Hombres latinos, incluyendo boricuas, le dieron el voto a Trump en Pennsylvania, confirman líderes demócratas
La concejal de Philadelphia, Quetcy Lozada, y su predecesora, María Quiñones, primera boricua y latina en ese organismo, hablan sobre el voto puertorriqueño
Nueva York – Líderes boricuas demócratas en el estado clave de Pennsylvania confirmaron que los hombres latinos, entre los que se encuentran puertorriqueños, ayudaron al republicano Donald Trump a convertirse en el presidente electo de Estados Unidos.
A juicio de la concejal de Philadelphia, Quetcy Lozada, lo que pesó más en la decisión de esta población fueron las promesas económicas del candidato que enfocó buena parte de su discurso en insistir en la supuesta incapacidad de la Administración Biden- Harris para bajar la inflación y el aumento en el costo de alimentos y otros productos.
“Lo que yo oí siempre del hombre latino es que ellos pensaban que la economía iba a estar mejor bajo una administración de Trump”, dijo Lozada en entrevista con El Diario.
“Si miramos los números y los números no van a mentir, el 64% de los hombres latinos votaron a favor de Trump y el 57% de la mujer latina votó en apoyo a Kamala Harris. Tiene sentido con lo que estábamos oyendo en la calle, de que el hombre latino pensó que la economía iba a estar mejor bajo él, y la mujer latina pensó en los recursos reproductivos y poder tomar decisiones sobre su cuerpo”, continuó la concejal que representa el Distrito 7, mayoritariamente latino.
Lozada destacó, sin embargo, el aumento en la participación electoral de los hispanos en general.
“Para mí lo que es importante es que vimos un aumento en la participación de la comunidad latina que era lo que nosotros estábamos trabajando tan fuerte. Queríamos que la comunidad latina dijera presente”, planteó.
Una encuesta de salida de urna de NBC arrojó que 57% de los hispanos en ese estado favorecieron a la candidata demócrata Kamala Harris versus un 42% al candidato republicano. Sin embargo, en el caso de los hombres latinos, el porcentaje fue de 64 para Trump y 36 para la vicepresidenta. En el caso de las mujeres hispanas, el porcentaje fue de 57% a favor de Harris versus 42% para Trump.
Aunque los datos no especifican etnia, es lógico pensar, que en ese grupo mayoritario de hombres latinos, se encuentran boricuas, ya que los puertorriqueños representan aproximadamente el 60% de la población solamente en Philadelphia. Esa ciudad, la más grande del estado, es la segunda con la mayor cantidad de boricuas en Estados Unidos. A nivel de estado, residen unos 500,000 puertorriqueños de poco más de 1 millón de hispanos, de acuerdo con datos del Censo federal.
NBC forma parte de la red de encuestas de salida de urna National Election Pool (NEP).
Otra encuesta de salida de urna de Edison Research apunta a que Harris ganó 55% del voto de las mujeres en Pennsylvania frente al 43% de Trump. Incluso, Harris, se llevó la mayoría del voto de las mujeres blancas en el estado con un 48% versus el 50% que obtuvo Trump.
A nivel nacional, aunque la candidata demócrata obtuvo aproximadamente el 56% del voto latino frente al 42% de Trump, según la recopilación de encuestas de salida de urna de AS/COA Online; el presidente electo sentó récord con un aumento de hasta 14% en comparación con el 2020.
La evaluación de Edison Research reveló además que 48% de los votantes en Pennsylvania tenía una visión favorable de Trump, comparado con el 47% que dijo lo mismo en encuestas de salida de urna en 2020. Adicional, un 50% dijo que lo ve de manera no favorable comparado con un 52% hace cuatro años.
En la página web de elecciones de Philadelphia (vote.phila.gov), los números hasta la madrugada de ayer ubicaban a Harris con 78.44% del voto versus el 20.08% de Trump.
Mensaje económico de Trump resonó
A María Quiñones, la primera concejal latina y boricua en Philadelphia, el resultado no le sorprende, ya que, entre otras cosas, el latino es “emocional”. “Votamos del corazón…(los hispanos votan pensando) conectaste conmigo o no conectaste conmigo”, resaltó Quiñones, quien sirvió en el Concejo Municipal de Philadelphia desde el 2008 al 2022.
Sin embargo, para la entrevistada lo anterior no significa que necesariamente haya más boricuas a favor de Trump en el estado.
“No, yo creo que los puertorriqueños, tal vez en un 80% (estaban por Kamala); la división está con los venezolanos, dominicanos. Yo tengo amigas dominicanas que me decían, ‘ese es mi presidente’…”, señaló la activista política, quien añadió que es importante reconocer que la comunidad latina no es una monolítica.
Reconoció, sin embargo, que el mensaje “simple” de los republicanos, particularmente en cuanto al asunto económico, resonó en hombres latinos, entre los que se encuentran boricuas.
También mencionó que debates como el aborto y otros derechos reproductivos pudieron haber dirigido a puertorriqueños más conservadores a votar por Trump.
“Yo creo que los boricuas estuvieron donde tenían que estar, excepto fuera de ese núcleo religioso”, reiteró.
Quiñones, quien se describe como “demócrata por afiliación necesaria”, pero independiente al momento de pensar, argumentó que el Partido tiene que articular y enfocar mejor su mensaje dependiendo de la comunidad a la que se dirige si quiere avanzar electoralmente.
Una agenda puertorriqueña con más tiempo
“Yo siempre he estado en favor de que tiene que haber un mensaje venezolano, colombiano; todos venimos con diferente historia, perspectivas, y la campaña tiene que dirigirse a todas esas comunidades de una manera específica, porque ellos se lo merecen como votantes. No sacamos una agenda puertorriqueña hasta lo último; no se le habló al puertorriqueño de lo que estaba ocurriendo en Puerto Rico, la conexión aquí; qué íbamos a hacer con LUMA (Energy)”, planteó la exconcejal.
En ese sentido, indicó que es importante saber diferenciar entre “outreach” (alcance) y “engagement” (compromiso, involucramiento).
“No me sorprende, y como una organizadora de toda su vida, 30 años, es más fácil organizar a través de odio y preocupaciones que organizar con una visión y valores comunes. Los republicanos tienen una disciplina de decir, ‘no los necesitamos todos; necesitamos un porcentaje, y nos vamos a enfocar en eso nada más’. Los demócratas, no. Nosotros, no solamente no tenemos disciplina, no sabemos articular y conversar; ellos hacen ‘outreach’, no ‘engagement’”, abundó la también excandidata a la alcaldía de Philadephia.
El engagement, continuó, requiere mucho más tiempo y esfuerzo para poder escuchar a la gente y presentarle los hechos.
“Outeach es, ‘el martes hay que votar, todo el mundo salga’, dos semanas antes de la elección. El engagement es, hay una elección cada seis meses, ve y escucha al pueblo para ver qué le preocupa”, contrastó.
En cuanto al tema de la economía, por ejemplo, los demócratas debieron ser más claros y específicos, consideró.
“La economía siempre ha sido un tema que es importante para los latinos, porque nosotros no estamos aquí porque queremos; estamos aquí por razones económicas no importa de qué parte de la Latinoamérica o el Caribe tú vienes. Tú estás aquí por una situación económica. Nosotros en EE.UU. tenemos una economía que, considerando los problemas del mundo, COVID y todo, está muy buena, pero no lo explicamos…Explícale a la gente, y eso es lo que falta en el engagement. Es una conversación continua con el elector de cómo se siente y ‘vamos a darte los hechos’”, continuó Quiñones.
“Los demócratas explicamos tanto y tanto que perdemos a la gente”, puntualizó.
El impacto de las elecciones en Puerto Rico
Por otro lado, Quiñones cree que las elecciones en Puerto Rico también impactaron la intención de voto en estados como Pennsylvania.
“Si tú te identificas como penepé (del Partido Nuevo Progresista) en Puerto Rico; Jenniffer (González) está con Trump…te dio otra razón si estás buscando justificación. Los evangélicos, los que no creen en el aborto; teníamos curas en la iglesia católica diciendo que no podíamos votar por alguien que estaba a favor del aborto”, analizó.
González ganó este martes la posición a la gobernación de Puerto Rico en las elecciones generales.
“Es culpa de nosotros (el Partido), porque, cuando él (Joe Biden) se lanzó cuatro años atrás y la escogió a ella, él dijo públicamente que iba a ser un término, ‘y voy a transicionar’. En algún momento el cambió su mente y el partido lo dejó…No fue la culpa de ella, es culpa del Partido por no decirle a él que ese no era el acuerdo que hicimos. No es un asunto de echar culpas, pero vamos a reconocer que Biden dijo públicamente que era un término y una transición”, sostuvo Quiñones, conocida por sus posturas críticas.
“Independientemente de esas discusiones que se dan en el interior del Partido, debería haber un enfoque desde mucho antes de las elecciones de movilizarse con ciertas comunidades, aunque no se haya decidido un candidato, ¿o no?”, indagó este rotativo.
“Por eso es que yo hablo del engagement. Eres de un partido, y conversas con tu base cada seis meses y hay elecciones, pues entonces tienes una idea de dónde está la gente”, replicó.
En esa línea, planteó que los electores molestos que “no votan por algo sino en contra” está creciendo, otro ángulo que deben evaluar los demócratas.
“Estamos viendo que esa base está creciendo, de gente enojada…Ellos saben; la estadística está ahí 18, 20 meses antes, y están ahí ahora”, resaltó.
Quiñones también planteó que algunos sectores como el de los afroamericanos no deberían estar “echando culpa” a los latinos por el triunfo de Trump.
“En Pennsylvania, quieren echarles la culpa a los latinos, y el porcentaje de simpatizantes de Trump aumentó. Pero todos esos números, si toda esa gente (hispana) votara por Harris, nunca va a llegar a (los números de votos) de las mujeres blancas que no votaron por ella”, aseguró.
Harris hizo todo lo posible por llegar al electorado latino
Lozada, quien ocupa la posición que antes correspondió a Quiñones, compartió la opinión de que Harris y su campaña hicieron todo a su alcance para avanzar en la carrera electoral.
“Estuvimos de puerta a puerta. Habíamos recibido información de que 3,000 papeletas fueron rechazadas en Philadelphia. El equipo mío y otros voluntarios estuvimos en la calle, básicamente, tocándole las puertas a esas personas dejándole saber que su papeleta necesitaba atención y cuáles eran sus opciones. Muchas personas pudieron hacer lo que tenían que hacer para responder…También fuimos a diferentes centros de recreación, escuelas; continuamos hablando con la comunidad sobre lo que venía en las próximas elecciones y por qué la participación de la comunidad latina eran tan importante”, comentó.
“Siempre vamos a decir que podríamos hacer un poquito más, especialmente cuando estamos en esta posición que no se ganó la campaña. No podemos sentarnos aquí a decir que debimos haber hecho x. Estamos aquí…Tenemos que recordar que esta candidata tuvo 107 días para poder prepararse. Entonces, Trump siempre fue el candidato; el tuvo más tiempo. Ella no tuvo ese lujo de haber estado en campaña por más de un año. Ella sí estuvo haciendo campaña para el presidente Biden…como candidata para hablar con el pueblo de cuáles eran sus planes, ella tuvo 100 días”, comparó.
“Para una candidata recibir todo el apoyo que recibió en 107 días nos dice algo. Y aunque no terminó como nosotros queríamos, yo creo que ella hizo muy buen trabajo”, insistió al tiempo que subrayó que un entusiasmo mayor fue evidente cuando Biden le pasó el batón a Harris.
También reconoció que, aparte del económico, temas como el aborto pudieron haberle pasado factura a Harris.
“Para nosotros, el conectar a la comunidad con el mensaje, con la candidata, al principio fue difícil, porque muchos de nosotros venimos de una base de fe. Entonces, cómo conectar al pueblo con el mensaje de que el tema de la salud de la mujer no simplemente tenía que ver con el término de una vida…Cómo hacer que ese mensaje llegara a la comunidad y explicarle que el asunto de derechos reproductivos es una cosa que va mucho más allá de una cosa solamente”, relató la demócrata, cuyo padre ha sido diácono por más de dos décadas.
Lozada, quien trabajó mano a mano con la campaña de Harris en Pennsylvania, particularmente al final de la jornada, cree que a partir de ahora es importante que los demócratas le presten mayor atención a condados y ciudades de amplia presencia latina más allá de Philadelphia.
“Tenemos mucho trabajo que hacer en los condados; en Erie, en Allentown, en Bethlehem, en Lancaster, en Reading, en Hazleton. Yo creo que tenemos mucho que hacer ahí ayudando a esa comunidad latina puertorriqueña, migrante, a educarse mejor en el proceso electoral y cómo impacta su vida diariamente. La gente tiene que entender que el voto tiene poder, pero también consecuencias”, enumeró.
La concejal añadió que el trabajo de conectar los temas del candidato con las necesidades y retos que enfrentan a diario miembros de comunidades como la boricua debe ser esencial en los esfuerzos.
Impacto de comentarios de comediante en mitin de Trump sobre Puerto Rico
Ambas líderes demócratas coincidieron en que los comentarios despectivos sobre la isla por parte del comediante Tony Hinchcliffe desde un mitin de Trump en Nueva York a una semana de las elecciones pudieron tener algún efecto, principalmente entre los votantes indecisos.
“Eso fue tomado aquí en Philadelphia como una ofensa bastante seria. Yo creo que motivó a algunas personas indecisas a votar por la candidata Harris simplemente porque se sintieron ofendidos”, describió Lozada.
“Ese comentario ofensivo hizo que aquellas personas que originalmente se iban a quedar en su casa, salieran”, añadió.
Para Quiñones, el debate le dio una herramienta adicional a la campaña de Harris para movilizar un poco más a la comunidad.
“Se utilizó para movilizar públicamente mejor…A nosotros nos gusta el alboroto, y no hay alboroto; así que ese comentario le dio la oportunidad a la campaña a crear alboroto donde no había alboroto, porque así nosotros respondemos”, señaló.
Sin embargo, afirmó que boricuas pudieron haber dicho en redes y en la prensa que votarían por Harris tras el insulto sin tener necesariamente esa intención.
“Yo nunca le hago mucho caso a eso”, dijo. Agregó: “La gente no es totalmente transparente y honesta; no hubo suficiente alboroto para sentirse incluidos…”.
A juicio de la exconcejal, la mayoría de los boricuas para la fecha en que inició la controversia, el 27 de octubre, estaban decididos por quién votarían.
Desde un evento en el Madison Square Garden, Hinchcliffe dijo que Puerto Rico era “una isla flotante de basura”, lo que desató un repudio general que incluyó a líderes republicanos.
La campaña de Trump se distanció de las expresiones, pero el entonces candidato no se disculpó públicamente con los puertorriqueños.
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