Exdiplomático estadounidense sentenciado a 15 años de cárcel tras declararse culpable de espiar para Cuba por décadas

Manuel Rocha fue detenido en Miami por una denuncia penal y se espera que se hagan públicos más detalles sobre el caso en su comparecencia ante la corte, en la que se le acusa de trabajar para impulsar los intereses del gobierno de Cuba

Sus cargos diplomáticos incluyeron un periodo en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba.

Sus cargos diplomáticos incluyeron un periodo en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba. Crédito: State Department | AP

Un exdiplomático estadounidense que fungía como embajador de Estados Unidos en Bolivia fue detenido luego de una larga investigación de contrainteligencia del FBI, acusado de desempeñarse como agente secreto del gobierno de Cuba, según AP.

Identificado como Manuel Rocha, de 73 años, fue detenido en Miami por una denuncia penal y se espera que se hagan públicos más detalles sobre el caso en su comparecencia ante la corte el lunes, informaron dos fuentes bajo anonimato.

Una de ellas indicó que el caso del Departamento de Justicia (DOJ) acusa a Rocha de trabajar para impulsar los intereses del gobierno cubano. La ley federal exige que las personas que cumplen con órdenes políticas de un gobierno o una entidad extranjera dentro de Estados Unidos se registren en el DOJ, que en los últimos años ha intensificado su ejecución penal del lobby extranjero ilegal.

DOJ rechazó hacer comentarios al respecto. Hasta el momento no se sabe su Rocha tenía un abogado y un bufete de abogados donde laboró antes, señaló que no lo representaba.

Los 25 años de la carrera como diplomático de Rocha pasó bajó gobiernos demócratas y republicanos, en su mayoría de ella en Latinoamérica en la Guerra Fría.

Sus cargos diplomáticos incluyeron un periodo en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, en una época en la que el país norteamericano carecía de relaciones diplomáticas plenas con el gobierno de Fidel Castro.

Rocha nació en Colombia y se crio en un hogar de clase trabajadora en la ciudad de Nueva York y logró varios títulos de artes liberales en Yale, Harvard y Georgetown antes de unirse al servicio exterior en el año 1981.

Fue el principal diplomático de Estados Unidos en Argentina entre 1997 y 2000, mientras un programa de estabilización monetaria de una década apoyado por la Casa Blanca se estaba destruyendo bajo el peso de una gran deuda externa y un crecimiento estancado, desatando una crisis política.

En el siguiente cargo como embajador en Bolivia, intervino directamente en la carrera presidencial de 2002, alertando semanas antes de las elecciones que Estados Unidos cortaría la asistencia si eligieran al excultivador de cocaína Evo Morales, según AP News.

Quiero recordar al electorado boliviano que si votan por aquellos que quieren que Bolivia vuelva a exportar cocaína, eso pondrá en serio peligro cualquier ayuda futura a Bolivia por parte de Estados Unidos“, expresó Rocha en un discurso que fue ampliamente interpretado como un intento de mantener el dominio de Estados Unidos en la región.

La estrategia enfureció a los bolivianos y le dio a Morales el empujón que necesitaba en el último momento. Cuando finalmente fue elegido tres años después, el ahora nuevo presidente expulso al sucesor de Rocha como jefe de la misión diplomática por incitar a una “guerra civil”.

Asimismo, Rocha sirvió como diplomático en Italia, Honduras, México y República Dominicana, y trabajó como experto en América Latina para el Consejo de Seguridad Nacional.

Tras su retiro del Departamento de Estado, Rocha empezó una segunda carrera de negocios, haciendo el papel como presidente de una mina de oro en República Dominicana, parcialmente propiedad de la compañía canadiense, Barrick Gold.

Recientemente, ocupo altos cargos en XCoal, un exportador de carbón que queda en Pensilvania, Clover Leaf Capital, compañía formada para simplificar fusiones en la industria del cannabis, el bufete de abogados Foley & Lardner y los despachos españoles de relaciones públicas Llorente & Cuenca.

“Nuestra firma sigue comprometida con la transparencia y monitoreará de cerca la situación, cooperando plenamente con las autoridades si tenemos alguna información disponible”, expresó Darío Álvarez, director ejecutivo de las operaciones estadounidenses de Llorente & Cuenca.

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