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Trump dice que tiene “la última palabra” sobre su reclamo millonario contra el Departamento de Justicia

El presidente habría solicitado alrededor de $230 millones de dólares en compensación por lo que considera violaciones de sus derechos

Trump dice que tiene “la última palabra” sobre su reclamo millonario contra el Departamento de Justicia

Donald Trump aseguró que no sabía los detalles financieros exactos de los reclamos. Crédito: Manuel Balce Ceneta | AP

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este martes que el gobierno federal le “debe mucho dinero” por las investigaciones que el Departamento de Justicia llevó a cabo en su contra en los últimos años, y afirmó que cualquier pago relacionado con sus reclamos “tendrá que pasar por mi escritorio”.

Las declaraciones, recogidas por The Associated Press, fueron realizadas durante un encuentro con periodistas en la Casa Blanca después de la publicación de un reportaje de The New York Times, según el cual Trump presentó dos reclamaciones administrativas ante el Departamento de Justicia antes de su reelección.

En esos documentos, el presidente habría solicitado alrededor de $230 millones de dólares en compensación por lo que considera violaciones de sus derechos durante las investigaciones federales que enfrentó como ciudadano antes de regresar al poder.

Reclamos por Mar-a-Lago y la trama rusa

De acuerdo con The Associated Press y The New York Times, las reclamaciones se relacionan con dos casos específicos: la búsqueda del FBI en 2022 de su residencia de Mar-a-Lago, donde se hallaron documentos clasificados, y la investigación sobre los presuntos vínculos entre Rusia y su campaña presidencial de 2016.

La primera denuncia, presentada en agosto de 2024 y revisada por AP, acusa al Departamento de Justicia de un “enjuiciamiento malicioso” impulsado —según Trump— por la administración del presidente Joe Biden con el propósito de perjudicar su intento de volver a la Casa Blanca.

El documento sostiene que el proceso judicial lo obligó a gastar decenas de millones de dólares en su defensa legal y afectó su reputación política.

La segunda reclamación se remonta a 2023 y se refiere a la investigación sobre la supuesta interferencia rusa en las elecciones de 2016, que Trump continúa denunciando como una “caza de brujas”.

Ambas quejas fueron presentadas mediante un procedimiento administrativo previo a una posible demanda judicial, con el fin de intentar un acuerdo económico fuera de los tribunales.

“Me estoy demandando a mí mismo”

Durante su conversación con periodistas, Trump reconoció que no sabía los detalles financieros exactos de los reclamos, pero insistió: “Lo único que sé es que me deberían mucho dinero”.

En tono irónico, agregó: “Tengo una demanda que iba muy bien, y cuando asumí la presidencia, dije: ‘Me estoy demandando a mí mismo’. No sé cómo resolverla. Digo que me den X dólares, pero esa decisión tendría que pasar por mi escritorio”.

Según AP, el presidente incluso sugirió que podría donar el dinero o usarlo para pagar un nuevo salón de baile en la Casa Blanca, aunque no aclaró si hablaba en serio.

Un conflicto ético sin precedentes

El caso plantea interrogantes sobre posibles conflictos de interés en el propio Departamento de Justicia, ya que algunos de los actuales altos funcionarios del organismo trabajaron anteriormente como abogados defensores de Trump o de personas de su entorno.

Todd Blanche, quien representó al mandatario en el caso de los documentos clasificados, es ahora fiscal general adjunto, mientras que Stanley Woodward, abogado del exayudante de Trump, Walt Nauta, ocupa el cargo de fiscal general asociado.

Ambos podrían tener autoridad para decidir sobre las reclamaciones de su antiguo cliente.

Un portavoz del Departamento de Justicia citado por The Associated Press declaró que “todos los funcionarios del Departamento siguen las directrices de ética de carrera”, mientras que la Casa Blanca remitió las preguntas a la misma dependencia.

El profesor Bennett L. Gershman, especialista en ética de la Universidad Pace, calificó la situación —en declaraciones a The New York Times— como “tan absurda que parece increíble”, y advirtió que permitir que subordinados de Trump decidan sobre un posible pago al propio presidente representaría “un conflicto ético fundamental”.

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