Hipertensión: los sustitutos de sal no son tan buenos para la salud cardiovascular

Es bien sabido que un alto consumo de sodio, es uno de los principales factores de riesgo de la hipertensión y diversos problemas cardíacos. En los últimos meses mucho se ha dicho sobre el los sustitutos de sodio, descubre si realmente disminuyen el riesgo de complicaciones

Sal de mesa

El sodio se encuentra oculto en una larga lista de comidas preparadas, rápidas y procesadas.  Crédito: Foto de Artem Beliaikin en Pexels | Pexels

A estas alturas todos sabemos sobre los devastadores efectos del consumo de sal, la forma más común de sodio. Es uno de los aditivos más utilizados en la industria alimentaria, suele agregarse a los alimentos durante su proceso de fabricación, en la comida casera y al centro de la mesa, con el objetivo de potenciar el sabor y prolongar la vida útil de los alimentos. De tal modo que uno de los principales consejos para mejorar la salud cardiovascular es reducir el consumo de sal. Finalmente, no es ningún secreto decir que las dietas ricas en sodio aumentan el riesgo de presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares e infarto miocardio, considerados los principales factores de riesgo de accidente cerebrovascular.

Con base en lo anterior no es ningún secreto decir que cada día son más las personas interesadas en disminuir considerablemente su consumo de sal, si bien evitar los alimentos ultraprocesados y las comidas rápidas es una de las medidas más contundentes. En los últimos meses mucho se ha hablado sobre los beneficios de integrar en la dieta diaria el uso de sustitutos de sal y de hecho surgieron diversos estudios que lo avalan.

Uno de los más relevantes fue un estudio publicado a inicios de septiembre del año en curso, por el New England Journal of Medicine. En este trabajo de investigación se confirmaba que el simple hecho de cambiar de sal de mesa por sustitutos de la sal, puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular en personas mayores de 60 años con antecedentes de presión arterial alta o accidente cerebrovascular previo. La investigación incluyó a casi 21.000 participantes y se llevó a cabo en 600 aldeas en áreas rurales de cinco provincias de China.

Como antecedentes importantes vale la pena mencionar que el 72% de los participantes del estudio, tenían antecedentes de accidente cerebrovascular y el 88% de presión arterial alta. Los participantes recibieron sustitutos de la sal gratis con una formulación de aproximadamente 75% de cloruro de sodio y 25% de cloruro de potasio, como reemplazo de la sal regular y se les recomendó que los usaran para cocinar, condimentar y conservar los alimentos. También se les animó a utilizar el sustituto de la sal con más moderación que antes para maximizar la reducción de sodio.

Se proporcionó suficiente sustituto de la sal para cubrir las necesidades de todo el hogar (alrededor de 20 gramos por persona por día). Los participantes de otros pueblos continuaron con sus hábitos habituales de cocina y alimentación. De acuerdo con las declaraciones del autor principal del estudio, el Dr. Bruce Neal quien es profesor del Instituto George para la Salud Global en Sydney, Australia: “Este estudio proporciona evidencia clara sobre una intervención que podría emprenderse muy rápidamente a un costo muy bajo. Ahora hemos demostrado que es efectiva y estos son los beneficios para China solamente. La sustitución de la sal podría ser utilizada por miles de millones más con beneficios aún mayores.”

Los hallazgos del estudio despertaron los cuestionamientos de expertos en todo el mundo, una de las principales preguntas que surgieron fue si este tipo de dinámica es aplicable en los Estados Unidos y otros países fuera de China. Según las declaraciones de la Dra. Elizabeth Klodas, cardióloga con sede en Minneapolis y fundadora de Step One Foods: “Aunque me gustaría poder decir que sí, es más realista decir que probablemente no es viable replicar este esquema en otros países.” Además, Klodas señaló que, dado que el estudio analizó poblaciones de alto riesgo, es posible que los hallazgos no se traduzcan en otras poblaciones (por ejemplo, personas sin presión arterial alta y sin un accidente cerebrovascular previo). Otro aspecto que no podemos dejar de señalar, es que se trató de un estudio enfocado en un grupo cultural único, con hábitos y patrones dietéticos específicos. Por lo tanto es posible que no se traduzca a otras poblaciones.

Complementario a ello, es necesario mencionar que la mayor barrera para reducir la ingesta de sodio en los Estados Unidos es que gran parte de la ingesta de sal, tristemente no está bajo el control de la mayoría de la población. En las zonas rurales de China, la mayoría de las comidas se cocinan desde cero, por lo que la ingesta de sodio está bajo el control del preparador de alimentos. Sin embargo, los estadounidenses consumen muchos más alimentos procesados ​​y preparados, y muchos de esos productos aportan mucho sodio incluso sin haber tocado el salero.

También, es innegable decir que el sodio se esconde en casi cualquier lado. Por ejemplo: un bagel simple, puede aportar 450 miligramos de sodio, incluso antes de ponerle cualquier ingrediente y que normalmente suelen ser ricos en sal como el salmón ahumado, quesos, embutidos y salsas. Teniendo en cuenta que la ingesta máxima de sodio recomendada es de 2.300 miligramos al día, iniciar el día con una simple pieza de bagel es aproximadamente el 20% de la asignación de sodio de un día completo. De tal modo que los sustitutos de sodio no son de gran ayuda en estos casos y en general en la vida cotidiana, sobre todo teniendo en cuenta el estilo de vida de la sociedad moderna.

Volviendo al estudio, existe otro punto verdaderamente preocupante: el consumo de sal inicial era muy alto, se suponía que era de hasta 20 gramos de sal por persona por día; por lo que el efecto observado podría no traducirse en quienes consumen menos sal para empezar.

Entre las principales conclusiones en las que coinciden varios expertos, podemos decir que en teoría un sustituto de sal podría mejorar el riesgo cardiovascular, sobre todo hablando de sus beneficios para un mayor control de la presión arterial alta. Sin embargo todo tiene un precio: el cloruro de potasio como sustituto es un problema, a medida que envejecemos, nuestra función renal se ralentiza de forma natural. Cabe mencionar que la función renal es un concepto que se mide mediante la tasa de filtración glomerular o TFG, los riñones son el sistema de filtración del cuerpo y por lo tanto el proceso de envejecimiento natural ralentizará la TFG ¿El problema? Integrar potasio directamente en los alimentos como condimento afectará negativamente a los riñones, lo mismo que sucede con la sal.

La solución más sostenible a largo plazo, es apostar por seguir una dieta natural basada en el consumo de alimentos frescos y de temporada. Lo más importante es darse a la tarea de preparar los alimentos en casa. Si bien es evidente que las comidas rápidas, congeladas y ultraprocesadas se deben de evitar a toda costa, es igual de importante dejar de utilizar procesados para cocinar en casa. Y con esto nos referimos a salsas, condimentos, aderezos, enlatados, pan, galletas, y una larga lista de productos que solemos pensar no contienen sodio. Recuerda siempre leer las etiquetas y apostar por el uso de productos reducidos en sodio.

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