Reforma migratoria que prepara Congreso daría ciudadanía a máximo 7 millones de indocumentados
Activistas y expertos en asuntos legislativos adelantaron que el proceso de Reconciliación permitiría camino a la naturalización para 'dreamers', gente con Estatus de Protección Temporal, trabajadores agrícolas y empleados de industrias esenciales durante la pandemia de COVID-19
El proyecto migratorio que analizan los demócratas en el Congreso abriría el camino a la ciudadanía a entre cinco y siete millones de inmigrantes indocumentados, debido a los argumentos económicos que los congresistas deben utilizar para aprobar la reforma a través de un proceso de Reconciliación.
Así lo explicó la activista Lia Parada, directora de Abogacía Legislativa de Immigration Hub, sobre el plan demócrata que necesitaría la mayoría mínima en el Senado, sin apoyo de republicanos.
“No estamos (contemplado a los más de 10 millones) de indocumentados, es muy detallado, son los soñadores, los que tienen TPS, los que tienen trabajo de campo… y aquellos quienes trabajaron en industrias esenciales durante la pandemia”, dijo Parada, quien recalcó las limitaciones del proceso de Reconciliación. “Se estima que van a ser entre unos cinco y siete millones de personas”.
Sin embargo, no hay detalles sobre cómo se construirá el proyecto de ley, debido a que hay distintas propuestas en el Congreso, pero ninguna integra a todos los inmigrantes mencionados. En tanto, la Ley de Trabajadores Esenciales considera a ‘dreamers’, gente con TPS y trabajadores agrícolas.
“Normalmente para aprobar leyes se requieren 60 votos… para la reforma migratoria hemos trabajado con los dos partidos para alcanzar los 60 votos, pero en este momento no hay suficientes votos para alcanzar la reforma”, reconoció la experta. “Tenemos esta oportunidad de reconciliación que requiere una mayoría simple”.
Parada formó parte de un panel de expertos en inmigración y procesos legislativos, en el también participaron Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta adjunta de Legislación y Abogacía de UnidosUS; José Alonso Muñoz, gerente nacional de Comunicación de United We Dream, moderados por Vanessa Cárdenas, de America’s Voice.
“En cuanto a todo, hay una cosa preponderante que los votantes quieren ver, soluciones… y en cuanto a inmigración, la legalidad, la ciudadanía es la solución que apoya la mayoría del pueblo norteamericano”, dijo Martínez de Castro.
Los expertos adelantaron que el proceso será complicado y tardará varios meses, ya que a finales de julio e inicios de agosto se conocerá el proyecto económico dividido en dos grandes partes.
Sería en septiembre u octubre cuando se tenga una decisión en el Congreso, luego de que la parlamentaria Elizabeth MacDonough revise el proyecto y determine que no viola la regla Byrd, la cual delimita leyes bajo Reconciliación con impacto en el presupuesto.
“El camino a la ciudadanía sí es posible y nuestra meta es cubrir al mayor número de personas… El proceso que el Congreso que hoy está considerando es inusual y un poco complicado”, adelantó Cárdenas.
A pregunta expresa de este periodista, los expertos reconocieron riesgos en el proceso legislativo, sobre todo si no hay unidad entre demócratas, pero afirmaron tener un plan B que no revelaron para asegurar alguna modificación migratoria que benefie a un número no determinado de indocumentados.
Los demócratas toman como base, entre otros, el análisis económico sobre inmigración del Center for American Progress (CAP) y del Centro de Migración Global de la Universidad de California, Davis (UC Davis), el cual establece cuatro escenarios para la economía estadounidense si se aprueba la ciudadanía a indocumentados.
Considerando la proyección de los activistas, el análisis económico señala que la ciudadanía para trabajadores esenciales, mínimo cinco millones de indocumentados, impulsaría el PIB a $989,000 millones en 10 años y crearía 203,200 nuevos empleos, además del incremento salarial en cinco años sería el mismo que en los escenarios previos, pero en diez años alcanzaría los $11,800 dólares, aunado a que el salario para todos los demás trabajadores estadounidenses aumentaría en $300 dólares anuales.