El drama de Cuomo: sin aliados y ni una casa propia donde vivir ¿Cuál es el futuro del gobernador de Nueva York asediado por denuncias y demandas?
Pasó los últimos 10 años como gobernador y soñando con que lograría otra reelección en 2022 o una proyección a un cargo federal; ahora suma varias investigaciones abiertas y demandas en puerta, abogados por pagar y ni una casa a su nombre
Aunque renunció ayer a la gobernación de Nueva York con efecto a 14 días, Andrew Cuomo aún enfrenta múltiples investigaciones criminales y un posible juicio político que podría impedirle postularse nuevamente para cualquier otro cargo público.
El otrora líder demócrata de 63 años anunció que dejaría el cargo en dos semanas para permitir una transición sin problemas para su sucesora, la vice gobernadora Kathy Hochul, quien hará historia como la primera mujer al frente del gobierno estatal en la historia de Nueva York.
¿Por qué 14 días? Es un período de tiempo más largo que los cinco días que tomó Eliot Spitzer cuando anunció su renuncia a la gobernación en 2008, por otro escándalo sexual, recordó el diario Democrat and Chronicle.
Una fuente cercana a Cuomo comentó: “La única razón por la que está tomando 14 días (para irse) es su necesidad de controlar el proceso tanto como sea posible”.
Luego de disfrutar una alta popularidad potenciada el año pasado durante el confinamiento, que le valió hasta un premio Emmy y especulaciones de un futuro en la Casa Blanca, hoy su horizonte es tan incierto que no está claro dónde vivirá una vez que abandone la residencia oficial en Albany.
No tiene una casa propia y con su arruinada reputación no será fácil que alguien quiera tenerlo como vecino, comentó con ironía el New York Post. Algunos hasta están pidiendo a CNN que despida a su hermano menor, el presentador Chris Cuomo, diciendo que fue su “asesor y cómplice”, sacrificando la ética periodística.
Una fuente no identificada dijo que, tras pasar los últimos 10 años como gobernador y soñando con que lograría otra reelección en 2022 o una proyección a un cargo federal, es probable que ahora Cuomo no tenga idea de a dónde irá; mientras que otro analista sugirió que se tomará unas largas vacaciones para pensar cómo reconstruir su accidentada vida pública y costear su equipo de abogados.
Pero cualquier planificación podría resultar prematura, pues tiene al menos cinco fiscales de distrito, en Manhattan y Albany, así como en los condados Nassau, Westchester y Oswego, investigando las acusaciones contenidas en el informe de acoso sexual emitido el 3 de agosto por su otrora aliada, la procuradora general estatal, Letitia James.
Brittany Commisso (32), una de las 11 mujeres a las que, según el informe, Cuomo acosó, presentó la semana pasada una denuncia en su contra ante la Oficina del Alguacil del condado capitalino, Albany.
James también ha dicho que su oficina todavía está llevando a cabo una investigación criminal sobre si Cuomo abusó de los recursos del gobierno al hacer que los empleados estatales ayudaran a producir y promover su libro “Crisis estadounidense: lecciones de liderazgo de la pandemia COVID-19”, que vendió a Corona Publishing Group por $5,1 millones de dólares.
Sin olvidar que el FBI y la Fiscalía de Brooklyn están investigando a Cuomo y su gobierno por el manejo de las muertes masivas de ancianos durante la crisis del coronavirus, luego de que su entonces asistente principal Melissa DeRosa admitiera a los legisladores demócratas que los funcionarios habían encubierto el número total de fallecidos por COVID-19 en asilos.
“Necesitamos proceder para responsabilizarlo por las muertes en el asilo de ancianos y el trato del libro. Eso no va a desaparecer”, advirtió ayer el asambleísta Ron Kim (D-Queens), uno de los críticos más abiertos del gobernador, aún siendo del mismo partido.
El presidente del Comité Judicial de la Asamblea, Charles Lavine (D-Long Island), también prometió que cualquier artículo de juicio político redactado contra Cuomo “será hermético”.
No estaba claro ayer cómo la renuncia de Cuomo afectaría ese proceso, lo que podría llevar a una sentencia que le impida postularse nuevamente a otro cargo si fuera condenado después de un juicio en el Senado estatal.
De momento, el Grupo de Trabajo sobre Acoso Sexual (The Sexual Harassment Working Group), integrado por ex empleados legislativos, exigió que la Asamblea “continúe con su investigación de juicio político, y el Tribunal de Enjuiciamiento debe condenar a Cuomo y evitar que se postule para un cargo público en el futuro”.
Cuomo cultivó una alta popularidad durante el confinamiento, pero poco a poco le fueron aflorando cuestionamientos: en el otoño se supo que había limitado sus contactos con el gobierno federal para discutir soluciones, en medio de sus peleas con el entonces mandatario Donald Trump, aún siendo NY de lejos el estado más afectado por contagios, muertes y pérdidas económicas.
Su plan era lanzarse otra vez en 2022, apoyado en esa alta popularidad que se desplomó progresivamente este año. Su fallecido padre, Mario Cuomo, también fue gobernador por tres períodos (1983/1994), hasta ser vencido por George Pataki (R) al buscar otra reelección.