Qué es la harina refinada y qué efectos tiene su consumo habitual en el organismo

La harina refinada se compone principalmente de almidón, lo que incrementa la glucosa en la sangre

Harina refinada

Se recomienda limitar el consumo de harinas refinadas evitar problemas de salud. Crédito: Shutterstock

Es común leer que la ingesta elevada de harinas refinadas puede ser perjudicial para la salud, pero no siempre se explica la razón. Según Vitónica, dicha recomendación se justificaría, entre otras cosas, en que la harina refinada puede incrementar bruscamente la glucosa en la sangre.

Este incremento de la glucosa es perjudicial para quienes quieren perder peso, pero no es el único efecto de la harina refinada en el cuerpo. A continuación, se explorarán los otros, abordando también el proceso detrás de las harinas refinadas.

Cómo se hace la harina refinada

Después de que se cosecha, cada cereal se compone de un grano que se constituye de 3 partes fácilmente diferenciables: salvado, germen y endospermo. El salvado posee la mayor proporción de fibra, el germen tiene proteínas y grasas, y el endospermo aporta principalmente almidón.

A nivel industrial, lo primero que ocurre después de la cosecha es el lavado del grano en una molienda, donde se remueve todo el salvado y gran parte del germen al cereal, dejando al endospermo prácticamente intacto. Con esto se obtendrá una harina conformada por partículas finas de cereal.

Posteriormente, se realiza el blanqueamiento y maduración de la harina a nivel industrial. Esta etapa ocurre durante su almacenamiento, y tiene por objetivo incrementar la calidad del producto final. Es así como la harina termina por ser refinada.

Harina refinada
Se sabe que la harina refinada puede elevar los niveles de glucosa en la sangre. Fuente: Shutterstock

Efectos de la harina refinada en el cuerpo

La molienda remueve todo el salvado (lo que se hace que se venda por separado) y gran parte del germen de grano de cereal. Como resultado, queda un producto bastante rico en almidón y que es fácilmente digerible por el cuerpo. Este es la harina refinada.

El alto grado de procesamiento en la elaboración de las harinas refinadas, y su alto índice glucémico, pueden desembocar en un efecto casi adictivo en el consumidor, lo que lo perjudica, entre otras cosas, en la medida en que la harina refinada no es un alimento saciante.

Por otro lado, las harinas refinadas pueden elevar de manera brusca los niveles de glucosa en la sangre. Dicho incremento fomenta la liberación de insulina, lo que promueve el almacenamiento de grasas en el cuerpo. En este sentido, la harina refinada no ayuda a las personas que deseen adelgazar.

Su consumo regular y en cantidades elevadas ha sido asociado a cambios metabólicos que pueden aumentar el riesgo de sufrir obesidad, diabetes, cardiopatías y otros problemas de salud, por lo que suele recomendarse que se limite o excluya por completo su ingesta.

Hay alternativas a las harinas refinadas a las que puedes recurrir para no exponerte a sus posibles perjuicios. Con ellas no solamente te desentenderás de sus riesgos, sino también enriquecerás tu dieta.

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