El problema de los edulcorantes: reemplazan el azúcar, pero enferman el intestino

Un novedoso estudio inglés llega para confirmar un devastador efecto sobre el consumo de endulcorantes. Aquellos que se encuentran con mayor frecuencia en los alimentos y bebidas: sacarina, sucralosa y aspartamo, pueden hacer que las bacterias intestinales normales y 'saludables' se vuelvan patógenas

Endulcorante artificial

Crédito: Imagen de congerdesign en Pixabay | Pixabay

Hoy en día es muy común encontrar en los hogares y las meses de restaurantes de todo el país, endulcorantes artificiales que funcionan como uno de los más populares sustitutos del azúcar refinada para endulzar cualquier bebida y alimento. A modo general podemos decir que cualquier endulcorante sea de origen natural o artificial, son sustancias que se añaden para dotar de sabor dulce a un alimento o producto que de otra forma tendría un sabor amargo o que simplemente se desea endulzar. Lo cierto es que en los últimos años de manera particular han llamado la atención las devastadoras consecuencias para la salud relacionadas con un alto consumo de endulcorantes químicos. De hecho un nuevo estudio inglés ha salido a la luz y llega para darnos una razón más para pensar dos veces antes de consumir este tipo de endulzantes.

Investigadores de la Universidad Anglia Ruskins una de las universidades británicas más grandes del Este de Inglaterra, descubrieron que los endulcorantes artificiales comunes pueden hacer que las bacterias intestinales perfectamente sanas se enfermen e invadan la pared intestinal. Por supuesto este tipo de reacción en el sistema intestinal, no solo se relaciona con posibles problemas digestivos, también aumenta el riesgo de otros padecimientos de salud más graves. Cabe mencionar que de manera específica, se trata de la primer investigación enfocada en documentar los efectos patógenos de la sacarina, sucralosa y aspartamo (tres de los edulcorantes artificiales más populares) en dos variedades de bacterias intestinales, Escherichia coli y E. faecalis.

La realidad es que actualmente existe mucha preocupación entorno al consumo de endulcorantes artificiales. Complementariamente por otra parte como un tema muy en tendencia, se ha hablado mucho sobre la importancia de gozar de una salud intestinal óptima, no es ningún secreto decir que es un aspecto que se relaciona directamente con la salud del sistema inmunológico y la prevención de enfermedades. Este estudio llega para demostrarnos como los endulcorantes pueden afectar la capa de bacterias que sustentan el intestino, conocida como microbiota intestinal.

Según declaraciones del autor principal del estudio el Dr. Havovi Chichger, profesor titular de ciencias biomédicas en ARU; este estudio es el primero en demostrar que algunos de los endulcorantes que se encuentran con mayor frecuencia en los alimentos y bebidas  (sacarina, sucralosa y aspartamo) pueden hacer que las bacterias intestinales normales y ‘saludables’ se vuelvan patógenas. Se cree que estos cambios patógenos incluyen una mayor formación de biopelículas y una mayor adhesión e invasión de bacterias en las células intestinales humanas.

Si bien es importante mencionar que investigaciones anteriores ya habían demostrado un vínculo entre los edulcorantes artificiales y ciertos cambios en la cantidad y sobre todo el tipo de bacterias en el intestino. Sin embargo, este último trabajo molecular lleva las cosas un paso más allá al revelar que los edulcorantes también pueden hacer que las bacterias intestinales sean infecciosas. De tal modo que una vez enfermas, las bacterias se adhieren, invaden y finalmente matan las células Caco-2 que recubren la pared del intestino.

El estudio planteó una pregunta inicial enfocada en el consumo de refrescos dietéticos, basados en el consumo promedio por persona ¿Dos latas de refresco dietético pueden provocar problemas de salud intestinal? La explicación de los científicos es la siguiente: después de atravesar la pared intestinal, las bacterias como E. faecalis generalmente ingresan al torrente sanguíneo y se acumulan en los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo. Eventualmente, esto puede conducir a una serie de infecciones, incluida la sepsis. Para los tres edulcorantes analizados, la cantidad en dos latas de refresco dietético resultó suficiente para aumentar significativamente la acumulación de E. coli y E. faecalis en las células intestinales Caco-2.

Dentro de las consecuencias más preocupantes traducidas en la salud humana, se comprobó que estos daños en la salud intestinal generan una mayor acumulación de toxinas y con ello se aumenta el riesgo de padecer diversas enfermedades. Sobre todo las relacionadas con daños en el sistema inmunológico y asociadas con el efecto de los radicales libres en el organismo, de tal modo que seremos más propensos a adquirir una gripe, padecer obesidad, diabetes, estados emocionales alterados y otras condiciones degenerativas. Si bien, los tres edulcorantes hicieron que las bacterias intestinales patógenas invadieran las células Caco-2 que se encuentran en la pared intestinal, hubo una excepción con la sacarina que no mostró ningún efecto significativo sobre la invasión de E. coli. Este tipo de cambios conducen a que las bacterias intestinales propias invadan y causen daño en el intestino,  lo que puede estar relacionado con infecciones, sepsis (la respuesta abrumadora y extrema del cuerpo a una infección) y fallas multiorgánicas.

A estas alturas todos sabemos sobre las consecuencias de un excesivo consumo de azúcar. Es uno de los principales factores en el desarrollo de afecciones como la obesidad, diabetes y padecimientos cardíacos, con base en ello muchas personas suelen normalizar la ingesta de endulcorantes artificiales y considerarlos una alternativa viable sin calorías. Hoy en día con tanta información al respecto, es importante que aumentemos nuestro conocimiento sobre los edulcorantes frente a los azúcares en la dieta para comprender mejor el impacto en nuestra salud.

Sin embargo, los hallazgos se encuentran con objeciones de la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA), que afirma que la evidencia actual no muestra ningún efecto adverso de los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías en la microbiota intestinal. Por lo que rechazan en su totalidad los hallazgos del estudio. Sin lugar a dudas es un tema que seguirá dando pie a nuevas investigaciones y estudios, por fortuna actualmente tenemos a nuestra disposición mucha información que nos ayuda a tomar las mejores decisiones y crear una nueva visión sobre cómo los alimentos pueden ser nuestra mejor o peor medicina.

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