Oficiales hispanos del NYPD temen que en 2020 la Gran Manzana pierda su sitial de ‘ciudad segura’
Tres policías latinos comparten con El Diario su visión de las reformas y el clima anti policial, en medio del alza de las balaceras. Hasta el 12 de julio la ciudad registró 115 muertes por impactos de balas
El transcurso de los días de calor en este verano del 2020, han sido muy complicados y sangrientos para la Gran Manzana.
Por un lado, los desafíos que sigue imponiendo la pandemia del coronavirus, y por otro, la ciudad cuyas autoridades se ufanaban hasta hace poco de ser la más segura del país, ahora muestra números muy preocupantes por la actuación de la violencia armada.
Si se escudriñan las estadísticas oficiales, ha pasado casi un cuarto de siglo desde que la ciudad de Nueva York había experimentado tantas balaceras en los meses de junio y julio, como ha ocurrido este año.
¿A qué se debe esta tendencia? Diversas voces de la ciudad “desenfundan el arma” de sus argumentos para tratar de explicar lo que podría revertirse al final de este año, en un retroceso de más de 25 años, en las cifras de control a los decesos a causa de armas de fuego. Y uno de los veranos más “rojos” en la historia reciente.
El Diario conversó con tres oficiales hispanos activos del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD), de diferentes rangos, que prefirieron por razones obvias mantener su nombre en el anonimato.
Fuentes de la Uniformada dan cuenta que en el interior de la institución, no hay una sola visión sobre el alza de la violencia en la ciudad, en un cuerpo policial multiétnico compuesto por más de 35,000 oficiales.
“Desde que sucedió lo de Eric Garner, hace 6 años, el afroamericano que murió por una llave de estrangulamiento por parte de un agente nuestro, hubo una sacudida dentro de NYPD. Yo considero que para bien. Se generaron nuevos reglamentos internos. Hubo una toma de conciencia y buscaron estrategias para mantener el respeto ante la comunidad. Pero también surgieron códigos para evitar la brutalidad”, comenta un sargento de origen boricua.
El efectivo asegura que desde muy niño, cuando creció en El Bronx en los años 70, ese condado era un “verdadero infierno”. El soñaba con ser policía para hacer las cosas diferentes. Piensa que lo ha logrado.
“Créeme no existe patrón de formación en nuestra escuela y de nuestros superiores, para atacar a ningún grupo en específico. Veníamos avanzando en programas de acercamiento a las comunidades. Eso que anunciaron para este verano, de interrupción de la violencia con líderes comunitarios, no es nada nuevo. Hay barrios que eran terribles hace 5 años y ahora están más tranquilos”, subraya el funcionario.
Todo en menos de un mes
Todo indica que las presiones de la coalición ‘Black Lives Matter’ tuvo un eco profundo en los cimientos de la institución: redujeron su presupuesto en $1,000 millones, eliminaron una unidad de agentes vestidos de civil de prevención del delito y la Asamblea Estatal derogó la ley 50-A que permitía el secretismo de los reportes de conducta policial.
Además, el Concejo Municipal aprobó un paquete de seis leyes de reforma policial que penaliza el uso de llaves de estrangulamiento, permite grabar las acciones de los policías y obliga al NYPD a crear un esquema de disciplina que describa las sanciones y las informe públicamente.
También se pasó la legislación para crear la supervisión civil del uso de tecnología de vigilancia por parte de los oficiales. Todos estos esquemas normativos se aprobaron en un mes.
El discurso que acompañó las reformas
Una agente más joven, de origen ecuatoriano, considera que la ola de movimientos antirracistas y contra la brutalidad policial que surgieron en mayo en todo el país tras la muerte de George Floyd, fueron aprovechados por sectores políticos de Nueva York para “ganar terreno para sus intereses muy personales”.
La funcionaria de NYPD quien nació en la Gran Manzana, es de la primera generación de inmigrantes del país suramericano. Califica las recientes reformas “en parte” positivas, porque los efectivos que hacen bien su trabajo no tendrían por qué temer a la vigilancia.
“El problema ha sido el discurso que acompañó las reformas. Nos describen a todos, sin excepción, como unos abusadores y criminales que perseguimos a las minorías. Ahora vemos a jóvenes en los vecindarios que se burlan de nosotros. Nos gritan vulgaridades. En este ambiente, cualquier actuación apegada a la ley y a nuestras funciones, puede ser interpretada como racismo o brutalidad”, narró la oficial.
“Delincuentes se sienten protegidos”
A juicio de ambos uniformados, uno boricua que se crió en el Condado de la Salsa y otra de padres ecuatorianos que creció en Queens, este ‘clima anti policial’ unido a la reforma de la ley de fianzas y las distorsiones sociales que además ha acentuado el coronavirus en los vecindarios más pobres, pondrá contra las cuerdas a los neoyorquinos.
La opinión de estos agentes, al unísono, es que todo está conspirando para el regreso de una “ciudad muy violenta como la que retrataban las películas en los 80”.
“Salimos todos los días con responsabilidad a cuidar a la gente. Y como institución no vamos a desmayar. Pero lamentablemente hay delincuentes que ahora se sienten protegidos y asumen que tienen carta abierta para jugar con la justicia. Eso es la verdad”, explica la funcionaria policial.
“Es peligroso bajar la guardia”
Otro agente de origen dominicano, quien también declinó identificarse, calcula que en los destacamentos policiales en donde antes se contaba con ‘lluvias de reportes’ que ayudaban a detener el crimen, posiblemente se empezarán a sentir cambios.
“Parte del éxito de NYPD en los últimos años en reducir al máximo el crimen, es que la gente denuncia. Ahora te encuentras a los mismos vecinos diciendo que no quieren perder tiempo reportando a alguien que fue incluso grabado haciendo una fechoría, o detenido con las manos en la masa. Porque mañana mismo podría estar libre con las nuevas leyes”, indica el agente .
Dentro del edificio de One Police Plaza en el Bajo Manhattan, la sede principal de la Uniformada neoyorquina, hay muchas visiones de esta crisis de violencia que padece la ciudad. Algunas facciones han hablado hasta de una huelga general ante el recorte del presupuesto y como una medida para rechazar las reformas.
Hasta ahora ninguna acción extrema ha prosperado.
“Creo que lo mejor que podemos hacer es demostrar que somos la mejor policía del mundo. Es importante que la institución recobre su moral, pero con trabajo y demostrando que podemos enfrentar esta ola criminal con un gran nivel profesional, a pesar que nos quiten recursos y nos acusen de cualquier cosa”, dice el oficial.
Este año el plan ‘Summer-All-Out’ no se implementó. Desde hace 5 años se sacaban más funcionarios a las calles para poner un muro de contención a la violencia armada que coincide con los meses de más altas temperaturas.
“Respeto como hispano, además como una persona de color, todos los movimientos por vencer la injusticias raciales, pero es peligroso bajar la guardia, especialmente en el verano. Los tiroteos de manera normal aumentan en esta época, pero me temo que todo esto se mezcla con la rebeldía de muchos jóvenes que sienten que nosotros los policías ahora estamos más débiles”, explica el funcionario quisqueyano.
De igual forma, la Ciudad anunció esta semana un plan de desplazamiento policial a los vecindarios ‘más calientes’ de los cinco condados, tomando en cuenta que el COVID-19 alejó a los turistas en esta temporada.
“Están arruinando a la ciudad”
El testimonio de estos tres funcionarios no se aleja de la dinámica discursiva de los jefes del NYPD, desde hace un par de meses.
El pasado lunes, el propio comisionado de Policía Dermot Shea, en una intervención pública reproducida por medios locales en pleno huracán de la creciente violencia armada y las nuevas leyes de vigilancia policial, no dudó en aseverar que los “políticos cobardes están arruinando la ciudad”.
“No sé si ha habido un período exactamente como este, en el que muchos sistemas de gobierno sean literalmente cobardes y no defiendan lo que es correcto. Están fallando en todas las medidas posibles para ser líderes. No tienen idea de cómo mantener seguro a los neoyorquinos”, exclamó Shea.
A finales de junio, el máximo jefe de la Uniformada explicó que una de las razones de esta alza de la violencia es la cantidad de criminales que hay en las calles, debido que han sido liberados por las nuevas leyes aprobadas en el estado.
“Y esto se pondrá peor”, aseveró el máximo jefe de la Uniformada.
“¿Cuántos más crímenes y violaciones a las normas de calidad de vida van a tolerar, como este aumento de las balaceras, que está relacionado con el hecho de que hay mucha gente mala libre, que no están pagando por sus faltas?”, se preguntó Shea, agregando: “El NYPD no está recibiendo ayuda de las leyes para atacar esta situación”.
Coaliciones quieren más
Aunque para los efectos del cuerpo policial los cambios legales y presupuestarios tendrán mucho impacto en sus actuaciones y en la seguridad pública, para más de 100 organizaciones que abogan por más reformas como Comunidades por la Reforma Policial, Make the Road NY (MRNY) y The Legal Aid Society todavía falta un gran camino por recorrer.
“La lucha por la rendición de cuentas de la Policía en Nueva York, está lejos de terminar. Sabemos que el racismo en el sistema de aplicación de la ley en este estado, no se puede curar fácilmente. Seguiremos resistiendo cualquier violación de los derechos de nuestras comunidades de color,” ha insistido Adilka Pimentel, organizadora principal de MRNY.
El último video que corrió por las redes sociales que muestra cómo oficiales golpean, arrastran y rocían gas pimienta a un desamparado en un tren en Manhattan por ocupar más de un asiento en el vagón, es el más reciente registro de supuesto exceso policial que ocupa a las organizaciones.
Edda Ness, abogada en The Legal Aid Society, calificó previamente el hecho como “desmesurado y completamente indefendible”.
“La negativa del comisionado Dermot Shea a disciplinar a los oficiales que asaltaron brutalmente a este desamparado debería alarmar a todos los neoyorquinos. Pero no es sorprendente, ya que Shea elogió a sus propios oficiales durante las manifestaciones por el asesinato George Floyd, a pesar de la marea de publicaciones en redes sociales”, concluyó la activista.
Fuego cruzado en las calles de NYC
- 3 veces ha aumentado el número de balaceras si se compara con el mismo periodo del año pasado desde el 8 de junio cuando arrancó la Fase 1 de reapertura económica.
- 585 incidentes con balas desde el fin de semana del 4 de julio en comparación con 381 en el mismo periodo del 2019.
- 115 muertes por balas desde el 1 de enero hasta el pasado 12 de julio, 69 decesos más que el mismo tiempo en 2019.
- 662 heridos de bala en esa mismo lapso de tiempo, 387 más que el año pasado.
- 53 niños han sido baleados en lo que va de año en contraste con 37 de todo el 2019, entre las víctimas recientes incluyen un niño de 1 año.
- 215 jóvenes entre 18 y 24 años han sido blanco de balas frente a 125 todo el año pasado.
- 185 adultos entre 31 y 40 años han sido víctimas de la violencia armada, 97 más que todo el 2019.
- 10 adultos mayores han recibido un impacto de un proyectil este año a diferencia de 7 el año pasado.