Joven cubano y su madre llegaron con $125 y sin hablar inglés, hoy es científico de la NASA a los 25 años
Que bueno cuando la vida compensa el esfuerzo de quien busca un futuro mejor, como el caso de Antonio y su mamá, que tras de llegar de Cuba, vivir en la calle y pasar hambres hoy viven una situación más afortunada
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En ocasiones el éxito es solo la última cáscara que cubre un cúmulo de experiencias duras y difíciles. Al mirarla pareciera que las cosas fueron sencillas para quien lo logra.
Pero en el caso de Antonio Macías Cañizares y su madre Milda, tienen muy grabado todo lo que pasaron para salir adelante. Ellos llegaron a Texas y un familiar los abandonó frente a Caridades Católicas y a partir de ahí comenzaron una dura travesía en busca de un techo y cómo conseguir comida porque contaban solo con $125 dólares.
Antonio y su madre son de Cuba y llegaron a Houston en 2015, en busca de un mejor futuro, aunque en un principio se enfrentaron a problemas muy fuertes, como no tener un lugar donde dormir y poco dinero para comer, publicó Univisión.
“No teníamos hogar, íbamos a la biblioteca a buscar internet para revisar el correo, no teníamos teléfono”, dijo Antonio.
Afortunadamente no pasó mucho tiempo para que el joven cubano encontrara un trabajo que, aunque le dejaba poco dinero, les brindaba lo suficiente para no pasar hambre.
Poco a poco las cosas fueron mejorando y la situación para madre e hijo empezó a cambiar positivamente, porque lograron rentar su propio hogar y Antonio comenzó a aprender el idioma inglés.
Después de haber afrontado un panorama adverso, de no tener nada y de vivir en la calle, el joven hispano comenzó a estudiar con la idea de llegar a la cima para buscar mejores condiciones de vida.
“Me siento muy orgulloso de mí y de mi mamá porque ella siempre me empuja mucho a salir adelante, a que yo sea mejor y sacar esa mejor versión de mi”, dijo Antonio.
El cubano comenzó a estudiar logrando reconocimientos científicos y académicos hasta que se graduó con honores y las más altas condecoraciones de la Universidad de Texas en Austin.
También recibió reconocimientos por parte del gobierno, homenajes como estudiante erudito distinguido y por conseguir lo más altos honores en el área educativa.
Las condecoraciones por hacer investigaciones científicas para la universidad lo pusieron en la mira de la NASA y posteriormente le ofrecieron trabajo. “Cumplí mi sueño de trabajar en la NASA y me la pasé varios días pensando y me hizo sentir muy orgulloso”, dijo el joven.
El siguiente paso de Macías es mudarse a Atlanta para estudiar un doctorado en ciencias aeroespaciales en el Instituto de Tecnología de Georgia, para luego conseguir trabajo en un laboratorio especializado en misiones y optimización de naves espaciales.
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