Rikers Island: otro fallecimiento reaviva la crisis del sistema penitenciario de Nueva York
Desde que Eric Adams asumió la alcaldía en 2022, al menos 46 personas han perdido la vida en Rikers, lo que refleja el continuo deterioro del complejo
Katal Center dijo que el recluso presentó un problema de salud. Crédito: Seth Wenig | AP
Un hombre recluido en el Centro Correccional Otis Bantum de Rikers Island presuntamente falleció durante la noche del jueves por un problema de salud, denunció la organización comunitaria Katal Center for Equity, Health and Justice.
Por el momento, las autoridades no han divulgado más detalles sobre las circunstancias, que marcan la decimotercera muerte bajo custodia del Departamento de Correcciones de Nueva York en lo que va de 2025.
Desde que Eric Adams asumió la alcaldía en 2022, indicó la organización, al menos 46 personas han perdido la vida en Rikers, lo que refleja el continuo deterioro del complejo.
Crisis de salud y hacinamiento
Rikers Island, situado entre los distritos de Queens y El Bronx, es considerado uno de los complejos carcelarios más problemáticos de Estados Unidos. Alberga principalmente a personas en prisión preventiva o con condenas cortas, en instalaciones envejecidas y con severos problemas de personal y servicios básicos.
La población penitenciaria ha aumentado de manera constante y actualmente más de 7,000 personas permanecen recluidas diariamente, muchas en condiciones de hacinamiento y sin supervisión adecuada.
Según datos recientes publicados por el John Jay College y Katal Center, el 60% de los detenidos necesita servicios de salud mental, el 22% tiene un diagnóstico de enfermedad mental grave, el 25% padece trastorno por consumo de opioides, el 28% tiene enfermedad pulmonar y el 15% sufre de enfermedad cardiovascular.
Reformas pendientes
A pesar de la gravedad de la situación, las reformas legislativas aún no se han materializado. En junio, la Legislatura de Nueva York aprobó el Proyecto de Ley Integral de Supervisión de Cárceles y Prisiones, que fortalece la autoridad de la Comisión Estatal de Correcciones para supervisar cárceles locales y estatales, incluida Rikers.

La gobernadora Kathy Hochul aún no ha firmado la ley, lo que mantiene en suspenso cualquier acción que permita regular de manera efectiva el complejo, recordó Katal Center.
Jeffery Davis, miembro de la organización, declaró: “Es una tragedia que otra persona haya fallecido en Rikers. He estado detenido allí y sé lo terribles que son las condiciones y la corrupción que reina. Se les niega a las personas acceso a atención médica vital, sufren violencia y alimentación inadecuada. Esto tiene que acabar”.
Instó al alcalde y a la gobernadora a tomar medidas drásticas, incluyendo la excarcelación y el cierre de Rikers.
Cierre de Rikers: promesas incumplidas
El plan oficial de la ciudad prevé el cierre de Rikers para 2027, reemplazándolo por cuatro cárceles más pequeñas y “modernas” en otros distritos. Sin embargo, retrasos en la construcción, falta de consenso político y aumento de la población carcelaria han puesto en entredicho el cronograma.
El alcalde Eric Adams ha reiterado su compromiso con el cierre, aunque contempla la posibilidad de reformas parciales de las instalaciones existentes, lo que ha generado críticas de sindicatos y defensores de derechos civiles.

Rikers Island ha registrado un patrón persistente de violencia entre reclusos, uso excesivo de fuerza por parte de guardias y negligencia en atención médica, según informes de organizaciones de derechos civiles, denunciaron hace una semana la Coalición de Acción contra las Cárceles y la Campaña #HALTsolitary.
Pero la crisis penitenciaria no se limita a Rikers: otras cárceles municipales y estatales de Nueva York enfrentan problemas similares, incluyendo violencia, muertes, hacinamiento y falta de personal. Hace apenas unos días, un capellán musulmán empleado por el sistema penitenciario de la ciudad de Nueva York se quitó la vida en Marcy Correctional Facility.
Desde 2020, indicaron la coalición y la campaña, más de 70 personas han fallecido en cárceles de la ciudad, con 12 muertes registradas solo en 2025, reflejando un problema sistémico que va más allá de un solo centro.
Asimismo, el Katal Center impulsa la campaña #CierreDeRikers, que busca reducir la población carcelaria, invertir en vivienda, salud, educación y empleo, y garantizar el cierre del complejo.
Propone además reformas estructurales para todo el sistema penitenciario de la ciudad, incluyendo prohibir el aislamiento solitario, crear programas de desvío para personas con problemas de salud mental y reforzar la rendición de cuentas del Departamento de Corrección.
Defensores de derechos humanos y activistas esperan que el alcalde electo Zohran Mamdani aplique las reformas necesarias para poner fin a la “crisis humanitaria” en las prisiones de la ciudad.
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