Terrorista de Al Qaeda planeó atentar contra el Metro de Nueva York: cumplió prisión y es arrestado otra vez
Un terrorista que se declaró culpable de complot para atacar el Metro de NYC a nombre de Al Qaeda ya cumplió su condena, pero ahora enfrenta nuevos cargos
Najibullah Zazi al ser interrogado por el FBI en Denver en 2009. Crédito: Ed Andrieski | AP
Najibullah Zazi, un inmigrante afgano que se declaró culpable de complot en 2009 para atacar el Metro de Nueva York afirmando que había sido reclutado por Al Qaeda en Pakistán y luego testificó contra sus amigos, ahora fue nuevamente encarcelado tras enviarles cientos de dólares a prisión, según su abogado.
Zazi fue arrestado originalmente en 2009 por idear un plan con dos compañeros de secundaria en Flushing, Queens. Esa vez se declaró culpable, proporcionó información a las autoridades estadounidenses sobre Al Qaeda y testificó en dos juicios federales. Recibió elogios de la fiscalía por rechazar el extremismo y, finalmente, recibió una sentencia que reflejó su cooperación.
Pero en mayo Zazi, ahora de 40 años, fue arrestado en Carolina del Norte -donde residía- y compareció ante el Tribunal Federal de Distrito en Brooklyn, donde fue acusado de violar las condiciones de su liberación, incluyendo el contacto no autorizado con una organización terrorista.
Thomas Nooter, abogado de Zazi, declaró el sábado que los cargos se basaban en cuatro pagos, por un total de varios cientos de dólares, enviados anónimamente a las cuentas del comisariato de la prisión de sus amigos y antiguos cómplices, Zarein Ahmedzay y Adis Medunjanin, reportó The New York Times.
Los pagos, enviados en marzo, formaban parte de la donación anual de caridad religiosa de Zazi “a los pobres o zakat”, según Nooter. Sin embargo, ahora se acusa a Zazi de comunicarse con “personas u organizaciones afiliadas a organizaciones terroristas extranjeras”.
No está claro cómo la fiscalía descubrió que Zazi era la fuente de los pagos ni si esos fueron los primeros. La magistrada Lara K. Eshkenazi ordenó su detención el 29 de mayo y se declaró “no culpable”. Se encuentra detenido en la Cárcel del Condado Essex en Newark (NJ) y está previsto que regrese a la corte en octubre. Mientras tanto, la fiscalía está examinando “varios gigabytes de datos” de dos teléfonos y una computadora pertenecientes a Zazi, según declaró el fiscal federal Nick Moscow el 9 de septiembre en la corte.
Ya no es ciudadano estadounidense y podría ser deportado dependiendo del resultado de los cargos actuales debido a la gravedad de su condena previa. Zazi se entrenó con operativos de Al Qaeda en Pakistán y su amplia cooperación con las autoridades policiales fue fundamental para los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos.
En su primer juicio proporcionó información sobre las operaciones del grupo y amigos y familiares que, según la fiscalía, condujeron a la imputación de cargos contra otras personas. A cambio fue condenado en 2019 a 10 años de prisión, condena que ya había cumplido para entonces. Un año antes (2018) le quitaron la ciudadanía estadounidense que había obtenido en 2007.
Zazi nació en un pequeño pueblo de Afganistán y emigró a Queens con su familia siendo niño. Su padre era taxista. En 2006 cayó bajo la influencia de un clérigo musulmán extremista y comenzó a viajar regularmente a Pakistán, donde se casó.
En agosto de 2008, según documentos judiciales, voló a Pakistán con Ahmedzay y Medunjanin y se unió a la insurgencia talibán contra Estados Unidos en Afganistán. Juntos, los tres hombres juraron luchar junto a los talibanes y matar a soldados estadounidenses, según documentos judiciales. Según testimonio de Zazi, recibieron entrenamiento con armas e instrucción sobre cómo fabricar y usar explosivos por parte de agentes de Al Qaeda. En otro campamento aprendieron a fabricar bombas con ingredientes como quitaesmalte y peróxido de hidrógeno.
En 2009 Zazi regresó de Pakistán y se mudó a Colorado, donde trabajó como conductor de transporte al aeropuerto y comenzó a comprar productos químicos para bombas, incluso en tiendas de peluquerías. Con el objetivo de perpetrar un atentado cerca del aniversario de los atentados de 9/11, condujo a través del país hasta Nueva York con explosivos en septiembre de 2009.
Los fiscales han dicho que ese complot planteó una de las amenazas más graves para Estados Unidos desde los atentados de 2001. Tras ser detenido en el puente George Washington entre Nueva York y Nueva Jersey, Zazi se puso nervioso al pensar que lo estaban vigilando y abandonó la misión. Tenía razón. Había sido objeto de escrutinio federal ese verano y su viaje por carretera había desatado una frenética actividad entre las autoridades policiales de todo el país.
Voló de regreso a Colorado, donde fue arrestado el 19 de septiembre de 2009 y acusado de falso testimonio. Una semana después, fue acusado de conspiración para detonar explosivos.
Tras su arresto, Zazi testificó contra o denunció a varios otros acusados, entre ellos sus amigos Ahmedzay y Medunjanin, así como a un hombre condenado por planear un atentado con bomba en un centro comercial en Inglaterra y a otro que conspiró para atacar a soldados estadounidenses en Afganistán.
Su testimonio también contribuyó al envío de su propio padre, Mohammed Wali Zazi, a prisión: por intentar proteger a su hijo de los investigadores federales en 2009, fue declarado culpable de obstrucción a la justicia. Lo sentenciaron a cuatro años y medio de prisión en 2012. Luego le retiraron la ciudadanía estadounidense y fue deportado.
Antes de su sentencia en 2019, Zazi escribió una carta al juez Raymond J. Dearie en la que afirmaba haber sido “ingenuo” al creer en una versión corrupta de las enseñanzas islámicas y que las personas “sin educación son el blanco perfecto de los inescrupulosos”.
“Hice todo lo posible por corregir mi terrible error cooperando”, declaró el Zazi antes de su sentencia. “Tengo un conocimiento más profundo de mí mismo y comprendo el verdadero significado del islam”.
El juez Dearie le dijo: “Esta segunda oportunidad, antes impensable, se te ha presentado. Y te la has ganado”. Pero ahora está de nuevo en problemas con la ley. Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.
En un caso similar, en abril de este año Rasheedul Mowla, ciudadano estadounidense de 28 años, se declaró culpable en un tribunal federal de Brooklyn (NYC) de intentar proporcionar apoyo material o recursos al Estado Islámico (ISIS), una organización terrorista extranjera.
En febrero Mansuri Manuchekhri, residente en Brooklyn (NYC) nativo de Tayikistán, fue arrestado bajo cargos de conspirar para apoyar a ISIS y su rama en Asia Central (ISIS-K) al proporcionarles $70,000 dólares a sus seguidores en Turquía y Siria.
En junio del año pasado 8 inmigrantes con presuntos vínculos con ISIS fueron arrestados después de que se llevó a cabo una investigación del FBI, ICE y DHS en Nueva York, Filadelfia y Los Ángeles. En mayo de 2024 Victoria Jacobs, también conocida como Bakhrom Talipov, fue sentenciada a 18 años de prisión después de ser hallada culpable por un jurado en Nueva York de financiar el terrorismo en Siria a través de Bitcoin.
En diciembre de 2023 Karrem Nasr, joven estadounidense residente de Nueva Jersey, fue arrestado en Kenia y traído de vuelta a Nueva York para enfrentar cargos de intento de brindar apoyo material a al-Shabaab, el grupo terrorista con sede en Somalia afiliado a al-Qaeda, organización responsable de los ataques 9/11.