Noma, el mejor restaurante del mundo ofreció la cena gratis durante su apertura temporal en NY

El mes pasado, se dio a conocer que Noma, considerado el mejor restaurante del mundo con sede en Copenhague tendría una apertura temporal Nueva York del 16 al 20 de mayo. Los asientos por persona se vendieron en 700 dólares, pero al final, los invitados pudieron disfrutar de la cena gratis.

Noma fue inaugurado en 2003 por el reconocido chef René Redzepi. El restaurante ostenta el título por quinta vez como el restaurante número uno del mundo y tiene tres estrellas Michelin. Ganó el reconocimiento mundial con su cocina escandinava reinventada.

El restaurante ofrecería cenas durante cinco noches en una antigua fábrica de metal en el barrio Dumbo de Brooklyn que se remodelaría para parecerse a la ubicación original del restaurante, con vegetación y un estilo escandinavo. Se ofrecían 50 lugares para cada noche.

La experiencia de comer en Noma, donde normalmente es difícil conseguir una reserva, era ofrecida a los titulares de tarjetas American Express inscritos en el programa Global Dining Access y se ofrecieron exclusivamente a estos miembros de AmEx.

Amex reembolsó el pago a los asistentes a la comida. Los invitados disfrutaron de una buena cena por cuenta de la casa en Noma aunque sin la esperada presencia del chef Redzepi.

Si bien se había anunciado que Redzepi estaría cocinando para los comensales en la apertura temporal de Noma en Brooklyn, el chef no estuvo presente ya que habría dado positivo a Covid-19, según la colaboradora del New York Times, Florence Fabricant, quien asistió a la cena.

Redzepi apareció en un video de bienvenida en donde ofrece disculpas a los invitados por su ausencia.
En la comida habrían participado otros miembros del equipo del equipo de Noma. Amex dijo que el copropietario Peter Kreiner y el chef Thomas Frebel, no habían estado en contacto con Redzepi y se estaban realizando pruebas diariamente.

De acuerdo con Fabricant, en la cena hubo una “sucesión de platos lujosamente decorados con caviar, trufas negras, langosta y cangrejo real, y vinos naturales poco comunes”.

El plato final eran langostas de Maine están cubiertas de pétalos de flores, mientras que el postre incluía yogur con semillas de amapola, cardamomo y manzanilla.

Como obsequio, además de la cena, los comensales recibieron un cuenco pequeño de la ceramista Katrine Binzer.

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