La diferencia entre beber agua y estar hidratado
Un especialista en medicina funcional y graduado en la Universidad de Harvard explica la diferencia entre estar bien hidratado y beber una determinada cantidad de agua
La hidratación es uno de los pilares de la buena alimentación y un aspecto fundamental para mantener un estado de salud óptimo, que va más allá de beber la cantidad de agua recomendada.
El especialista en medicina funcional Carlos Jaramillo explica en una charla en su canal de YouTube, los errores más frecuentes que se comenten en los esfuerzos por mantenerse hidratados.
Errores que se comenten al beber agua
Para Jaramillo, uno de los errores más comunes que se comentan al beber agua “es pensar que ingerir agua en sí es suficiente para mantener una hidratación adecuada”.
Considera que se trata de un enfoque simplista, ya que se “ignora el equilibrio de electrolitos necesario para una absorción eficaz y la regulación de los fluidos corporales, dejando a muchas personas en un estado de hidratación subóptimo sin siquiera saberlo”.
Advierte, el especialista graduado en la Universidad de Harvard, que la deshidratación no solo implica sentir sed; tiene repercusiones serias en nuestra salud y bienestar.
“Estar mal hidratado afecta la capacidad del cuerpo para realizar funciones vitales, incluida la regulación de la temperatura, el mantenimiento de la presión arterial y el soporte de la función cerebral”.
Por esta razón llama a prestar la atención a la “calidad del agua que se consume o cuando se ingiere en exceso, lo que puede llevar a una condición conocida como hiponatremia, diluyendo los niveles de sodio en sangre a puntos peligrosos”.
Importancia de equilibrar los niveles de electrolitos
Una de las interrogantes que plantea el especialista es ¿Consumes suficientes electrolitos?, a lo que responde que es importancia consumir electrolitos como el sodio, el potasio y el magnesio.
Considera que muchas veces el tema de los electrolitos es un “aspecto crucial de la hidratación que a menudo se pasa por alto”.
“Estos minerales son esenciales para la conducción de señales nerviosas, la contracción muscular y el equilibrio del pH en el cuerpo”, agrega.
También explica que “el agua por sí sola no puede reponer estos nutrientes esenciales, lo que significa que incluso si estás bebiendo la cantidad adecuada de líquidos, podrías seguir estando mal hidratado si tu dieta carece de estos componentes críticos”.
¿Cuánta agua necesitas al día?
Jaramillo advierte que no hay una respuesta única o mágica para garantizar la cantidad de agua que debemos beber, ya que todo va a depender de la edad, el sexo, el peso, el nivel de actividad física y las condiciones ambientales.
Sin embargo, recuerda que la regla general de beber ocho vasos de agua al día es un punto de partida, pero las necesidades individuales pueden variar significativamente.
Para una hidratación efectiva recomienda escuchar al cuerpo y ajustar la ingesta de líquidos de acuerdo a las necesidades individuales. “Las personas que llevan una vida activa o viven en climas cálidos pueden necesitar un mayor aporte de líquidos y electrolitos para compensar las pérdidas a través del sudor”, explica.
Añade que “una adecuada hidratación depende de un equilibrio entre el agua que consumimos y los electrolitos que reponemos”.
No se puede dejar de considerar factores como la dieta, el estilo de vida y hasta el clima donde se vive que juegan un papel crucial en determinar las necesidades hídricas.
Para lograr una buena hidratación es importante observar las señales que da el cuerpo como la sed y la disminución del volumen de orina, hasta síntomas menos evidentes como el cansancio, el dolor de cabeza, la sequedad de la piel y la confusión.
Jaramillo advierte que “estas señales son los mecanismos de alerta del cuerpo, instándonos a reponer los líquidos antes de que la situación se agrave”.
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