Tarjetas de débito con cheque de estímulo: senadores demócratas alertan de sus peligros
¿Información confidencial de los portadores podría estar en riesgo?
Legisladores federales le reclamaron, mediante una carta, al Departamento del Tesoro y al Servicio de Rentas Internas (IRS) sobre los problemas que algunos beneficiarios que recibieron el cheque de estímulo en forma de tarjeta de débito han experimentado como los cargos por servicio y posible acceso a información privilegiada.
Los “Pagos de Impacto Económico” empezaron a distribuirse en abril mediante depósito directo en virtud de “CARES Act”, aprobada en el Congreso estadounidense.
Se supone que el resto de los pagos serían enviados en cheques en papel desde el 24 de dicho mes.
Como una especie de plan piloto, el Departamento del Tesoro informó a mediados de mayo que unos 4 millones de beneficiarios recibirían el dinero en plástico o por medio de una “EIP Card”.
La intención inicial de esta forma de pago era facilitar el procesamiento y uso de los fondos.
Pero, en el proceso, estas agencias han tenido que reconocer que la idea no ha resultado tan efectiva como esperaban.
Un informe reciente en la legislatura indica que al menos 44,000 beneficiarios habrían desechado o perdido la tarjeta de débito bajo la creencia de que se trata de correo basura y tuvieron que solicitar un reemplazo.
El Tesoro detalló que ese número es equivalente a solo un 1 % de la totalidad de las tarjetas distribuidas.
Lo anterior, sin embargo, no convence a senadores demócratas, quienes le pidieron cuenta a estas agencias por el accidentado proceso de envío de las ayudas en tarjeta de débito y la falta de datos.
En la carta remitida la semana pasada y encabezada por los senadores Maggie Hassan, Sherrod Brown y Jack Reed, se plantea que el Tesoro no notificó con anticipación a los recipientes cómo su pago sería enviado.
El grupo, además, cuestiona que – dado que la correspondencia llega en una sobre liso con el remitente “Money Network Cardholder Service”-, muchos recipientes han sido incapaces de reconocer que se trata de la ayuda económica.
Los senadores también se quejaron de los cargos por el reemplazo de tarjetas botadas o perdidas, entre otros. La tarifa adicional después del primer pedido de reemplazo es de $7.50; si el portador quiere recibir la tarjeta de manera expedita o en menos de 10 días, son $17.
“Nosotros estamos seriamente preocupados por la imposición de estas tarifas a individuos que necesitan urgentemente la asistencia a la que tienen derecho bajo CARES Act”, escribieron los congresistas.
Otro asunto que inquieta a los senadores es la cantidad de información personal “sustancial” que se les requiere compartir a los portadores de la EIP Card.
“Estos cargos son aún más preocupantes porque estos individuos no solicitaron una tarjeta de débito prepagada y son incapaces de requerir su método preferencial para recibir el pago de estímulo con el IRS”, plantean en la misiva.
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