Alquilar tu ropa: el negocio secundario puede generarte hasta $2,000 mensuales
Pickle promueve la sostenibilidad al facilitar el alquiler de prendas de lujo a bajo costo
El alquiler de ropa es una tendencia que gana popularidad en grandes urbes como Nueva York. Crédito: Shutterstock
En el corazón de Manhattan, Emilie Nasseh es una de cientos de personas en Estados Unidos que ha aprovechado una nueva tendencia que está revolucionando la moda, de manera sostenible: alquilar ropa de lujo y accesorios. A sus 30 años, la joven asegura que puede generar ingresos adicionales por hasta $2,000 mensuales, a través de la app, Pickle.
Pickle es una aplicación para el alquiler de ropa entre particulares, donde los usuarios ponen su ropa en uso para obtener ganancias. También tiene una opción para la venta de ropa y tienen una gran popularidad en grandes urbes, como Nueva York, donde se facilita la logística, gracias al servicio de reparto o los solicitantes acuden en persona por las prendas. Aunque en ciudades menos densas, los costos de envío pueden reducir drásticamente el margen de ganancia.
Entre sus prendas más populares, Nasseh destaca una minicartera de Chanel que se ha alquilado casi todas las semanas durante el último año.
“Me alegra mucho permitir que otras personas usen prendas de mi armario que no han tenido ese lujo. Yo no las uso, así que es una situación en la que todos ganan”, y aseguró que incluso en meses de poco movimiento puede ganar hasta $500.
Además, señala que este trabajo extra le ayuda para cubrir sus necesidades básicas: artículos del hogar o el alquiler. Aunque otros oferentes pueden usar sus ganancias para comprar más ropa con sus ingresos extra y aumentar sus catálogos.
En cuanto a los riesgos, este tipo de plataformas lidia constantemente con daños en las prendas, manchas o robos, principalmente de las prendas de lujo.
La tendencia de la moda efímera entre las generaciones más jóvenes
Nasseh es reflejo de una tendencia popular entre gente joven, Millennials y Generación Z, que usan frecuentemente aplicaciones como Pickle, lanzada en 2022, para alquilar ropa que, y que a diferencia de otras plataformas como Rent the Runway no solicita cobros por suscripción y se abastece de los armarios de los usuarios.
Pickle ofrece actualmente más de 230,000 artículos publicados, de más de 2,000 marcas que van desde la alta gama, como Chanel y Louis Vuitton, o bien, gama media como Realisation Par y House of CB. En este universo, los proveedores más importantes pueden generar en promedio más de $3,000 dólares al mes, según la empresa.
La era de los trabajos secundarios
Además, este tipo de servicios, se une a otras tendencias para el alquiler de bienes: desde Airbnb para alquiler y Turo, para automóviles, actualmente hay un auge en las economías colaborativas, en el que las personas pueden ganar dinero prestando sus pertenencias.
Aunque también podría reflejar la necesidad de las personas por hacerse de una fuente alterna de ingresos, para enfrentar la creciente presión económica por la dificultad que tienen las personas para conseguir un empleo nuevo, principalmente los recién graduados universitarios, así como el aumento en el costo de los productos básicos.
Pero también esta tendencia refleja cómo cada vez más adultos jóvenes han optado por alquilar ropa en lugar de comprar artículos de lujo, de acuerdo con Thomaï Serdari, profesor de marketing de la Universidad de Nueva York.
“Los millennials nos enseñaron a pensar en la economía colaborativa… y ahora la Generación Z está llevándola un paso más allá, porque tiene problemas económicos, un mayor apetito por el consumo de lujo y cree en una mentalidad de emprendedor”, dijo en entrevista con la cadena CNN.
Actualmente, más de una cuarta parte de los adultos en el país tienen trabajos secundarios, y aunque este porcentaje se encuentra en su nivel más bajo desde 2017, según una encuesta de julio de Bank Rate. De este total, la generación Z (34%) e la que realiza la mayor cantidad de trabajos secundarios.
Otra oferente de Pickle es Lauren Baldinger, de 24 años, residente de Nueva York, quien narra que no solo presta sus prendas en la plataforma, sino que también alquila y vende bolsos de cuentas hechos a mano de su negocio propio, llamado Lolo: un bolso negro tiene un precio a la venta de $148 en la aplicación o $20 en alquiler.
Lauren asegura que sus ganancias diarias van de $200 a $300 al día y asegura que incluso compra ropa solo para alquilarla en Pickle. Esto lo ha hecho con un vestido de la marca de lujo italiana Missoni por $2,750 a la venta y $295 en alquiler. Ambos precios, son suficientes para compensar sus gastos.
“Lo veo como un negocio, así que tengo que seguir invirtiendo para que mi armario siga siendo relevante”, dijo.
Testimonios de la evolución de la moda sustentable
Sobre el funcionamiento de Pickle, sus fundadores Julia O’Mara y Brian McMahon, dijeron que esta circulación de ropa ha alimentado la tendencia de evitar el consumo excesivo o recurrir a la moda rápida. “Es ente que quiere lucir algo nuevo, un vestido de lentejuelas precioso, probar marcas de alta gama, pero no pueden permitirse gastar $800. Ahora pueden alquilarlo por $60, dijo O’Mara.
Pensar en la moda sustentable será una tendencia creciente durante la próxima década, afirmó Serdari: “Los consumidores jóvenes se preocupan por la sostenibilidad, pero seguirán buscando un bien preciado“. Y agregó: “La gente quiere tener accesorios o ropa de lujo, ir a restaurantes y eventos de lujo y vivir experiencias de viaje”.
Si bien en estas aplicaciones, las marcas más recurrentes son las de alto precio que se utilizan para eventos específicos (Cult Gaia, House of CB, Missoni), también son prendas que permiten extender su vida útil de una prenda y reducir los gastos de la llamada “moda rápida” (fast fashion).
Por su parte, Jill Lin, usuaria de Pickle y de la plataforma británica de alquiler, By Rotation, afirmó que esta práctica es mucho “más sostenible” porque “desalienta a la gente a comprar ropa que solo usará una vez”. Con este modelo, Lin asegura que como oferente ha ganado más de $42,000 al año en ambas plataformas y destaca que en Pickle sus prendas más populares en alquiler son vestidos que cuestan más de $1,000 y pueden alquilarse por $200 o menos.
Lin es conocida como una de las “power users” de estas apps, generando ganancias importantes por utilizar estas plataformas en tiempo completo.
Mientras que Samantha Mason, de 31 años y residente de Los Ángeles, comentó que renta más prendas de las que vende en Pickle, pero planea expandir su armario y su negocio de alquiler porque la aplicación ofrece “gratificación instantánea” con la posibilidad de alquileres para el mismo día y hasta de última hora y los puede conservar hasta por una semana para algunos eventos, sin tener que pagar el precio completo y para una gran variedad de productos.
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