Fin del cierre del Gobierno: ¿Cómo afecta la crisis de Spirit Airlines en la normalización de los vuelos?
Spirit Airlines enfrenta serias dificultades financieras, afectando tarifas durante la temporada navideña
Spirit Airlines reportó que duda si podrán mantener sus operaciones en los próximos 12 meses. Crédito: AP
Spirit Airlines enfrenta una crisis financiera, con una posible reducción de 11,000 vuelos a nivel nacional esta temporada. a situación de esta aerolínea está presionando los precios de los viajes en EE.UU., aumentando los costos de los boletos en 6% para el fin de semana de Acción de Gracias que está a dos semanas de ocurrir.
Si bien poca gente utiliza Spirit Airlines, la actividad de la compañía aún podría influir en el precio de los viajes para las fiestas navideñas, incluso si se normaliza aceleradamente la actividad aérea nacional tras la reapertura del gobierno. Curiosamente la presencia de esta aerolínea ha tenido una influencia desproporcionada en las tarifas de toda la industria.
Sus precios reducidos han obligado a otras líneas mucho más grandes: American, Delta y United Airlines, a ofrecer precios más accesibles. Esto incluye ofrecer asientos más económicos en la parte trasera de los aviones, a menudo con las mismas condiciones de bajo costo que Spirit.
El problema aeronáutico provocado por Spirit
En este contexto, Spirit no ofrecerá casi 11,000 vuelos para esta temporada navideña en comparación con el año pasado, en un periodo que comienza seis días antes del fin de semana de Acción de Gracias y el domingo siguiente al día de Año Nuevo, según datos de la empresa de análisis de aviación Cirium.
Esta disminución equivale a parar un tercio de la programación de Spirit y no ofrecer casi 2 millones de asientos al pasaje, provocando que los precios de los asientos se eleven un 6% más para Acción de Gracias, en comparación con el año pasado, y 7% para las vacaciones de fin de año, según el sitio de viajes con descuento Going.com.
Spirit enfrenta el mismo problema que otras aerolíneas de bajo costo, no ha podido recuperarse completamente tras las pérdidas sufridas en 2020 a causa de la pandemia. Actualmente enfrenta un segundo proceso de reorganización por bancarrota e incluso informó a sus inversionistas que tiene serias dudas sobre su capacidad para mantenerse operativa en los próximos 12 meses.
Si bien, la aerolínea no cerrará de inmediato, sí ha reducido drásticamente su número de vuelos en un intento desesperado por frenar las pérdidas. Con la falta de vuelos de Spirit las aerolíneas de mayor tamaño ya no enfrentarán la presión de rebajar sus precios al máximo para poder competir y los precios por consecuencia serán más altos.
En agosto, cuando Spirit advirtió por primera vez la posibilidad de cerrar, su director ejecutivo, Dave Davis, dijo a los empleados que la aerolínea seguía siendo “fundamental” para la industria: “Hemos ahorrado a los consumidores cientos de millones de dólares, tanto si vuelan con nosotros como si no”, escribió.
El transporte aéreo tardará en normalizarse
Pero la situación de Spirit no es la única en toda la industria aeronáutica, que busca volver a la normalidad una vez que se normalice el cierre del gobierno, al punto que analistas estiman que las aerolíneas podrían entrar en una crisis que dure varios años.
De hecho en este momento, las aerolíneas deben seguir operando bajo la reducción de emergencia ordenada por la Administración Federal de Aviación (FAA en inglés) para reducir gradualmente la capacidad de vuelo en 40 aeropuertos de todo el país, hasta un 10% que desde el martes se redujo al 6% de los vuelos.
Con esta medida, las aerolíneas deben cancelar los vuelos seleccionadas siete días antes de su salida programada e informar a los pasajeros que no pueden ser fácilmente reprogramados.
“Estas cancelaciones plantean importantes desafíos para una aerolínea, ya que no es fácil cancelar aleatoriamente el 10% de nuestros vuelos cada día y mantener esas cancelaciones”, condenó Eash Sundaram, exdirector digital y de tecnología de JetBlue Airways. “Las aerolíneas deberían considerar el impacto que tendrán las cancelaciones en las próximas dos o tres semanas, y luego proceder a la recuperación”.
Con la normalización de actividades, expertos como el piloto y consultor de aviación Kit Darby cree que las aerolíneas podrían tardar “una o dos semanas” en recuperarse.
“Si no logramos poner fin al cierre esta semana, estaremos llegando al punto en que no nos recuperaremos por completo para el Día de Acción de Gracias”, advirtió. “Creo que si lo hacen esta semana, podremos estar muy cerca de la recuperación total para el Día de Acción de Gracias”.
¿Cuándo vuelven los controladores aéreos y qué harán con sus trabajos?
Otro problema para normalizar las actividades de aeronáutica civil es que, cuando el Gobierno reabra oficialmente, no todos los controladores aéreos se presentarán de inmediato, ya que algunos de los trabajadores esenciales de la FAA que hayan trabajado durante el cierre no recibirán de inmediato sus sueldos retenidos, mientras que otros podrían no regresar al trabajo de inmediato.
La Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo reportó que algunos de sus afiliados han tenido que buscar un segundo empleo y tendrían que esperar hasta que recuperen sus salarios perdidos, hasta que reciban sus pagos pendientes.
Nick Daniels, presidente del sindicato, dijo que los controladores tardaron entre dos y dos meses y medio en recibir todos sus salarios atrasados después del último cierre en 2019.
Para forzar su regreso, el presidente Donald Trump exigió el lunes en Truth Social que todos los controladores aéreos “vuelvan al trabajo, ¡YA!”, y recomendó entregar un bono de $10,000 a los controladores que permanecieron en sus puestos durante el cierre del Gobierno. El secretario de Transporte, Sean Duffy, secundó la propuesta y prometió colaborar con el Congreso para recompensar a los controladores porque hacen “mucho más de lo esperado”.
El déficit de controladores aéreos en el país
Sin embargo, las autoridades estiman que varios controladores aéreos nunca volverán y han preferido jubilarse o buscar empleo en lugares donde no estén sujetos a los cierres gubernamentales y al estrés tan alto que viven en una torre de control.
Duffy declaró a la CNN que antes del cierre del Gobierno, solo cuatro controladores se jubilaban al día y a partir del 1 de octubre esa cifra creció a entre 20 y 25 jubilaciones diarias. A principios de este año, el Departamento de Transporte ofreció bonos para que los controladores próximos a jubilarse permanecieran en sus puestos un periodo adicional de tiempo y así reducir la escasez de personal. El cierre del gobierno tiró esta iniciativa.
“Tendremos que averiguar cuántos renuncian realmente, cuántos se jubilan debido a este cierre y comenzar a evaluar verdaderamente todos los diferentes impactos que tiene el cierre”, dijo Daniels.
Otro problema es que antes del cierre del Gobierno, el sistema nacional de control de tráfico aéreo reportó un déficit de más de 3,000 trabajadores, por lo que el gobierno tiene esfuerzos para “impulsar” las contrataciones este año.
En septiembre, el Departamento de Transporte (DOT, por sus siglas en inglés) anunció que había cumplido sus objetivos de contratación para el año, reclutando a más de 2,000 personas. La academia de controladores aéreos de la FAA en Oklahoma City registró su mayor actividad histórica, de acuerdo con un reporte de la FAA en julio, con entre 800 y 1,000 alumnos más en proceso de formación que en 2024.
Las clases en la academia continuaron durante el cierre, pero ahora los estudiantes dudan si es un trabajo confiable, ante el riesgo de pasar semanas sin cobrar. Como consecuencia, algunos estudiantes abandonaron sus estudios.
El financiamiento para pagar a los aprendices también se está agotando. Los aspirantes a controladores reciben becas y si se retiran, provocarán una mayor deserción.
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