Un bronceador de zanahoria le desfiguró el rostro durante sus vacaciones
La chica de 21 años pasaba unos días en Turquía
Las vacaciones de Bethany Mason por Turquía se convirtieron en una pesadilla cuando un bronceador de zanahoria le desfiguró el rostro.
La chica de 21 años compró un aceite de bronceado rápido con betacaroteno de la marca Malibu, que una amiga suya le recomendó, pero los resultados fueron más que decepcionantes.
Al llegar a Turquía, Mason decidió pasar su primer día de vacaciones al sol en la piscina de su hotel junto a su novio Callum Francis, pero al terminar la jornada comenzó a sentirse mal, con un poco de fiebre. A pesar de ello, la pareja decidió asistir a un centro nocturno.
A la mañana siguiente, Francis se asustó al ver el rostro de su novia: completamente hinchado, como lleno de agua; Bethany estaba irreconocible. El joven acudió de inmediato a la conserjería del hotel para solicitar un médico que revisara a la chica. El diagnóstico fue “envenenamiento por el sol”, un término utilizado para describir quemaduras extremas al exponerse a los rayos solares y que suele provocar fiebre, hinchazón, dolores de cabeza, mareos y náuseas.
El problema fue que el aceite de zanahoria que utilizó la joven inglesa, no contenía ningún filtro de protección solar contra los rayos UVB o UVA, algo que ella no revisó al comprarlo. La reacción de la piel de Mason la dejó hinchada y desfigurada.
El médico le aplicó un par de inyecciones, le recetó algunas pastillas para combatir la hinchazón y le prohibió exponerse al sol durante varios días. Afortunadamente, luego de 72 horas de tratamiento y de evitar la luz solar, la hinchazón desapareció. Sin embargo, el tremendo susto que la pareja se llevó, hizo sus vacaciones inolvidables.
De acuerdo con un reporte del Daily Mail, no está claro si la terrible reacción de la piel de Mason fue provocada únicamente por el sol o si algún componente del producto le causó una reacción alérgica que ocasionó el dolor y la hinchazón.
Para exponerse al sol, los expertos recomiendan utilizar una loción con factor de protección solar (SFP) de al menos 30 para resguardarse de los rayos UVB (radiación ultravioleta) y de cuatro estrellas para los rayos UVA (radiación ultravioleta A). Una recomendación que no debemos echar en saco roto, especialmente cuando el verano ya está a la vuelta de la esquina.