Personas que renunciaron a sus trabajos de un día para el otro confiesan que están felices de haberlo hecho
Empleados que han participado de la “Gran Renuncia” comentan que dejaron furiosamente sus antiguos trabajos; les preocupaba ser contagiados de Covid-19, la falta de cuidado infantil y sobretodo, seguir afectando su salud mental
Se le conoce como la “Gran Renuncia” y hasta como la “Renuncia por Rabia” al hecho de que muchos estadounidenses están dejando sus trabajos en busca de mejores oportunidades, con salarios más generosos y mayores beneficios.
Business Insider platicó con tres personas que renunciaron recientemente a sus trabajos para conocer qué motivó su decisión. Señalaron como constante, el miedo a ser contagiados de Covid-19, no tener con quien dejar a los niños y problemas de salud mental ocasionados por malos jefes.
Los nombres usados son ficticios para proteger la identidad y privacidad de los entrevistados.
Jennifer temía ser contagiada de Covid-19
Jennifer trabajó casi dos años como asistente legal en un pequeño bufete de abogados, con sobrecargas de trabajo y muy mala paga.
Con la pandemia su jefe ganaba más dinero y tenía menos gastos que antes, porque todos trabajaban desde casa. Más adelante hizo que todos volvieran a la oficina, a pesar de que algunas personas no estaban vacunadas, situación que le preocupó sobre manera porque tiene un hijo con necesidades especiales al que temía contagiar.
Por casualidad, los empleados descubrieron que su jefe había dado positivo a Covid-19 y así estuvo trabajando sin que la gerencia les advirtiera ni hiciera nada al respecto, solo los supervisores y un abogado fueron avisados para hacerse la prueba, pero el resto del personal fue ignorado.
Como madre soltera y dependiente de un sueldo, Jennifer estaba aterrorizada de renunciar, pero tenía que proteger a sus hijos y a sí misma. Afortunadamente, calificó para el desempleo cuando contó su historia.
Ava, ignorada por la empresa
Ava cuenta que trabajaba para una minorista de juguetes y que como todos sus compañeros, debían tratar con clientes cada vez más agresivos y abusivos cuando se les solicitaba usar máscaras para evitar contagios.
Al principio la compañía los apoyo con equipo y medidas sanitarias, pero a medida que avanzaba la pandemia, la gerencia comenzó a ignorar la preocupación de los empleados, a pesar de que los clientes eran más violentos y los miembros del equipo estaban presentando ataques de pánico.
La gente comenzó a renunciar y Ava dejó su trabajo tajantemente, envió un correo electrónico diciendo: “No voy a arriesgar más mi salud y mi cordura”, por lo que dejó el trabajo inmediatamente lamentando no haberlo hecho antes.
Valeria, tenía ataques de pánico por jefes machistas
Valeria se desempeñaba como jefe del departamento de recursos humanos de una empresa hotelera. Parte de su labor era proteger al personal, pero no podía hacerlo porque su jefe y otros tres ejecutivos se acostaban con las subordinadas, lo que propiciaba favoritismos en el lugar.
Su jefe tenía dos exnovias que podían hacer lo que quisieran sin consecuencias porque contaban con su protección.
Valeria tomaba dos antidepresivos diferentes y tenía ataques de pánico a diario. Finalmente anunció que renunciaría en una semana sabiendo que lo mínimo era avisar con 15 días de anticipación y su jefe la ignoró completamente en esos días, aunque le hablara de frente.
Para Valeria los últimos ocho meses de trabajo fueron un inferno, pero renuncio hace casi un mes y desde entonces no hay más ataques de pánico, se siente menos deprimida y he dejado de llorar por todo, “La vida es demasiado corta para trabajos de mierda”, asegura.
También te puede interesar: