“Dios, ayúdame”: inmigrante empleada de limpieza se salvó de milagro en matanza en Nueva York
Una inmigrante empleada de limpieza de 65 años vio cara a cara al pistolero de 345 Park Avenue en NYC y sobrevivió ilesa milagrosamente

Escena criminal en Nueva York/Archivo. Crédito: Andrés Correa Guatarasma | Cortesía
Sebije Nelovic, inmigrante empleada de limpieza de 65 años nativa de Albania, se convirtió en noticia sin buscarlo: vio cara a cara al pistolero de 345 Park Avenue y sobrevivió ilesa milagrosamente en medio de una tragedia que el 28 de julio conmovió a todo EE.UU. con un saldo de cinco muertos.
Nelovic, quien durante 27 años ha limpiado en ese edificio de oficinas de Manhattan donde ocurrió el tiroteo, comenzó ese día su jornada laboral como siempre, hacia el final de la tarde. Se presentó a trabajar alrededor de las 4:30 p.m., preparando su carrito y los demás materiales necesarios para limpiar el piso 33. Luego, empezó a recoger la basura, describió The New York Times.
Se tomó un breve descanso y luego se dirigió al lado que da a la avenida Lexington. Había cinco empleados todavía allí, entre ellos Julia Hyman, de 27 años, asociada de Rudin Management. Ambas eran amigas e intercambiaron los saludos habituales, según un comunicado que Nelovic emitió el jueves a través de su sindicato 32BJ SEIU, diciendo que en tanto tiempo trabajando allí ya conocía a todos en el edificio, detalló CBS News.
Estaba quitando el polvo de una mesa cuando escuchó disparos después de las 6:30 p.m. Pensó que los sonidos podrían provenir de un grupo de ingenieros que trabajaban en el piso 34 y que ocasionalmente hacían ruidos extraños. Pero pronto se dio cuenta de que no provenían de los ingenieros ni de petardos. Entonces miró hacia una puerta de vidrio que la separaba del ascensor y vio a un hombre sosteniendo lo que le pareció una ametralladora. Cuando la vio, él le apuntó con el rifle. Parecía joven, comentó Nelovic.
El hombre era Shane Devon Tamura, de 27 años, quien disparó a través del cristal, y la puerta de recepción comenzó a derrumbarse. “Dios, ayúdame”, pensó Nelovic. “Dios, ayúdame”, se repitió a sí misma.
Nelovic, una de las 111 miembros del sindicato de oficinistas que trabajaban en ese edificio, levantó las manos y le dijo al pistolero que ella era la señora de la limpieza, pero pronto se dio cuenta de que a él no le importaba. Las balas entraban por la puerta y la puerta se estaba derrumbando. Entonces Nelovic se dio la vuelta y corrió hacia el sentido de la calle 52 del edificio.
No miró atrás ni volvió a ver a Tamura, aunque seguía oyéndolo disparar. Sentía que seguiría disparando para siempre. Pasó por la sala de juntas y la sala de conferencias y encontró un armario donde se encerró. Empezó a rezar, pidiendo a Dios que alejara al hombre de ella.
Su supervisor la llamó por el celular y le preguntó dónde estaba, luego le advirtió que se quedara en el piso 33 porque había un hombre armado en el vestíbulo. “¡El tipo está en mi piso!”, dijo, sorprendiendo al supervisor. Continuó oyendo los disparos. Eran constantes, pero ella siguió rezando. Una bala impactó en la puerta de su armario.
Cuando su supervisor volvió a llamar, ella le exigió que no hiciera más llamadas; le aterraba que el Tamura oyera. Bajó el volumen de su teléfono. Los disparos seguían resonando por todo el suelo y, en un momento dado, oyó balas pasar cerca. Oyó a alguien gritar y pensó en los empleados que había visto antes, incluyendo a la joven Hyman, quien siempre había trabajado hasta tarde, a veces hasta las 8:30 p.m. y siempre le daba las buenas noches.
Aturdida en sus pensamientos, Nelovic seguía en el armario cuando cesaron los disparos, pero tenía demasiado miedo de salir. Su supervisor le dijo que la policía abriría la puerta, y pronto lo hicieron. Los agentes la llevaron a la recepción y luego a un auto, pero se sentía aterrorizada por el simple hecho de estar en el edificio y les dijo que no quería quedarse allí. Finalmente, se marchó.
El jueves se le saltaron las lágrimas al pensar en Hyman, cuyo funeral se había celebrado el día anterior. “Era tan amable”, dijo Nelovic. “Lo siento mucho por ella. Lo siento mucho por todos”. No volverá a trabajar en 345 de Park Avenue. “Ya no”, dijo. “Tengo miedo de ir allí. Qué Dios me ayude”.
Durante toda la semana han ido surgiendo detalles de lo sucedido antes, durante y después de la matanza. Según NYPD, el pistolero había conducido desde Nevada el fin de semana y habría planeado atacar las oficinas de la NFL en ese edificio. Parece que subió al piso 33, muy por encima de las oficinas de la liga, por accidente.
En total disparó casi 50 veces y mató a cuatro personas: Didarul Islam (36), oficial de NYPD; Aland Etienne (46), guardia de seguridad de la torre; y las mujeres Wesley LePatner (44) y Julia Hyman (27), quienes trabajaban en oficinas en ese edificio. Tamura terminó la masacre disparándose fatalmente en el pecho. La policía encontró una nota suicida en su billetera y otra dirigida a sus padres en su hogar en Las Vegas, donde les decía: “Los quiero, lo siento”.
Tamura, nativo de Hawaii, estuvo bajo custodia psiquiátrica en 2022 y 2024, según un funcionario policial. Según informaron fuentes al New York Post sobre el posible motivo del ataque, culpaba a la NFL (National Football League), pero nunca jugó fútbol americano profesional, sólo lo hizo en la escuela secundaria.
En sus divagaciones de varias páginas escritas culpó al fútbol americano por su aparente lucha contra la encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad neurodegenerativa, y pidió que se estudiara su cerebro tras la masacre, según fuentes policiales.
Un compañero de clase de Tamura en la escuela secundaria dijo que fue un atleta estelar de fútbol americano en su época, pero que la vida parecía no haberle resultado como esperaba después de graduarse. En declaraciones a NBC News Caleb Clarke afirmó que Tamura tenía la mira puesta en jugar fútbol americano profesional después de su graduación en 2016. “Era el chico más rápido que había conocido, sin duda alguna”.
Busque ayuda
- Llame al 911, 988 o al (800)-942-6906.
- Envíe el mensaje de texto “WELL” a 65173.
- Línea Nacional de Ayuda contra la Violencia Doméstica 1-800-799-SAFE (7233) y www.thehotline.org
- Revise información en https://nycwell.cityofnewyork.us/es/ www.988lineadevida.org https://www.bbc.com/mundo/articles/c87g2n139e9o