Ángela Aguilar, una intérprete que vale por su talento, habla en exclusiva sobre “Nadie se va como llegó”

El nombre de Ángela Aguilar no es nuevo en la industria musical. Pese a tener 21 años (2003), la intérprete de “Gotitas saladas” tiene una carrera que literalmente es la historia de su vida. Su voz la convirtió desde muy joven en una de las exponentes de “mariachi” más respetadas de la industria, que literalmente se abrió camino en esta profesión por tener no sólo la voz, sino también el don de la interpretación.

Hoy, como parte de su crecimiento artístico, Ángela presenta un nuevo material discográfico que lleva por nombre “Nadie se va como llegó“, el cual nos permitió conectarnos con la cantante y la mujer para hablar sobre este nuevo trabajo.

“Para mí este disco fue una representación del momento en el que estaba, una etapa diferente de mi vida”, explica Ángela. “Estaba experimentando con nuevos géneros… quise poder experimentar lo que cada canción necesitaba, y sentí que ciertas canciones necesitaban más pop y elementos cumbieros”, agregó la cantante.

Pese a ser considerada una de las voces más hermosas y poderosas de México, Ángela asegura que a nivel personal y profesional siente que aún le falta mucho. “Hago mi mayor esfuerzo”, dice con total humildad. “Trato de interpretar canciones con todo el corazón”, afirmó.

Este disco es un proyecto con el que le permite a su público escuchar sonidos novedosos, aun dentro del género con el cual ha alcanzado a millones de personas en el mundo. En este, además, se destaca una voz más madura interpretando temáticas que van acorde a la nueva etapa de su vida, desde la madurez física y emocional.

“Todavía me cambia el cuerpo, me cambia la voz… siento que tengo la historia de mi vida en mis discos”, señala la cantante. Quien además sigue queriendo cantarle a todo su público, incluso a los más chiquitos.

Su voz es su legado, su talento es lo que pone a disposición del público

El tema de la madurez lo asume con elegancia, si bien es cierto sus nuevas canciones evidencian un destape emocional, con esto no quiere decir que vaya a perder la esencia que la caracteriza, con la que busca desligarse de la vulgaridad que hoy en día suele vender mucho no sólo en la música sino también en las redes sociales.

Ángela Aguilar es hija de Pepe Aguilar y, por ende, nieta de Antonio Aguilar y Flor Silvestre, dos personalidades que son un legado para México tanto en el cine como en la música. Legado al cual la joven cantante trata de rendir tributo como una trabajadora incansable y una intérprete dedicada y responsable. Siendo hija de su padre, lo mínimo que éste espera de la artista que ha educado es excelencia, de ahí que los estándares que ella misma se traza se encaminan hacia ello.

Si bien es cierto, los temas de las canciones de este nuevo material, como “Nadie se va como llegó” o “Lágrimas en mi garganta”, han desatado la especulación tanto del público como de los medios de comunicación, Ángela Aguilar es muy clara sobre el proceso creativo de las mismas y afirma: “Para mí la música es mi lenguaje, no es mi manera de mandar mensajes”.

Vale destacar que, al final del día, Ángela Aguilar es una artista que ha construido su nombre y su legado a partir de su talento, no de los acontecimientos personales de su vida privada. En la actualidad, lamentablemente, son muchos los que buscan darle preponderancia a algo que no forma parte de la carrera de la cantante, olvidándose de que lo que ella ofrece con cada disco y presentación es su voz, para darle vida a sentimientos que conectan con millones de personas desde el amor, la desilusión, el romance y la vida misma.

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