Edwin Castro y cómo su vida se ha vuelto un caos legal tras haber sido identificado ganador de los $2,000 millones del Powerball en California
Quienes sueñen con ser multimillonarios, podrían pensarlo dos veces al analizar el caso de este hispano, hoy enfrentado con otros dos en un tribunal por el premio más grande en la historia de la lotería en Estados Unidos
Edwin Castro, identificado como ganador de los $2,000 millones del Powerball en California, pasó del anonimato al reconocimiento público en cuestión de tres meses; pero no de la mejor manera…
Quien no conoce en lo absoluto la historia de este hispano de 30 años podría tomarle por sorpresa el postulado.
Pero las controversias que lo rodean tras conocerse que reclamó el premio más grande en la historia de juegos de lotería en Estados Unidos y las medidas que ha tomado confirman el postulado.
El hecho de que los paparazzis ahora persigan a Castro no es lo más incómodo del asunto.
La razón por la que lo hacen, más allá de la cuantiosa suma de dinero que reclamó, sí.
Castro no ha hablado con medios de prensa desde que su nombre trascendió públicamente el 14 de febrero y solo suministró unas declaraciones escritas a representantes de la Lotería de California en reacción al recibimiento del premio.
“Por mucho que estoy conmocionado y extasiado de haber ganado el Powerball, el ganador real es el sistema de escuelas públicas de California“, indicó en las declaraciones escritas divulgadas por funcionarios de la Lotería de California en la conferencia de prensa a la que no asistió.
“La misión de la Lotería de California, que es proporcionar financiación suplementaria para la educación pública en California— tanto escuelas públicas como universidades—, hace de esta una gran victoria para el estado. Como alguien que recibió la recompensa de haber sido educado en el sistema de educación pública de California, es gratificante escuchar eso, que como resultado de mi ganancia, el sistema de educación pública de California se beneficia grandemente también”, añadió.
Muchos esperan el momento en que Castro, que trabajó como mecánico e inició estudios de arquitectura en Woodbury University, en la ciudad de Burbank, dé la cara y cuente su parte de la historia, ya que es centro de una demanda en la que otro hispano, identificado como José Rivera, alega que le robaron el boleto ganador de la multimillonaria suma.
En lugar de lo anterior, el hispano ha empeñado su tiempo y esfuerzos en comprar dos mansiones, una en Hollywood Hills y otra en Altadena; adquirir un Porsche 911 convertible, blanco; y pasearse con una diseñadora de interiores por tiendas de lujo.
Cada movimiento lo hace escoltado por miembros de un equipo de seguridad que contrató después de ser identificado públicamente. Castro, ni siquiera ha pasado nuevamente por Joe’s Service Center, en Altadena, donde fue comprado el boleto, reveló el dueño del negocio en una entrevista con The Sun US.
Castro deberá responder a una audiencia preliminar en la corte de Alhambra como parte del caso el próximo 24 de julio.
Al momento, la única movida judicial de Castro y sus abogados fue presentar una moción la semana pasada en la que alegan que la corte entregó incorrectamente los documentos de la demanda a su padre y no a él (padre e hijo se llaman igual), esto en un aparente intento por descarrilar el litigio.
Además plantearon que la denuncia no logra establecer un vínculo entre Urachi F. Romero (Reggie), señalado en la demanda como la persona que tomó de una mesa el boleto de Rivera, y él.
“No hay datos de cómo Edwin Castro entró en posesión del boleto ganador del Powerball por parte de ‘Reggie’”, se cuestiona en el recurso.
La Lotería de California por su parte se reafirma en la posición de que los estrictos requisitos de verificación de ganadores de premios mayores no brindan espacio para fraudes como el denunciado y que no se expresan sobre litigios en proceso.
Mientras persiste el silencio de Castro, el resto de los señalados en la demanda, excepto la Lotería, ponen en entredicho su credibilidad.
Romero, quien rechazó devolverle el boleto a Rivera, según la demanda, habló con el New York Post durante el fin de semana.
Como parte de sus declaraciones, Romero, identificado inicialmente en el recurso como “Reggie”, rechazó haberse apropiado del tiquete, pero aseguró que el documento le pertenecía a Rivera, a quien le rentó por un tiempo un espacio en su vivienda.
Romero fue más allá al revelar ante una cámara que Rivera le había explicado por qué seleccionó cada uno de los números que resultaron ganadores del sorteo del 8 de noviembre.
Además suministró un video en el que supuestamente se ve a Rivera revisando la casa en busca del boleto robado.
Los medios a cuenta gotas han logrado revelar algunos detalles de la identidad de Castro. Lo cierto es que hasta tanto el supuesto ganador no hable y el pleito se dilucide en corte, hay piezas en este rompecabezas que seguirán sin encajar y están sobre la mesa de Castro…al momento.
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