Asesoramiento nutricional es clave para reducir el hígado graso
Una buena alimentación con consumo bajo en azúcares, puede ayudar a la prevención del hígado graso no alcohólico
Una dieta hipocalórica, actividad física con regularidad y adoptar un estilo de vida saludable son algunas de las recomendaciones que hacen los especialistas para la prevención del hígado graso.
Un informe de la Asociación Estadounidense para el Estudio de las Enfermedades del Hígado indica que el tratamiento para el hígado graso no alcohólico (NAFLD) por sus siglas en inglés, implica la modificación del estilo de vida, para lograr la pérdida de peso entre 7 % al 10 %
Una de las recomendaciones de la asociación es la adopción una dieta hipocalórica, que debe ser individualizada según las preferencias y necesidades dietéticas del paciente.
A través de este tipo de dietas el individuo logrará la pérdida de peso, además recomiendan evitar el consumo de azúcar refinada en forma de fructosa, en especial las bebidas azucaradas.
La dieta hipocalórica permite a las personas lograr una pérdida de peso a largo plazo. Con este tipo de dieta es más factible lograr mejorar la condición del hígado graso no alcohólico.
El asesoramiento nutricional debe seguir los lineamientos de las pautas para el manejo dietético de la obesidad, en el caso de pacientes con sobrepeso y obesidad con NAFLD.
Asociación Estadounidense para el Estudio de las Enfermedades del Hígado recomienda hacer el seguimiento de la dieta con profesionales e incluso de un equipo multidisciplinario de dietistas registrados, médicos, fisioterapeutas y terapia conductual para evaluar al paciente.
¿Qué se debe hacer para evitar el hígado graso?
El informe indica que hay una estrecha relación entre el hígado graso no alcohólico, la obesidad y la resistencia a la insulina, por lo cual se hace de vital importancia que los afectados adopten un estilo de vida saludable.
Mientras que a los profesionales de la salud, se les confía la labor de ayudar a los pacientes a mantener un peso saludable, ya que este sería el primer paso para reducir el riesgo de desarrollar NAFLD.
Los profesionales de la salud debe estar atentos a señales como la resistencia a la insulina. En estos casos, los especialistas debe instar los pacientes a tomar medidas para mejorar el control glucémico mediante modificaciones en la dieta, hacia una más sana y equilibrada, con un consumo bajo de azúcares refinados.
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