Temor a la deportación mantiene a los niños migrantes fuera de las escuelas de Nueva York
Los migrantes se encuentran en alerta máxima tras la investidura del presidente Donald Trump y preocupados por su promesa de acelerar las deportaciones
Los pasillos de Hotel Stewart, un albergue en el centro de Manhattan para familias migrantes, que suelen estar llenos de gente los días de trabajo en la mañana, con niños y padres camino a la escuela, estaban vacíos en la mañana del jueves.
Algo similar sucedió en el refugio cercano y centro de admisión del Hotel Roosevelt, donde la fila de familias migrantes que esperaban regresar para volver a entrar luego de recoger a sus hijos de la escuela era más corta de lo acostumbrado. La mayoría del los menores se quedaron en casa “por ese miedo”, explicó un padre en español.
En Bushwick, Brooklyn, un padre que mandaba a sus hijos al colegio con cautela señaló que era una de las pocas familias del refugio que lo hacía.
“Casi nadie envía a sus hijos [a la escuela] por si se los llevan”, dijo Amanda, una madre venezolana que se aloja en el albergue Stewart y que no envió a sus tres hijos a la escuela durante toda la semana y pidió que se usara solo su primer nombre por temor a poner en peligro su caso de inmigración. Calculó que unos 100 niños del albergue no fueron a la escuela esta semana. “Todo el mundo tiene miedo”.
Los migrantes se encuentran en alerta máxima tras la investidura del presidente Donald Trump y preocupados por su promesa de acelerar las deportaciones, decenas de familias migrantes mantuvieron a sus hijos consigo sin enviarlos a la escuela, de acuerdo con lo que dijeron varios padres.
Según las entrevistas realizadas a ocho directores de escuelas, los profesores están trabajando arduamente para calmar a los padres ansiosos de que sus hijos estarán seguros en los centros educativos, ya que el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York prohíbe a los agentes federales de seguridad ingresar a las escuelas, excepto en condiciones muy específicas. Pero además, se encuentran con la forma del calmar las preocupaciones en un momento en que la acción federal parece estar aumentando mientras pasan los días.
Tan rápido como Trump llegó a la Casa Blanca, rescindió una política interna de larga data que prohibía al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) hacer detenciones en “lugares sensibles”, como iglesias y escuelas, lo que incrementó todavía más los temores de las familias.
Su promesa de empezar con las deportaciones masivas de millones de inmigrantes irregulares en todo Estados Unidos flageló de cerca el jueves cuando los funcionarios de inmigración lanzaron una redada en un lugar de trabajo en Newark.
El viernes, los oficiales se presentaron en una escuela primaria de Chicago, pero les fue negada la entrada porque no tenían una orden penal firmada por un juez, de acuerdo con el distrito escolar.
Es difícil saber cuántas familias en los cinco distritos mantienen a sus hijos fuera de las aulas de clases por el miedo a la deportación. Se estima que 48,000 migrantes se han inscrito en las escuelas de la ciudad de Nueva York desde el verano del año 2022, reportó The City.
La asistencia diaria, que promedió el 90% en 2024, descendió de 80% el martes y el miércoles antes de subir el jueves el 89% el jueves, de acuerdo con los datos de asistencia diaria de Departamento de Educación, si bien otros factores, incluyendo las bajas temperaturas y la administración de los exámenes Regents para los alumnos de secundaria, posiblemente jugaron un papel en la inasistencia escolar.
Algunos maestros están haciendo sonar la alarma de que los temores a la aplicación de las leyes de inmigración podrían dejar a una gran cantidad de niños fuera de la escuela y tendrán un costo psicológico para los niños que sí acudan a clases.
“No puedo decirle cuántos padres han venido a verme hoy… Los niños no quieren venir a la escuela”, le dijo al alcalde Eric Adams en una reunión pública esta semana un coordinador de padres de una escuela de Corona, Queens, con una gran población inmigrante. “Los niños tienen miedo de irse de casa y no volver a ver a sus padres”.
“Lo tenemos muy claro: los niños deben ir a la escuela”, respondió Adams. “Seguiremos defendiendo a todos los neoyorquinos, documentados e indocumentados”.
Sin embargo, hay que destacar que Adams ha cultivado una relación muy cercana con Trump, sentándose con su “zar de la frontera” para discutir prioridades que comparten, visitando al mandatario republicano en su mansión en Mar-A-Lago y presentándose a la investidura en Washington D.C., el lunes.
El alcalde neoyorquino, quien fue acusado de corrupción federal el año pasado y en teoría podría recibir un indulto del ejecutivo estadounidense, ha dicho que sus esfuerzos para cooperar con la nueva administración son para el beneficio de la ciudad, y que su centro en la aplicación de las leyes de inmigración está en las personas que han cometido delitos.
Adams dijo que no criticará públicamente a Trump y rechazó tomar una postura sobre la decisión del presidente de abrir la puerta para que ICE haga los arrestos en las escuelas, posición en que algunos profesores dijeron que socava sus intentos de tranquilizar a las familias inmigrantes.
“No sentí que mi institución estuviera protegida”, dijo Lorenzo Chambers, director de la escuela PS 279 en Brooklyn, en referencia a la respuesta del alcalde demócrata a una pregunta sobre la aplicación de las leyes de inmigración en las escuelas y otros lugares sensibles. “Creo que [él] está jugando a la política con esto, y está en ambos lados”.
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