El día que la ONU sesionó en Queens: la historia olvidada del edificio que fue sede mundial
Antes de tener su icónica sede en Manhattan, la ONU celebró sus primeras sesiones en un edificio del parque Flushing Meadows-Corona
En este histórico edificio en Queens, grandes diplomáticos tomaron decisiones que han marcado el rumbo de la historia. Crédito: Shutterstock
Mucho antes de que los delegados de todo el mundo se reunieran frente al East River, la Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo su primera casa en Queens.
Entre 1946 y 1950, el New York City Building, ubicado en el parque Flushing Meadows-Corona, fue el escenario donde se tomaron decisiones históricas que marcaron el rumbo del siglo XX.
Este edificio, que hoy alberga el Queens Museum, fue una sede temporal improvisada, pero simbólica: desde allí, la recién creada ONU comenzó a definir su papel como mediadora internacional y promotora de la paz mundial.
Un edificio nacido para la Feria Mundial de 1939
El New York City Building no fue construido con fines diplomáticos, sino para la Feria Mundial de 1939, celebrada en el mismo parque de Flushing Meadows. Era un pabellón de arquitectura moderna que, tras el evento, fue adaptado para distintos usos, incluyendo una pista de patinaje sobre hielo y de ruedas.
Cuando la ONU se fundó oficialmente en 1945, necesitaba con urgencia un lugar donde celebrar las primeras sesiones de su Asamblea General. Nueva York ofrecía varias opciones, pero el espacio en Queens destacaba por su tamaño, accesibilidad y el simbolismo de representar a la ciudad anfitriona.
Así, en 1946, el edificio fue reacondicionado: se instalaron cabinas de traducción simultánea, mobiliario diplomático y un sistema de sonido avanzado para la época. De esta manera, un pabellón ferial se transformó en el centro político del mundo, al menos por unos años.
Decisiones que cambiaron la historia
Durante su estancia en Queens, la ONU tomó decisiones que dejaron una profunda huella en la historia moderna. En ese recinto se aprobó la creación del UNICEF, el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia, que desde entonces ha salvado millones de vidas en todo el planeta.
Pero quizá la decisión más trascendental fue la resolución sobre la partición de Palestina, adoptada en 1947, que condujo a la creación del Estado de Israel. Aquel debate, cargado de tensiones políticas y religiosas, definió el mapa del Medio Oriente y sigue siendo uno de los momentos más recordados en la historia temprana de la ONU.

En los mismos salones del New York City Building se discutieron temas como el desarme, la ayuda humanitaria y la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial. En un contexto global marcado por la Guerra Fría y el inicio de nuevas alianzas, Queens fue por un breve periodo el corazón diplomático del planeta.
Los planes de una sede permanente
A finales de la década de 1940, la ONU necesitaba un espacio propio y permanente. En un principio, el Parque Flushing Meadows-Corona fue considerado como una posible ubicación para construir la sede oficial. Las amplias áreas verdes y la cercanía al aeropuerto LaGuardia lo convertían en una opción atractiva.
Sin embargo, los planes cambiaron cuando el empresario John D. Rockefeller Jr. compró un terreno de 7 hectáreas a orillas del East River, en Manhattan, y lo donó a la organización. Aquella donación fue decisiva: el nuevo complejo diplomático se diseñó con la colaboración del arquitecto Le Corbusier y comenzó a construirse en 1949.
La primera piedra de la sede permanente se colocó ese mismo año, y en 1952 la ONU finalmente se mudó a su actual ubicación en Midtown East.
Del poder mundial al arte local
Tras la partida de la ONU, el edificio de Queens fue remodelado y regresó a sus funciones cívicas. Décadas más tarde, se transformó en el Queens Museum, uno de los espacios culturales más importantes del condado.
Hoy, quienes lo visitan pueden admirar la icónica Maqueta de la Ciudad de Nueva York (Panorama of the City of New York), una obra monumental creada para la Feria Mundial de 1964 que muestra en miniatura cada edificio de los 5 condados.
Pocos visitantes saben que, en esas mismas salas, se debatieron temas que cambiaron el curso de la historia mundial. Una placa conmemorativa en el museo recuerda el paso de la ONU por el lugar, pero el eco de aquellas voces diplomáticas sigue siendo una parte poco conocida del patrimonio neoyorquino.
Un legado diplomático en el corazón de Queens
El paso de la ONU por Flushing Meadows-Corona simboliza una época de reconstrucción, esperanza y búsqueda de paz tras los horrores de la II Guerra Mundial. A pesar de su carácter temporal, la sede en Queens fue el punto de partida para muchas de las iniciativas que definieron el siglo XX.
Hoy, el edificio no solo alberga arte y cultura, sino también la memoria de un momento en que Nueva York se convirtió en el centro del mundo. Recordar que la ONU alguna vez sesionó en Queens es rescatar una página fascinante de la historia de la ciudad y del espíritu internacional que aún la define.
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