Dormir poco y mal está vinculado con un alto consumo de bocadillos ricos en carbohidratos, según un nuevo estudio

El sueño es la forma más fiel de curación del cuerpo, por lo tanto no gozar de un descanso reparador y de calidad deteriora la salud y altera el funcionamiento normal del cuerpo. Un nuevo estudio encontró un un vínculo entre no cumplir con las recomendaciones de sueño y comer más carbohidratos relacionados con los bocadillos ricos en azúcar agregada, grasas y cafeína

carbohidratos

De acuerdo con el estudio cerca más del 95% de los participantes consumen al menos un bocadillo al día y más del 50% son alimentos ricos en carbohidratos como los pretzels, papas fritas, gaseosas, pasteles, galletas. Crédito: /Shutterstock

El sueño es la forma de curación del cuerpo, por lo tanto no dormir bien es una de las afecciones que más deteriora la salud. Garantizar un buen descanso no solo nos prepara para un día productivo, interviene en nuestros niveles de energía y en el estado de ánimo. Dormir bien nos hace sentir renovados y relajados, es por ello que es muy importante prestar atención en cualquier tipo de trastorno del sueño que se padezca. Recientemente un nuevo estudio publicado en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, comprobó que las personas que suelen dormir menos de las horas de sueño recomendadas por noche podrían tomar peores decisiones de bocadillos. Además está investigación se presentará el 18 de octubre en la Conferencia y Exposición de Alimentos y Nutrición de 2021.

Dentro de los datos más interesantes sobre este trabajo de investigación, sin lugar a dudas se encuentra la amplitud de la muestra ya que el análisis de los datos contó con información de casi 20.000 adultos estadounidenses. Y mostró un vínculo entre no cumplir con las recomendaciones de sueño y comer más carbohidratos relacionados con los bocadillos, azúcar agregada, grasas y cafeína. Resulta que las categorías de alimentos que no son comidas preferidas, como es el caso de: bocadillos dulces, salados y bebidas no alcohólicas; son las mismas entre los adultos independientemente de los hábitos de sueño. Sin embargo, el estudio demostró que aquellos que duermen menos tienden a comer más calorías de bocadillos en un día en general.

La investigación también reveló lo que parece ser un hábito estadounidense popular que no está influenciado por cuánto dormimos: comer bocadillos por la noche. Es bien sabido que se trata de una de las costumbres que más deterioran la salud, ya que es causa directa de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y diversas afecciones cardiovasculares. De acuerdo con el autor principal del estudio, Christopher Taylor quien es profesor de dietética médica en la Facultad de la Salud y Rehabilitación de la Universidad Estatal de Ohio: “Por la noche, bebemos nuestras calorías y comemos muchos alimentos preparados.”

Lo más preocupante es que al quedarnos despiertos hasta tarde, no solo no dormimos; estamos cumpliendo con todo comportamiento relacionado con la obesidad: falta de actividad física, mayor tiempo frente a la pantalla, malas elecciones de alimentos que se caracterizan por ser comidas preparadas, ultraprocesados y en muchos casos comidas rápidas. A la larga el resultado es fatal, no solo en el ciclo del sueño, toda la salud se deteriora.

Si bien es cierto que cada persona podrá necesitar horas diferentes de descanso, existen parámetros que se deben de cumplir. Según, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño recomiendan que los adultos duerman siete horas o más por noche de forma regular para promover una salud óptima. Dormir menos de lo recomendado está asociado con un mayor riesgo de padecer una serie de problemas de salud, como aumento de peso y obesidad, diabetes, presión arterial alta y enfermedades cardíacas. Además, es una de las principales causas de alteraciones en el estado de ánimo e incrementa el riesgo de padecer estrés, depresión, ansiedad y cambios de humor.

Según las declaraciones de Taylor: “Sabemos que la falta de sueño está relacionada con la obesidad desde una escala más amplia, pero son todos estos pequeños comportamientos los que se basan en cómo se aumenta el riesgo.” Los investigadores analizaron datos de 19,650 adultos estadounidenses entre las edades de 20 y 60 que habían participado de 2007 a 2018 en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición.

¿En qué consistió el estudio? La encuesta recopiló recordatorios dietéticos de 24 horas de cada participante, detallando no solo qué, sino cuándo, se consumieron todos los alimentos, y preguntó a las personas sobre la cantidad promedio de sueño nocturno durante la semana laboral. El equipo de Ohio State dividió a los participantes en aquellos que cumplieron o no cumplieron con las recomendaciones de sueño en función de si informaron dormir siete o más horas o menos de siete horas cada noche.

Utilizando las bases de datos del Departamento de Agricultura de EE. UU., los investigadores calcularon la ingesta de nutrientes relacionada con los bocadillos de los participantes y clasificaron todos los bocadillos en grupos de alimentos. Para mayor precisión, se establecieron tres períodos de horarios de merienda para el análisis: 2:00-11:59 a.m. para la mañana, de 5:59 p.m. por la tarde y de 6 p.m. a 1: 59 a.m. para clasificar la noche. El análisis estadístico mostró que casi todos los participantes, es decir el 95,5% comían al menos un bocadillo al día, y más del 50% de las calorías de los bocadillos entre todos los participantes provenían de dos categorías amplias que incluían gaseosas, bebidas energéticas y papas fritas, pretzels, galletas y pasteles.

En comparación con los participantes que dormían siete o más horas por noche, los que no cumplían con las recomendaciones de sueño tenían más probabilidades de comer un bocadillo por la mañana y menos probabilidades de comer un bocadillo por la tarde. Lo que más llamó la atención es que solían consumir mayores cantidades de bocadillos calóricos y de menor valor nutricional. Aunque hay muchos factores fisiológicos en juego en la relación del sueño con la salud, de acuerdo con los expertos cambiar el comportamiento al evitar la comida nocturna, en particular, podría ayudar a los adultos no solo a cumplir con las pautas de sueño, sino también a mejorar su dieta y calidad de vida. “Cumplir con las recomendaciones de sueño nos ayuda a satisfacer esa necesidad específica de sueño relacionada con nuestra salud, pero también está relacionada con no hacer las cosas que pueden dañar la salud”, dijo Taylor.

Finalmente: cuanto más tiempo estemos despiertos, más oportunidades tendremos de comer. Y lo peor de todo, es que normalmente por la noche todas esas calorías extras provienen de bocadillos dulces y ricos en carbohidratos de alto índice glucémico. Es momento de detener estas conductas, teniendo en cuenta el alarmante incremento en los casos de obesidad, diabetes, hipertensión, ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiacas; además no podemos olvidar que derivado de la pandemia los casos de insomnio aumentaron significativamente. A tal grado que se estima de 1 de cada 3 estadounidenses sufre de alteraciones de sueño. Recuerda que cada vez que tomas esas decisiones de bocadillos nocturnos, estás introduciendo muchas calorías adicionales al organismo que no solo aumentan el riesgo de enfermedades crónicas: te estás perdiendo de la oportunidad de agregar alimentos más saludables e integrales como las frutas, verduras, legumbres, semillas y cereales enteros

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