Envían “blobs” al espacio: Experimentan con organismos sin cerebro ni extremidades pero que comen y se mueven, en la EEI

Parece un guión de película de ciencia ficción, pero en realidad se trata de un experimento francés en la Estación Espacial Internacional que próximamente recibirá varios trozos de “blobs”

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Un "blob" en el zoológico de París. Crédito: AFP / Getty Images

En The Blob, una vieja película de ciencia ficción, un organismo de otro planeta parecido a una gelatina gigante, llega a la Tierra y se alimenta de humanos. En la vida real, un organismo terrestre que parece una gelatina, sin cerebro ni extremidades, pero que come, se mueve y aprende, será enviado al espacio. Se trata de “blobs” que próximamente llegarán a la Estación Espacial Internacional (EEI).

Los “blobs” fascinan a la ciencia porque no tienen boca, estómago ni ojos, pero pueden encontrar alimento y digerirlo. Se mueven muy lentamente y en sólo un día pueden duplicar su tamaño. Se calcula que estos organismos aparecieron en la Tierra hace más de 500 millones de años, incluso antes que los animales, pero no pueden catalogarse como tales. Durante mucho tiempo fueron considerados hongos, pero a partir de la década de los 1990 fueron clasificados en la familia de los amebozoos, al igual que las amebas.

El 10 de agosto pasado cuatro fragmentos de “blobs” fueron puestos en órbita para ser entregados al astronauta francés Thomas Pesquet. De acuerdo con AFP, este organismo formado por una masa esponjosa de color amarillo llamada científicamente Physarum polycephalum, no sólo aprende rápido, sino que puede permanecer deshidratado sin morir, en estado de latencia, durante periodos prolongados.

Es precisamente en estado de latencia que los “blobs” han sido puestos en órbita. Pesquet los rehidratará en septiembre en unas placas de Petri con el fin de observar cómo reaccionan en el espacio sideral, a 250 millas de la Tierra, en un ambiente de microgravedad.

El experimento será replicado en 4,500 escuelas francesas, donde los estudiantes recibirán miles de especímenes de “blob” en estado de latencia para rehidratarlos al mismo tiempo que lo haga el astronauta francés. Así será posible comparar el comportamiento de estos organismos en la Tierra contra los que se encuentran en órbita.

Son varias las razones por las que los “blobs” han sorprendido a los científicos. En primera instancia, se sabe que una célula es capaz de dividirse en dos, pero estas criaturas están formadas por una sola célula que puede crecer sin dividirse y, además, tiene varios núcleos, no uno solo. A pesar de su ausencia de cerebro tiene una gran capacidad de aprendizaje y, aunque no tiene boca ni estómago, es capaz de comer y digerir.

Además cuenta con 720 sexos diferentes, es decir que los Physarum polycephalum están lejos de ser binarios, pues entre ellos no hay sólo machos y hembras sino muchos géneros más.


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