Los vecindarios donde hay más chance de ser baleado en Nueva York: alerta por pistoleros reincidentes beneficiados por reforma penal
Más de una cuarta parte de los tiroteos de NYC tienen lugar en sólo 6 de los 77 distritos policiales, todos ellos en El Bronx y Brooklyn. Los pistoleros suelen ser "reincidentes" beneficiados por la reforma penal
Más de una cuarta parte de los tiroteos de NYC tienen lugar en sólo 6 de los 77 distritos policiales, todos ellos en El Bronx y Brooklyn, según un nuevo informe.
El “Informe de Gestión del Alcalde” destaca los vecindarios más con más incidentes de violencia armada: Mott Haven, Morrisania y Woodlawn en El Bronx, y Brownsville, East New York y Cypress Hill en Brooklyn, donde tiene lugar aproximadamente el 27% de todos los tiroteos.
“Estoy cansado de eso. A veces ni siquiera puedes dormir por los tiroteos”, dijo a New York Post Ralph Campbell, de 59 años, quien ha vivido en su vecindario de Brownsville desde su adolescencia. “Estás en tu cocina, te disparan. No es seguro”.
La policía de Nueva York y expertos en aplicación de la ley culparon del aumento de la delincuencia a la liberación de presos desde la pandemia para evitar contagios del coronavirus y las leyes estatales indulgentes que dificultan mantener a los reincidentes tras las rejas. “Estos son precintos históricamente de alta criminalidad”, explicó Joseph Giacalone, sargento jubilado de NYPD y ahora profesor en John Jay College.
“Has llegado al punto en que no vas a tener el personal para hacer estas cosas”, dijo, en referencia a otro problema: la pérdida de oficiales en las filas de NYPD, pues muchos se han marchado alegando “frustración” por las leyes permisivas.
“Si no pueden lograr que Albany (sede del Parlamento de Nueva York) se sume a bordo para cambiar algunas de estas leyes ridículas que han creado y usted no puede lograr que los fiscales se sumen a bordo para hacer su trabajo, entonces todo esto se derrumbará por su propio peso”, ironizó Giacalone.
Los policías están tratando de detener la violencia reforzando la mano de obra en la División de Supresión de Armas de Fuego del NYPD, que ahora cuenta con 262 oficiales uniformados, y desplegando nuevas unidades anti-armas denominadas “Equipos de Seguridad Vecinal”.
El plan de la ciudad para poner fin a la violencia armada retiró más de 6,600 armas de fuego de las calles hasta octubre, según el informe publicado por la oficina del alcalde Eric Adams, ex NYPD.
Durante los primeros cuatro meses del año fiscal de la ciudad, que comenzó el 1 de julio de 2022, los tiroteos se redujeron en 16% y los arrestos por armas aumentaron en 140 %, según el informe.
Un policía veterano de Brooklyn no identificado destacó que los pistoleros suelen ser “reincidentes”. “Eso es realmente a lo que se reduce”, dijo. “Nadie le tiene miedo a ese sistema (penal). Nadie está siendo encerrado. Son las mismas personas que conoces… No hay cuidado por la vida. Realmente no les importa. Nada los desconcertó. Hasta que empieces a meter gente en la cárcel, va a ser lo mismo. Eso es realmente a lo que se reduce ahora. Nadie le tiene miedo al sistema”.
La semana pasada dos hombres en libertad condicional cometieron seis robos a punta de pistola en pocas horas en cuatro de los cinco condados de la ciudad de Nueva York, y cuando fueron arrestados uno de ellos se ufanó de que estaría libre en poco tiempo gracias a las polémicas leyes de reforma penal del estado que rigen desde enero del 2020.
También a fines de enero el edificio de la Legislatura estatal acogió una reunión entre la administración del alcalde Adams -que urge a Albany cambios a la reforma penal como la ley de fianzas y trato duro a delincuentes reincidentes- y legisladores de su mismo Partido Demócrata que defienden esas normativas.
En paralelo, los jóvenes son cada vez más protagonistas en la violencia armada de Nueva York como víctimas y victimarios, particularmente balaceras y ataques con armas blancas. En septiembre un informe de NYPD encontró que la reincidencia entre los adolescentes había aumentado drásticamente durante los últimos cinco años y el número de pistoleros y sus víctimas menores de edad se había triplicado.