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El premio mayor del Powerball sube a $930 millones

Si alguien logra acertar a la máxima combinación ganadora, se llevaría unos $270 millones tras impuestos federales y estatales

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El premio del Powerball se acerca cada vez más a los $1,000 millones. Crédito: Steve Helber | AP

El premio mayor de Powerball sigue creciendo. Después de que en el sorteo del lunes por la noche ningún boleto acertara los 6 números ganadores (8, 32, 52, 56, 64 y la “Powerball” roja 23), el bote subió a $930 millones de dólares, colocándose como el tercer premio más alto en 2025.

Quien logre acertar en el próximo sorteo, o en uno próximo, podrá elegir entre 2 modalidades de cobro: un pago anualizado a lo largo de 30 años o un pago global inmediato, comúnmente llamado “efectivo”.

¿Qué monto realmente recibiría el ganador?

* Opción de pago en efectivo: el premio global en efectivo antes de impuestos ronda $429 millones, de acuerdo con las estimaciones disponibles. Sin embargo, y como en todos los premios del Powerball, primero se aplicará una retención federal automática del 24 %, que reduciría el monto a aproximadamente $326 millones.

Pero esto no es todo: al declarar los impuestos, el ganador probablemente termine en la tasa marginal máxima del 37 %, lo que podría rebajar la ganancia neta a cerca de $270 millones. (Matrices de impuestos aplican según ingreso total).

Además, dependiendo del estado donde se haya comprado el boleto o donde resida el ganador, pueden aplicarse impuestos estatales adicionales, lo que reduce aún más el monto.

* Opción de anualidad (pagos a 30 años): Si opta por la anualidad, la suma total prometida sería el jackpot completo, es decir, los $930 millones, distribuidos en 30 anualidades. Este fue el modelo tradicional del premio.

Cada pago anual también estará sujeto a impuestos cuando se efectúe. Para premios grandes, es probable que cada entrega anual también caiga en tramos altos del impuesto sobre la renta.

En muchos casos, incluso quienes reciben anualidades terminan pagando una cantidad considerable en impuestos, aunque repartidos en el tiempo.

Conforme pasan los días y no hay ganador del premio mayor del Powerball, la esperanza crece de convertirse en el próximo afortunado. (Foto: John Locher/AP)

Impuestos federales y estatales: así se desinfla el sueño millonario

En Estados Unidos, cualquier premio de lotería superior a $5,000 es sujeto a retención automática federal del 24%.

Pero ese porcentaje no representa necesariamente el total de impuestos que el ganador deberá pagar: al hacer la declaración anual, es probable que termine en la tasa marginal más alta (37 %), ya que el premio elevaría sus ingresos a niveles muy altos.

A esto se suman los impuestos estatales y, en algunos casos, locales. Algunos estados no gravan los premios de loterías, lo que beneficia al ganador; otros sí aplican entre 3% y hasta casi 11%, dependiendo del estado.

Esto significa que el tan publicitado “jackpot” rara vez se convierte en una suma tan estratosférica en efectivo neto.

La ilusión frente a la probabilidad real

Aunque el premio suena gigantesco, las probabilidades de ganarlo siguen siendo extremadamente bajas: 1 en 292.2 millones.

Ese dato, tan crudo como real, nos recuerda que, para la mayoría de los jugadores, el sorteo funciona más como una apuesta con esperanza que como una inversión con retorno real.

El monto “publicitado” del jackpot nunca representa lo que un ganador se lleva en mano. Los impuestos reducen dramáticamente la suma.

La opción de pago en efectivo da una cantidad grande de una sola vez, pero con fuerte carga fiscal.

La anualidad ofrece pagos a lo largo de décadas, lo que puede dar estabilidad, aunque la inflación, impuestos, y cambios en leyes tributarias podrían afectar su valor real.

Si alguien se siente tentado a participar, es clave hacerlo con responsabilidad: las probabilidades son mínimas, y jugar debería verse como entretenimiento, no plan financiero.

Cualquier persona que se haga acreedora del premio debería asesorarse legal y fiscalmente, un buen asesor fiscal puede marcar la diferencia.

El jackpot de $930 millones que hoy propone el Powerball podría cambiar la vida de quien lo gane. Pero pocas veces un premio multimillonario significa cheque limpio de impuestos. Aun en el mejor de los casos, un ganador probablemente reciba menos de un tercio del monto anunciado.

La euforia generada por cifras redondas y enormes es poderosa; sin embargo, la realidad fiscal transforma ese sueño en decenas o centenares de millones, una cifra aún alta, pero bastante más modesta de lo que imaginan muchos.

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