El chocolate es uno de los alimentos más dañinos para el medio ambiente

El chocolate es uno de los más grandes y suculentos regalos que nos ha dado el planeta. Sin embargo, debido a la exorbitante demanda a nivel mundial se ha convertido en uno de los alimentos menos ecológicos que existen

Aunque no lo creas se requieren 25 toneladas de cacao para llenar un contenedor de envío. Además, tres cuartas partes del chocolate del mundo se producen en Ghana, Costa de Marfil, Nigeria y Camerún.

Aunque no lo creas se requieren 25 toneladas de cacao para llenar un contenedor de envío. Además, tres cuartas partes del chocolate del mundo se producen en Ghana, Costa de Marfil, Nigeria y Camerún. Crédito: Shutterstock

Sin lugar a dudas el chocolate es uno de los más grandes regalos que nos ha dado el planeta, simplemente es uno de los alimentos favoritos en el mundo. Para ser más precisos el origen de este tesoro terrenal es el cacao, producto ancestral del que se deriva el chocolate y es una de la más grandes creaciones de la Tierra. Por desgracia, existe un dato bastante desafortunado entorno al cultivo del cacao, ya que con el fin de satisfacer la extraordinaria demanda mundial de chocolate, está dañando activamente el medio ambiente que nos lo regaló. El chocolate es, de hecho, uno de los alimentos menos ecológicos que comemos.

La realidad es que nos encontramos en medio de una emergencia climática, que pide a gritos tomar acciones y no es ningún asunto menor. Se cuenta con datos alarmantes en los que se ha comprobado que la actividad humana, ya ha hecho que la temperatura del globo suba a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Los efectos de este cataclísmico aumento de la temperatura asegurarán que los desastres naturales “sin precedentes” de cada año sean superados en el año siguiente. De acuerdo con un reciente informe publicado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas advierte que si no hacemos un cambio inmediato y drástico a gran escala a nivel mundial, perderemos la capacidad de evitar un calentamiento adicional por encima del ya creciente 1,5 °C. Y esto, hará que el planeta sea exponencialmente menos sobrevivible.

Si bien, a estas alturas probablemente este tipo de información no nos sorprende a ninguno. Sí, es posible que a muchos nos resulte bastante traumático saber que el impacto del chocolate en el calentamiento global es lo suficientemente significativo como para mencionarlo. De hecho, de acuerdo con algunas estimaciones, el chocolate se ubica justo por debajo de la carne roja en términos de qué tan mala es su producción para el medio ambiente. Lo cierto es que con esta relevante información, quedan muchas dudas en el aire que por fortuna los expertos se han dedicado a explicar y sobre todo han enfatizado en las medidas que pueden sumar de manera positiva para que el chocolate permanezca al alcance de la mano de manera ética y sostenible.

¿Por qué la producción de chocolate es insostenible?

Lo primero es lo primero, es importante entender por qué la producción de chocolate a nivel mundial se ha convertido en una práctica significativamente insostenible. De acuerdo con declaraciones Tim McCollum, director ejecutivo y fundador de Beyond Good, una empresa que fabrica barras de chocolate de origen único con cacao de Madagascar y Uganda: “La mayor parte del chocolate del mundo es producido por unas pocas empresas importantes, lo que sucede es que en gran medida son incapaces de rastrear el suministro de su cacao.”

Una razón clave por la que no se puede rastrear el cacao comienza con el hecho de que, se requieren 25 toneladas de cacao para llenar un contenedor de envío. Producir tanto requiere los esfuerzos de miles de agricultores, la mayoría de los cuales trabajan para pequeñas granjas en las zonas rurales de África. Como dato curioso al margen: Se sabe que tres cuartas partes del chocolate del mundo se producen en Ghana, Costa de Marfil, Nigeria y Camerún.

Después la enorme cantidad de cacao es luego agrupada por intermediarios, incluidos comerciantes, exportadores y agricultores no afiliados, que están a cargo de administrar su venta y exportación a nivel mundial. Como resultado, hay poca o ninguna documentación sobre el origen de cada una de las 25 toneladas de granos de cacao en cada contenedor. Además, es clave entender que la trazabilidad generalmente requiere pasos como mapeo GPS y monitoreo satelital de las granjas; en una cadena indirecta, en la cual los intermediarios no son responsables de proporcionar ninguno de estos datos o monitorear al comprador final del cacao.

Según McCollum: “Este es un problema para el medio ambiente, porque significa que no hay responsabilidad en lo que respecta al cultivo sostenible de cacao o la prevención de la deforestación.” Incluso las empresas de chocolate más grandes del mundo no pueden decir que su cacao se cultiva de forma sostenible, porque no tienen ni idea. Y, la triste realidad es que gran parte no lo es. La producción de chocolate más sostenible comienza con la trazabilidad, lo que significa romper la estructura actual de la cadena de suministro en la que el cacao pasa por demasiadas manos.

Existe un proyecto que ha tomado un lugar importante, la Iniciativa Cacao y Bosques. La cual busca abordar el tema de la deforestación a través de tres iniciativas clave. Primero, la conservación de los parques nacionales y las tierras boscosas que han sido explotadas por la producción de cacao, así como la restauración de los bosques que han sido degradados por la invasión de las fincas de cacao. También se requiere una intensificación y diversificación sostenibles de los ingresos para aumentar los rendimientos y los medios de vida de los agricultores, y para cultivar más cacao en menos tierra. Ambos cambios ayudarían a reducir la presión sobre los bosques. Y finalmente, la disminución de la deforestación debe incluir la participación y el empoderamiento de las comunidades productoras de cacao. De acuerdo con la Declaración Colectiva de Intenciones de la World Cocoa Foundation, en particular es imperativa la mitigación de los impactos sociales y los riesgos de los cambios en el uso de la tierra en los productores de cacao afectados y sus comunidades.

En África occidental, el cultivo del cacao ha provocado una intensa deforestación; Costa de Marfil, por ejemplo, ha perdido el 80% de sus bosques en las últimas cinco décadas. Eso es muy perjudicial para los animales que alguna vez llamaron hogar a esos árboles, pero también es malo para la humanidad. Finalmente, todos los bosques actúan como sumideros de carbono, lo que significa que absorben carbono de la atmósfera, lo que nos ayuda naturalmente a reducir el calentamiento global.

De tal modo que se trata de un círculo vicioso, a medida que esta agricultura estilo monocultivo insostenible conduce a un mayor calentamiento global, se produce un círculo vicioso: el suministro de chocolate también se pone cada vez más en peligro ¿La razón? El cacao solo puede crecer en una estrecha franja de tierra alrededor del ecuador y las temperaturas más altas y las mayores sequías ya están cambiando y limitando las áreas en las que se cultiva. En otras palabras, si el calentamiento global continúa al ritmo actual, las generaciones futuras pueden perderse el chocolate por completo.

Otro aspecto que vale la pena mencionar, es que varios de los ingredientes más populares que suelen agregarse al chocolate como la leche en polvo, la caña de azúcar refinada y el aceite de palma, resultan muy problemáticos para el medio ambiente. Solo por mencionar algunos aspectos, la leche en polvo es un producto que utiliza prácticas de agricultura animal nocivas para el medio ambiente, y el cultivo de caña de azúcar y aceite de palma también son causas de deforestación masiva. Todo esto sin considerar los costos ambientales de enviar cacao a nivel mundial, más la fabricación del chocolate en sí y el empaquetado del producto final.

Si bien es un tema bastante complejo, este tipo de información es bastante aleccionadora ya que muchos de nosotros no tenemos idea sobre los efectos que traen consigo nuestras golosinas favoritas al medio ambiente. La solución no es del todo sencilla, sin embargo lo principal es que las marcas se den a la tarea de tomar el control de su cadena de suministro para regular mejor las prácticas agrícolas. Esto no es posible (todavía) a gran escala, pero algunas marcas pequeñas lo han logrado. Esto les permite ayudar a los agricultores a cultivar cacao de forma más sostenible. Por parte de los consumidores amantes del chocolate, no nos queda más que ser más conscientes con el tipo de productos que adquirimos y apostar por elegir aquellos que sean provenientes de un contexto sustentable y justo.

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