Por qué beber en lata a largo plazo aumenta tu riesgo de Alzheimer y demencia, según un nuevo estudio

¿Sueles beber muchas bebidas enlatadas? Un nuevo estudio encabezado por científicos en Inglaterra sugiere que el aluminio contenido en las latas puede provocar un deterioro grave de la función cognitiva a largo plazo

Bebidas en lata

Crédito: Foto de Rachel Claire en Pexels | Pexels

En general todo producto comestible que venga en lata, nunca será la mejor opción para nuestra salud. No en vano la actual tendencia de salud y nutrición nos invita a seguir una dieta natural e integral basada en plantas, para vivir mejor y prevenir enfermedades. Además es la mejor medida para cuidar al medio ambiente. Lo cierto es que hoy en día el consumo de alimentos procesados y enlatados sigue siendo increíblemente alto ¿Lo peor? Su excesivo consumo se relaciona directamente con un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas. Con base en ello, recientemente mucho se ha hablado sobre los efectos nocivos de los antitranspirantes que contiene el aluminio de las latas, los cuales se ha comprobado ser muy peligrosos para la salud del cerebro a largo plazo.

En los últimos meses el incremento en las enfermedades relacionadas con el funcionamiento cerebral y cognitivo, ha ido a la alta. Con base en ello cada día son más las personas interesadas en descubrir nuevas alternativas de tratamientos, suplementos y hábitos, para disminuir el desarrollo de ciertos tipos de demencia y Alzheimer. Si bien existen grandes recomendaciones dietéticas y de remedios naturales, también es importante hablar sobre aquellas costumbres que es mejor evitar. Tal es el caso específico del alto consumo de bebidas enlatadas. 

Un nuevo estudio llega a reforzar todos los hallazgos sobre las devastadoras consecuencias del aluminio, que de manera inevitable consumimos cuando bebemos de una lata. El principal y más preocupantes es que puede provocar un deterioro grave de la función cognitiva a largo plazo. Así lo sugiere este trabajo de investigación que fue publicado el mes pasado, el Journal of Alzheimer’s Disease y el cual fue realizado por cuatro reconocidos científicos en Inglaterra. El objetivo principal del estudio era comprender cómo la exposición al aluminio podría afectar la predisposición genética de las personas a enfermedades relacionadas con la demencia, como el Alzheimer. Como antecedente el grupo de investigadores tenía previo conocimiento sobre estudios anteriores que habían concluido que el aluminio que se encuentra en los productos cotidianos, como los desodorantes, está asociado con enfermedades neurodegenerativas y formas de demencia, como el Alzheimer.

El estudio se basó en examinar la presencia de aluminio en los cerebros de donantes con antecedentes familiares de Alzheimer. Tras el análisis, los investigadores encontraron que el aluminio estaba presente en las mismas áreas del cerebro que los ovillos de proteínas que aparecen en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer. Como dato al margen cabe mencionar que los ovillos neurofibrilares, son un conglomerado anormal de proteínas compuesto por pequeñas fibrillas entrelazadas dentro de las neuronas y que se presentan en casos de enfermedad de Alzheimer. Dentro de los hallazgos más relevantes el estudio, se encontró que el aluminio en sí podría desempeñar un papel en la formación de los ovillos y las placas que preceden a la aparición de la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, un descubrimiento fascinante surgió a raíz del estudio y es que el aluminio podría no ser exactamente el culpable de causar la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Una posible razón del efecto del aluminio sobre la demencia puede ser que, con la edad, nuestros riñones se vuelven menos capaces de filtrar el aluminio de nuestros cuerpos cuando lo consumimos. Esto podría conducir a la acumulación de aluminio en el cerebro ¿Sorprendido? 

Finalmente cualquiera que sea la razón y teniendo en cuenta la creciente tenencia en el consumo de bebidas gaseosas enlatadas, este estudio llega como una clara invitación para evitar su consumo y pensar dos veces antes sobre el empaque de nuestras bebidas.

Además, no podemos olvidarnos de las graves alteraciones que causa a la salud un constante consumo de refrescos en la dieta. Es considerado como uno de los  principales hábitos cotidianos que acorta la esperanza de vida, finalmente no podemos olvidar que los refrescos están repletos de químicos tóxicos, azúcar y calorías vacías. Su excesiva ingesta es el enemigo más letal para la salud, afectan al sistema cardiovascular, aumentan el riesgo de padecer diabetes, obesidad, reducen la fertilidad, afectan la salud cognitiva, el estado de ánimo y nos vuelven adictos al azúcar ¡Más motivos para olvidarlos por completo!

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