Qué café es mejor para los diabéticos
El café es una de las bebidas más populares y consumidas en el mundo, si bien se han comprobado sus beneficios para la salud, muchas personas diabéticas tienen dudas acerca de su consumo. Te invitamos a descubrir lo que dice la ciencia y las versiones más amigables con la diabetes
Seguir una alimentación saludable y equilibrada es una de las principales preocupaciones de la población diabética. No es ningún secreto decir que los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa, de hecho en términos científicos es bien sabido que existen alimentos tienen el poder de elevar y reducir el azúcar en sangre. Si bien algunas opciones como los ultraprocesados, las comidas rápidas y el alcohol, son nocivos por evidentes razones, otros productos de consumo cotidiano despiertan más dudas. Tal es el caso del café. Lo cierto es que para muchos de nosotros beber una taza de café caliente, es un indiscutible ritual matutino que damos por hecho. Sin embargo la pregunta del millón es ¿el café y la diabetes van de la mano? La respuesta es sí, siempre y cuando seamos consciente de cómo el café afecta en la enfermedad.
En los últimos años han salido a la luz numerosas referencias sobre los beneficios medicinales del café y a la par, también se ha hablado sobre los efectos de un exceso de cafeína en el organismo. Lo cierto, es que estos trabajos científicos han abierto la puerta a estudios más especializados y enfocados en analizar el específico efecto del café en diversas enfermedades crónicas. Y una de las principales ha sido la diabetes, de hecho aún se está deliberando sobre cómo el café afecta exactamente a la diabetes porque la investigación es algo contradictoria. Por un lado se cuenta con algunos estudios que apuntan a que el café aumenta la sensibilidad a la insulina y otros muestran que no es así.
Entre los hallazgos más relevantes se sabe que la composición genética de las personas, tiene algo que ver con cómo el café también afectará en la diabetes. Es decir, ciertos genes pueden metabolizar el café de manera diferente, lo que puede mejorar o empeorar los niveles de azúcar en sangre. Finalmente, aunque todos sabemos que la dieta es particularmente importante cuando se tiene diabetes; en el caso concreto del café es importante mencionar que no todas las personas tienen la misma tolerancia a la cafeína y es cierto que algunas presentan mayor sensibilidad.
Por fortuna los investigadores sí han logrado determinar cómo afecta el café al azúcar en sangre. Y se ha comprobado que los poderosos antioxidantes del café pueden ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre ¿La razón? Tienen la capacidad de estimular las células del páncreas para que secreten más insulina, además hacen que las células sean más sensibles a los efectos de la insulina. Complementariamente se cuenta con varios estudios pequeños, que también han demostrado que el consumo de cafeína puede provocar menos casos de hipoglucemia nocturna en personas con diabetes tipo 1. Por otra parte, en aquellos que padecen diabetes tipo 2, también se ha observado que la cafeína disminuye los niveles de azúcar en sangre durante el ejercicio prolongado. Existe otra investigación en la cual se indica que el café expreso y otros productos comerciales con cafeína, pueden causar un aumento en los niveles de glucosa en sangre poco después de beberlo.
Breve resumen sobre los beneficios del café:
Cabe mencionar que actualmente se cuenta con muchas más referencias positivas sobre las bondades del café en la salud, que negativas y de hecho estás últimas se asocian directamente con el exceso de cafeína en el organismo. De hecho se cuenta con un creciente cuerpo de evidencia a través de diferentes estudios científicos, en los cuales se ha confirmado que beber varias tazas de café al día en realidad disminuye las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Tanto el café con cafeína como el descafeinado se han asociado con un menor riesgo de diabetes.
Sobre la cantidad adecuada, a modo general podemos decir que la mayoría de los expertos coinciden en que cuatro tazas de café (lo equivalente 400 miligramos de cafeína) es una cantidad segura por día en adultos sanos. Sin embargo una nueva investigación publicada en la revista Clinical Nutrition, la cual fue encabezada por el equipo del Centro Australiano para la Salud de Precisión determinó que beber más de seis tazas de café al día, aumenta drásticamente la cantidad de lípidos en la sangre de las personas con esta alta ingesta de café.
Por lo tanto la cantidad de cafeína que consumimos importa y mucho. También se ha demostrado que en dosis controladas, la cafeína estimula la pérdida de peso, aumenta el uso de energía y suprime la acumulación de células grasas. Lo relevante, es que esta pérdida de peso se asocia con grandes beneficios en la diabetes tipo 2, dada la relación entre el exceso de peso y un mayor riesgo de enfermedad.
Así que los amantes del café, no tienen que dejar de consumirlo solo por tener diabetes. La clave está en controlar los niveles de azúcar en sangre después de consumirlo, es una gran medida que servirá de parámetro para tener una mejor idea de sus efectos en el cuerpo. Además en el caso de las personas que acostumbran beberlo en la mañana, una buena recomendación es asegurarse de que sea parte de un desayuno saludable y equilibrado. Y la última recomendación es apostar por las formas más saludables y menos calóricas de consumirlo.
Este último punto nos lleva al la inevitable pregunta ¿cuál es la mejor manera de beber café para los diabéticos? Si bien existen referencias contundentes en las que se habla de la importancia de beber café negro, tenemos que ser realistas y entender que muchas personas no lo toleran del todo por su grado de acidez. Por lo tanto existen algunas buenas recomendaciones de los expertos, que sin lugar a dudas en complemento con la adecuada supervisión médica serán de gran utilidad.
– Se cauteloso con el uso de lácteos. Es bien sabido que la mayoría tienen un alto contenido de carbohidratos ocultos, por lo tanto es importante apostar por las variantes de leche bajas en grasa y vigilar la cantidad que agregamos al café. Finalmente este tipo de hábitos pueden afectar el recuento final de carbohidratos del día.
– Evita el uso de cremas de café. Son muy calóricas, ricas en grasas saturadas y en el caso de las saborizadas, contienen mucha azúcar. También evita las cremas batidas y toppings calóricos, como el granillo de chocolate.
– Una buena recomendación es apostar por bebidas vegetales sin azúcar. Como es el caso de la leche de almendras, avena, nueces y arroz. Son una opción baja en carbohidratos, ideal para los intolerantes a lactosa.
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