Los criadores de ostras están metiendo notas en las conchas para atrapar a los ladrones de estos tesoros del mar

Las ostras son un mercado lujoso y muy redituable, con base en ello desde hace algunos años se ha puesto de moda el robo a criaderos de ostras. Christophe Guinot criador de ostras en Port-Leucate después de sufrir un robo de más de 6.000 libras de los mariscos, creó una maravillosa estrategia para dar con los ladrones

Ostras

Guinot decidió probar una solución analógica: escribió varias notas y las pegó dentro de conchas de ostras vacías, escribiendo que quienquiera que descubriera estos trozos de papel acababa de ganar "su propio peso en ostras".  Crédito: Photo by Thomas John on Unsplash | Unsplash

Desde hace muchos años los criaderos de ostras se han vuelto un negocio redondo. La maricultura es uno de los sectores de más rápido crecimiento a nivel mundial en la producción industrial de alimentos. Con base en ello no es ningún secreto decir que los productos marinos son muy apreciados y consumidos en todo el mundo. De manera específica el mercado de las ostras resulta fascinante, el cual está dominado por China, que produce 83% de todas las ostras presentes en el mundo. Sin lugar a dudas, es la referencia mundial para los países que tienen el potencial para desarrollar también este tipo de actividad. Por lo mismo las otras son un producto muy cotizado y aunque no lo creas muy propenso a ser robado. Fue así como sucedió está increíble historia: hace varios años, los ladrones atacaron al criador de ostras Christophe Guinot, robando más de 6.000 libras de los mariscos que crió en Port-Leucate, en la costa mediterránea de Francia. Y sin lugar a dudas la solución de este reconocido criador de ostras es excepcional.

Lo que resulta maravilloso de está historia es que en lugar de avisar a la policía, instalar un nuevo sistema de seguridad o implantar marcadores de alta tecnología en los criaderos de ostras, Guinot decidió probar primero una solución analógica: escribió varias notas y las pegó dentro de conchas de ostras vacías, escribiendo que quienquiera que descubriera estos trozos de papel acababa de ganar “su propio peso en ostras”. El buscador de notas también recibe un número de teléfono para llamar y recoger el premio inexistente.

De acuerdo con una entrevista que Reuters realizó a Guinot, sus declaraciones fueron contundentes: ha tenido un efecto disuasorio y agregó que no ha tenido ningún robo de ostras desde que comenzó a poner las notas en conchas vacías en 2016. Dentro de las observaciones de Reuters, agregaron que si alguien llama al número del premio: lo primero que hacen es preguntarles en dónde compraron las “ostras ganadoras.” Si se compraron a un proveedor al que Guinot no distribuye, se informa al ganador que ya no es tan afortunado y que ha comprado ostras robadas. Lo siguiente es notifica a la policía para que intenten rastrear las ladrones.

La genialidad, es que otros famosos criaderos de ostras han adoptado la idea de Guinot y con ello, los robos de ostras en la región de Languedoc se han desplomado en los últimos tres años. Lo cierto es que no sucede lo mismo en otras partes del país: RFI informó que el otoño pasado se robaron tres toneladas de ostras por valor de alrededor de €20,000 ($22,590) de una granja en la región de Charente-Maritime.

Si bien, aunque las falsas notas de premios de “tu peso en ostras” parecen haber funcionado para Guinot, otros criadores de ostras han probado soluciones más tecnológicas para detener a los delincuentes centrados en los mariscos. Tal es el caso de la familia Gillardeau, que en el año 2014 invirtió más de 4 millones de euros en láseres para poder grabar con láser su caparazón de ostra en un intento de disuadir a los falsificadores.

Esta no es la primera innovación de Guinot relacionada con las ostras. Hace más de una década, comenzó a cultivar ostras en forma de corazón que los restaurantes podían comprar para servir en el Día de San Valentín. La idea surgió después de que su esposa le diera una ostra en forma de corazón que ella había encontrado en su forma natural y de ahí tuvo la genial idea de encontrar una linda manera de “compartir el amor” a través de las ostras, que son un alimento romántico y refinado. Además, claro está que su proceso de formación de caparazones en forma de corazón: es un secreto muy bien guardado.

De acuerdo con una entrevista que Guinot realizó para The Local, en el año 2017: vende las ostras de corazones por el mismo precios que las demás, aunque en realidad requieren tres veces más trabajo. “No lo hago por el dinero. Es la continuación de un hermoso romance, me encanta pensar que las personas que las piden tienen la misma emoción que yo cuando mi esposa me dio esa ostra en forma de corazón. Así que ya lo sabes, las ostras son mucho más que un delicioso y elegante marisco, son reflejo de una profesión llena de pasión y un tesoro del mar que es importante valorar y cuidar.

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