La Casa Blanca ve que proyecto de ley del Partido Republicano sobre aborto crearía una crisis sanitaria en EE.UU.
La portavoz de la Casa Blanca afirmó que la propuesta republicana criminalizaría y encarcelaría a los médicos y proveedores de servicio que ayudarían a salvar la vida de una mujer, calificándola de extrema
La Casa Blanca advirtió que si se aprueba el proyecto de ley impulsado por el Partido Republicano que busca prohibir el aborto tras las 15 semanas de gestación, habría una crisis sanitaria en todo Estados Unidos.
La vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, citó un informe de la consejera para políticas de género de la Casa Blanca que analiza las consecuencias de que apruebe esa iniciativa presentada por el senador republicano, Lindsey Graham.
“Bajo la propuesta del senador Graham, los médicos o proveedores (de servicios abortivos) podrían ser criminalizados y encarcelados por llevar a cabo abortos para salvar la vida de una mujer”, señaló la representante, quien tildó la propuesta del republicano como “extrema”.
Esta iniciativa legislativa, anunciada la semana pasada, es el mayor esfuerzo de los republicanos por terminar con el derecho al aborto en Estados Unidos, luego de que la Corte Suprema anulara en el mes de junio el fallo “Roe contra Wade”, que protegía la libertad reproductiva desde 1973.
El conservador proyecto de ley contempla únicamente excepciones después de las 15 semanas en casos de violación, incesto o cuando la vida la madre esté en riesgo.
No obstante, prohibir el aborto luego de ese periodo de tiempo podría afectar negativamente a las mujeres con fetos que tienen malformaciones y que suelen detectarse a las 20 semanas de gestación.
La propuesta de Graham no tiene ninguna posibilidad de prosperar en el Congreso, donde los demócratas tienen mayoría en las dos cámaras; pero sirve para poner sobre la mesa una medida que podría unir a todos los miembros del Partido Republicano, cuando queda mes y medio para las elecciones legislativas.
El fallo del Máximo Tribunal de Estados Unidos que acabó con la protección del derecho al aborto ha permitido a los estados del país para fijar sus propias reglas.
Interrumpir el embarazo actualmente está prohibido por completo en 13 de los 50 estados de Estados Unidos, según los datos del Center for Reproductive Rights: Alabama, Arkansas, Dakota del Sur, Idaho, Kentucky, Oklahoma, Luisiana, Misuri, Misisipi, Tennessee, Texas y Virginia Occidental.
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