8 mitos de la vacuna contra el COVID-19 descritos por expertos
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 142 millones han recibido al menos una dosis de la vacuna que ayuda al sistema inmunitario a combatir la enfermedad grave causada por el coronavirus, pero muchas personas todavía dudan en vacunarse
Con más del 90 por ciento de eficacia, las vacunas de COVID-19 ayudan al sistema inmunitario a evitar los síntomas graves de la enfermedad y, por ende, la hospitalización y la muerte, pero esto no parece suficiente para algunas personas que dudan en recibirlas. Existen muchos mitos en torno a la vacuna contra el COVID-19, y esto son algunos de los más frecuentes descritos por expertos en la materia.
Recuerda que, especialmente ante el hecho de que millones de personas no se han puesto la segunda dosis de la vacuna, la presencia de nuevas mutaciones y los datos científicos que señalan que la distancia social de seis pies puede ser insuficiente, vacunarse lo más pronto posible es fundamental para detener la pandemia que vivimos hace más de un año.
Mito 1: Soy joven y no la necesito
Una realidad derrumba este mito de inmediato: la presencia de nuevas mutaciones del virus que se propagan con mayor facilidad entre la población joven. La variante B.1.1.7, que es la cepa dominante en Estados Unidos y que se detectó por primera vez en Inglaterra, parece atacar con mayor fuerza a la población joven, así que la vacuna es una manera de protegerse y proteger a las personas cercanas.
Mito 2: Tengo miedo a los efectos secundarios a largo plazo
Al ser una vacuna nueva que se desarrolló en un tiempo récord para combatir un virus nuevo, existe desconfianza sobre lo que pueda ocurrir después de aplicarla en el mediano y largo plazo. Sin embargo, el doctor Ashish Jha, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, explicó a CNN que los efectos secundarios adversos importantes de las vacunas suelen aparecer durante los primeros dos meses de la aplicación. Es por ello que la FDA espera al menos dos meses después de que un medicamento es probado en ensayos de fase 3.
Es cierto que pueden aparecer algunos otros efectos en un lapso mayor, pero suelen ser los más raros que podrían afectar a un mínimo de las personas vacunadas.
Mito 3: Ya tuve COVID-19, no la necesito
Una de las características de las vacunas es que ofrecen una inmunidad más larga de la que genera el haber cursado la enfermedad. Así que aunque hayas tenido COVID-19, debes vacunarte con ambas dosis en el caso de las vacunas de Pfizer o Moderna, o con la unidosis de Johnson & Johnson.
Mito 4: La vacuna me causará COVID-19
Esto es literalmente imposible, pues ninguna de las vacunas que se aplican en EEUU contienen el virus real. Se trata de instrucciones de ARN (Pfizer y Moderna), o de un adenovirus modificado genéticamente (Johnson & Johnson), pero no de piezas de SARS-CoV-2.
Mito 5: La vacuna disminuye la fertilidad
La explicación de este temor radica en que, al atacar la proteína pico del coronavirus, es posible también atacar a la proteína que se encuentra en la superficie de las células de la placenta, pero “todo es una tontería”, explicó el doctor Paul Offit, miembro del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA y director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia.
“Actualmente no hay evidencia de que alguna vacuna, incluidas las vacunas COVID-19, causen problemas de fertilidad”, señalan, por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Mito 6: Las vacunas disponibles sólo tienen autorización de emergencia
El hecho de que las vacunas de COVID-19 disponibles no cuenten con la autorización completa de la FDA obedece a que no ha pasado suficiente tiempo para saber por cuántos meses son efectivas, pero eso no significa que sean menos seguras.
Mito 7: No puedo pagar la vacuna
Las vacunas contra el COVID-19 son gratuitas para la población en EEUU, es el gobierno el que corre con los gastos.
Mito 8: Vacunarse es una decisión individual
Si algo ha demostrado la pandemia de coronavirus es que el mundo está íntimamente relacionado y lo que sacude a China, literalmente, puede sacudir a todo el mundo. Si tú no te vacunas puedes enfermar a otras personas de tu familia cercana, incluso aunque estén vacunados, o a desconocidos con quienes compartas un espacio público como bares, cines, restaurantes o transporte.
Además, entre más tiempo circule el virus entre las personas no vacunadas, mayor es la posibilidad de que se registren mutaciones, aseguran los expertos. Y las variantes pueden ser más problemáticas, más contagiosas, más agresivas y, por ende, más difíciles de combatir. Por lo tanto, vacunarse es una responsabilidad social.