Diabetes: más comida rápida, más chances de padecerla

Vivir en un vecindario con más restaurantes de comida chatarra, independientemente de la región de Estados Unidos, se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Así lo sugieren en un reciente estudio investigadores de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad Estatal de Nueva York

Comida rápida y diabetes

De acuerdo con un reciente análisis de diversos estudios, sobre el consumo de procesados y la salud cerebral. Una población bien alimentada es más capaz de soportar el estrés. Crédito: Shutterstock

El entorno que nos rodea influye más de lo que creemos en nuestra salud. Un número creciente de estudios sugieren que existe un vínculo entre el entorno construido en los vecindarios y el riesgo de que sus residentes desarrollen enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. De manera específica este estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad Estatal de Nueva York, y el cual fue publicado en Jama Network Open, sostiene que vivir en un vecindario con más restaurantes de comida chatarra, independientemente de la región de Estados Unidos, se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante. Los hallazgos también indican que tener acceso a más tiendas de comestibles puede ayudar a proteger contra el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, especialmente en áreas suburbanas y rurales.

Dentro de los aspectos más relevantes del estudio, se sabe que se basa en datos que involucran a más de 4 millones de veteranos estadounidenses. Los investigadores también compararon los restaurantes de comida chatarra y las tiendas de comestibles en relación con otros lugares para encontrar comida. Los expertos dicen que este será el primer paso para examinar la relación entre los cuatro tipos diferentes de vecindarios (densamente construidos, mal construidos, suburbanos y rurales), y que será hiperlocal y a escala en todo Estados Unidos.

De acuerdo con declaraciones de la investigadora Rania Kanchi, del Departamento de Salud de la Población de la universidad: “La mayor parte del trabajo que examina el entorno alimentario construido y su relación con las enfermedades crónicas tiene un alcance escaso o se ha realizado en lugares específicos.” También, Langone, el autor principal del estudio se pronunció al respecto: “Nuestro estudio es de alcance nacional y nos ha permitido identificar los tipos de comunidades en las que viven las personas, caracterizar su entorno alimentario y observar lo que les sucede a lo largo del tiempo. El tamaño permitió establecer generalidades geográficas que otros estudios no pudieron lograr “.

Cabe mencionar que los veteranos fueron seguidos durante cinco años y medio. Y durante este período de tiempo, al 13,2% del grupo se le diagnosticó con diabetes tipo 2. Otro dato bastante relevante para los investigadores, fue que los hombres desarrollaron la enfermedad con más frecuencia que las mujeres (13,6 frente a 8,2%). Dentro de las revelaciones, también descubrieron que los adultos negros no hispanos también corren un mayor riesgo (16,9%) que los blancos no hispanos (12,9%), los asiáticos e hispanos no blancos (12,8%), los isleños del Pacífico (15%) y los pueblos de las Primeras Naciones, incluidos los nativos de Alaska (14,2%).

Además, el 14,3% de las personas mayores que viven en áreas urbanas densamente pobladas desarrollaron diabetes tipo 2, mientras que la proporción fue más baja entre los que viven en suburbios y ciudades pequeñas con un 12.6%.

Los investigadores concluyeron que el impacto del entorno alimentario sobre la incidencia de la diabetes tipo 2 varía con la densidad urbana de las comunidades, pero no cambia según las diferentes regiones de los Estados Unidos. De cierta manera el mensaje es contundente y lo hemos visto a través de diferentes trabajos de investigación encabezados por los médicos más reconocidos: es momento de aprender más sobre la relación entre el entorno alimentario y las enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Es momento de ser parte de la solución, también los gobiernos deben de formar parte de ello y es importante que se den a la tarea de crear nuevas estrategias. Al mejorar la disponibilidad de opciones de alimentos saludables que se venden en restaurantes o puntos de venta, o bien promulgando leyes de zonificación que ayuden a que las comunidades tengan opciones de alimentos más saludables al alcance.

De acuerdo con los autores del estudio, una de las principales limitaciones es que el trabajo no puede ser del todo generalizable a poblaciones que no excombatientes, ya que estas últimas tienden a ser masculinas y sufren más problemas de salud. También influye la inestabilidad financiera en comparación con la población civil, lo cual es un aspecto que se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar discapacidad, obesidad y otras afecciones crónicas.

Finalmente, en los últimos años la tendencia nos invita a seguir una alimentación natural basada en el consumo de alimentos integrales y sobre todo, libre de procesados y comidas rápidas. La calidad de la dieta no solo es un aspecto primordial en la prevención y control de la diabetes, es la llave para prevenir las cada día más recurrentes enfermedades crónicas que tanto asechan a la sociedad y el secreto para vivir por más tiempo.

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