Pasajero baleado dentro de bus MTA: no hay lugar a salvo en Nueva York

Un joven de 25 años fue herido al azar cuando estalló una balacera anoche dentro de un autobús MTA lleno de pasajeros en Brooklyn (NYC).

Según la policía, la víctima estaba sentada en un autobús de la línea B44 cerca de la esquina de Empire Boulevard y Rogers Ave. en Crown Heights alrededor de las 10:20 p.m. del martes cuando dos hombres comenzaron a discutir y al menos un tiro fue disparado.

La víctima, que no formaba parte de la discusión, fue herido en los glúteos cuando el autobús se detuvo en una parada. Paramédicos lo llevaron de urgencia al Kings County Hospital en condición estable.

No está claro el origen de la disputa. Los dos hombres que discutieron y una mujer al parecer adolescente que estaba con uno de ellos huyeron del autobús. Había 75 personas a bordo cuando sonó el disparo, dijeron fuentes policiales. Milagrosamente nadie más resultó herido.

Los policías estaban recorriendo el área en busca de imágenes de vigilancia que puedan ayudar a identificar al pistolero y a su víctima prevista, acotó Daily News.

No se han realizado arrestos ni identificado sospechosos. Quien posea información debe llamar a 1-800-577-TIPS (8477) y en español 1-888-57-PISTA (74782). También a través de la página crimestoppers.nypdonline.org o por mensaje de texto a 274637 (CRIMES), seguido por TIP577. Todas las comunicaciones son estrictamente confidenciales.  

En febrero un niño de 14 años fue arrestado por la policía de Nueva York como sospechoso de disparar contra un autobús de MTA que estaba lleno de pasajeros en El Bronx, hiriendo gravemente a un adolescente.

En 2013 D’Aja Robinson, una estudiante de honor de 14 años, murió alcanzada por una bala perdida que desde la calle entró en un bus MTA en Queens.

Los jóvenes son cada vez más protagonistas en la violencia armada de Nueva York como víctimas y victimarios, particularmente balaceras y ataques con armas blancas. En septiembre un informe de NYPD encontró que la reincidencia entre los adolescentes había aumentado drásticamente durante los últimos cinco años y el número de pistoleros y sus víctimas menores de edad se había triplicado.