NYPD pide volver a las oficinas: temor a la violencia agrava más el crimen, creando círculo vicioso en Nueva York
Sólo 8% de los empleados en Manhattan están en la oficina los cinco días a la semana, muy por debajo del 60% estimado hace un año. El crimen y los costos alejan a los trabajadores, pero ello genera más violencia y desempleo
Regresar masivamente a las oficinas ha sido un gran reto en Nueva York, la llamada “capital financiera” del globo: mucha gente se acostumbró a trabajar -y ahorrar- desde casa. Pero al tratarse de una urbe con tantos rascacielos actualmente vacíos, el crimen y la indigencia siguen ganado terreno en las calles y el Metro.
Se ha creado entonces un círculo vicioso: muchos argumentan que la violencia y los costos los han alejado de Nueva York, y con ello se genera más abandono y desempleo, por la menor actividad comercial en zonas mayormente corporativas como Midtown y el Distrito Financiero, donde hoy se observan docenas de locales desocupados.
Para revertir la complicada situación, la gobernadora Kathy Hochul -en año electoral- y el alcalde Eric Adams han instado repetidamente a los neoyorquinos a volver a la oficina, argumentando que el trabajo remoto está perjudicando a las empresas orientadas a los servicios que dependen de un flujo constante de clientes.
Ahora la comisionada policial Keechant Sewell también se ha sumado a ese objetivo, realizando una serie de sesiones virtuales informativas de seguridad con empresas que las han solicitado desde abril, destacó New York Post.
“El alcalde y la comisionada de policía discutirán las prioridades de la ciudad centradas en la seguridad pública, la falta de vivienda y la protección de los miembros de nuestra comunidad y la economía, incluida la respuesta continua al COVID-19 y las iniciativas para alentar a los neoyorquinos a reunirse con sus oficinas y comunidades”, se lee en una invitación reciente a empleados de grandes firmas de contabilidad.
La realidad es que la mayoría de las empresas casi han abandonado la opción de trabajar a tiempo completos en las oficinas y cuando mucho favorecen un modelo híbrido. Actualmente, sólo 8% de los empleados en Manhattan están en la oficina los cinco días a la semana, según una encuesta reciente de “Partnership for New York City” (PFNYC), un grupo empresarial.
A mediados de 2021 la proyección era mucho mayor: una consulta estimó en 60% el regreso a las oficinas para septiembre en NYC, paralelo al comienzo del año escolar. Pero no ello no sucedió. A nivel nacional, Nueva York ha sido una de las ciudades con menor tasa de vuelta al trabajo presencial tras el confinamiento, poniendo a la economía más en riesgo. En paralelo, el desempleo local duplica la media nacional.
Los esfuerzos de algunos líderes de traer a los empleados de vuelta masivamente a NYC tiene obstáculos diarios en las cifras de inseguridad e impunidad. Los ejemplos sobran: el domingo pasado, a plena luz, un hispano empleado de “Goldman Sachs” murió baleado en un ataque al azar dentro de un vagón del Metro, por un pistolero con 19 arrestos previos. Y en febrero, una científica empleada de la ciudad sobrevivió milagrosamente al ser golpeada con un martillo y robada al salir del trabajo.
Un reciente estudio ubicó a Nueva York en un lejano puesto 120 entre las mejores áreas metropolitanas de EE.UU. para vivir en 2022-23, a pesar de ser catalogada “la capital del mundo”, siendo la meca de muchos turistas e inmigrantes y una de las urbes más caras.
NY es el estado que más ha perdido población en todo el país últimamente y con ello bajará su representación en el Capitolio, pues el coronavirus aceleró una tendencia de éxodo que ya venía desde 2016. Sin sorpresa, ante la pandemia y el aumento de las compras por Internet, también la desocupación de locales comerciales y oficinas ha aumentado dramáticamente, en una ciudad llena de rascacielos, la mayoría espacios laborales. En 2018 había 3,830 edificios comerciales en Manhattan y desde entonces la construcción no se ha detenido. Pero ¿quién los ocupará?
Un contundente 84% de los neoyorquinos cree que las condiciones han empeorado en la ciudad desde marzo de 2020, cuando empezó la pandemia, según otro sondeo reciente. La mayoría citó los problemas en el Metro como una de las principales razones del deterioro urbano.