hay otros que simplemente son el peor aliado. Con base en ello nos dimos a la tarea de recopilar la lista de alimentos que deberás guardar en un cajón después de los 30.

1. Yogurts saborizados

Actualmente, cada vez son más las personas que procuran seguir un estilo de vida con un consumo limitado de azúcar, es bien sabido que es una de las más fieles herramientas para prevenir enfermedades crónicas. Sin embargo, por desgracia el azúcar se encuentra escondida en numerosos alimentos cotidianos y ultraprocesados que solemos considerar como saludables. Uno de los más preocupantes son los yogurts saborizados, que se destacan por su alto contenido en azúcares añadidos, saborizantes y sustancias químicas. Se estima que en algunos casos una simple porción de 100 gramos puede contener hasta 22 gramos de azúcar, por lo tanto es fundamental apostar por las versiones de yogurt griego y natural 100% natural

Yogurts saborizados
Yogurts saborizados./Foto Shutterstock Crédito: Shutterstock

2. Sopas enlatadas

Todos los alimentos procesados son considerados una de las principales causas acelerantes del proceso de envejecimiento. De acuerdo con un estudio publicado en 2013, se encontró una conexión entre la presión arterial alta y el envejecimiento de la piel, en comparación con sus contrapartes de apariencia mayor, las participantes del estudio con menos arrugas también tenían una presión arterial más baja. Por lo tanto este tipo de referencias llegan como un claro mensaje sobre el consumo de sodio y el envejecimiento, es bien sabido que el exceso de sal en la dieta es uno de los principales causantes de la presión arterial alta ¿La mala noticia? La mayorías de las alternativas de sopas enlatadas se caracterizan por su exorbitante contenido en sodio. De acuerdo con las pautas de EE. UU., el consumo de sal no deberá excederse de 2,300 miligramos de sodio por día, sin embargo las latas populares contienen el 40% de la ingesta diaria de sal recomendada en una sola porción. Otro dato preocupante, es que este tipo de sopas contienen BPA, una sustancia química que se ha relacionado con el cáncer, la infertilidad y el aumento de peso.

Sopas enlatadas./Foto: Agencia Efe Crédito: fotos efe

3. Tartas de desayuno

Los estadounidenses aman desayunar Pop-Tarts, si bien es indudable que son deliciosas es simplemente la peor idea ya que brillan por su contenido en calorías y azúcares. También, es momento de consumir alimentos para adultos y es hora de empezar a volver el desayuno nuestro mejor aliado nutricional. Para mayor contexto: la mayoría de las golosinas dulces de la mañana contienen más de un día de azúcar en una porción de tamaño estándar. Las dietas azucaradas causan una serie de problemas de salud, incluida la resistencia a la insulina, que puede provocar SOP, una afección que se ha relacionado con la infertilidad femenina. Por si fuera poco, el excesivo consumo de azúcar reduce la esperanza de vida. Se cuenta con datos muy interesantes al respecto, en los cuales se ha comprobado que las personas que consumen entre el 17 y el 21% de sus calorías diarias de azúcar agregada tienen un 38% más de riesgo de morir por una enfermedad cardíaca, en comparación con las personas que consumen el 8% o menos de sus calorías de azúcar agregada.

Pop Tarts
Pop tarts./Foto: Pixabay Crédito: Imagen de WikimediaImages en Pixabay | Pixabay

4. Carne carbonizada

La tendencia actual nos invita a reducir el consumo de carnes rojas y procesadas, se han posicionado como un alimento que aumenta el riesgo de padecer afecciones cardíacas, cáncer y otras enfermedades crónicas. De manera particular, la carne a la parrilla resulta sumamente riesgosa: asar a la parrilla a pesar de ser una forma rápida de preparar una comida y obviamente es considerada un alimento básico del verano, cocinar bistecs y otras proteínas a temperaturas tan altas sobre una llama abierta puede producir aminas heterocíclicas (HCA) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Se ha descubierto que estos productos químicos nocivos alteran el ADN, aumentan el riesgo de cáncer y la inflamación. La recomendación de los especialistas es seguir una dieta basada en plantas y apostar por el consumo de carnes orgánicas de manera ocasional.

Platón de cortes de carne
Carne carbonizada./Foto: Pixabay Crédito: Imagen de vika-imperia550 en Pixabay | Pixabay

5. Cocteles y cerveza

A medida que envejecemos, el cuerpo no metaboliza el alcohol de manera tan eficiente y los antojos de comida chatarra se vuelven más difíciles de ignorar. También, es un hecho que un alto consumo de alcohol con el paso de los años nos pasa la factura y suele derivarse en condiciones como afecciones cardiovasculares, obesidad, depresión y mal descanso. De manera específica, las noches de insomnio conducen a carbohidratos y azúcar antojos al día siguiente, lo que puede contribuir a un mayor aumento de peso. Además, el alcohol absorbe la humedad de la piel, lo que temporalmente hace que las líneas finas sean más notorias y, con el tiempo, si continúas bebiendo alcohol, la piel perderá elasticidad y se forman más arrugas.

Consumo de alcohol
Cerveza. /Foto: Unsplash Crédito: Giovanna Gomes on Unsplash | Unsplash

6. Bagels y pan blanco

El pan blanco es simplemente uno de los elementos más importantes a eliminar en la dieta. A estas alturas todos sabemos que no se trata de los carbohidratos en sí, se trata del tipo que consumamos y es por ello que en los últimos años la recomendación es apostar por el consumo de productos de grano entero e integrales. Lo que sucede, es que el cuerpo convierte los carbohidratos refinados en azúcar y luego en glucosa, un nutriente que daña el colágeno y otras proteínas que combaten las arrugas. Es más, cuando se trata de pan, bagels e incluso pasta, elegir granos enteros en lugar de refinados ayudará a mantener uniformes los niveles de azúcar en la sangre, lo cual es básico para un peso saludable y un metabolismo activo.

Bagels
Bagels./Foto: Pexels Crédito: Foto de Lucie Liz en Pexels | Pexels

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