Muchos pacientes recuperados de COVID-19 desarrollan enfermedades mentales en los siguientes 90 días

Ansiedad y depresión son algunos de los trastornos que presenta un porcentaje importante de los enfermos

Padecer coronavirus puede desencadenar trastornos mentales e insomnio. Crédito: Unsplash

10 Nov 2020, 19:21 PM EST

Ansiedad y depresión son algunas de las enfermedades mentales que muchos pacientes recuperados de COVID-19 desarrollan en los siguientes 90 días a su diagnóstico de coronavirus, al igual que otros trastornos como demencia e insomnio.

Luego de analizar los registros de salud de 69 millones de personas en Estados Unidos, 62,000 de ellos enfermos de coronavirus, los investigadores de las universidades de Oxford y Cambridge encontraron que prácticamente uno de cada cinco sobrevivientes (un 18 por ciento) recibió un diagnóstico psiquiátrico en los tres meses siguientes a la confirmación de su infección por SARS-CoV-2.

Este porcentaje representa el doble de probabilidades de desarrollar trastornos psiquiátricos que otros pacientes con diferentes enfermedades, como influenza, fracturas óseas extensas, infecciones de la piel, cálculos biliares y renales y otras infecciones respiratorias.

“Nuestros datos muestran un aumento de los diagnósticos en todas las categorías principales de trastornos de ansiedad, y no está claro si la ansiedad posterior al COVID-19 tendrá un cuadro particular similar al trastorno de estrés postraumático”, señala la investigación publicada en The Lancet Psychiatry.

Aunque el estudio no especifica cuál es el vínculo exacto entre el coronavirus y los trastornos mentales, sí señala que sus hallazgos “son de solidez y magnitud suficientes” como para estimar un “exceso de morbilidad psiquiátrica que se anticipa en los sobrevivientes de COVID-19”, por lo que las autoridades de salud pueden adelantar qué servicios deben planificarse.

Sin embargo, Paul J. Harrison, profesor de psiquiatría de la Universidad de Oxford y uno de los autores de la investigación, explicó que los trastornos pueden deberse a efectos propios del SARS-CoV-2, a reacciones secundarias de los medicamentos, a la ansiedad de contraer la enfermedad y las preocupaciones derivadas de la pandemia.