Crisis política en Nueva York: piden a gobernadora destituir al alcalde tras “pacto” pro deportaciones con Trump

Ha aumentado la presión sobre la gobernadora Kathy Hochul para que invoque la ley y destituya al alcalde de NYC por su supuesto pacto con Trump

La gobernadora de NY, Kathy Hochul, y el alcalde de NYC, Eric Adams, en diciembre de 2022.

La gobernadora de NY, Kathy Hochul, y el alcalde de NYC, Eric Adams, en diciembre de 2022. Crédito: NY Governor Office

Arreció la crisis de confianza en el alcalde Eric Adams de NYC esta semana por el anuncio de que sus cargos penales habían sido suspendidos por una supuesta orden del mandatario Donald Trump a cambio de apoyar su plan de deportaciones.

En respuesta, líderes cívicos y funcionarios electos han aumentado la presión sobre la gobernadora Kathy Hochul para que invoque su autoridad y lo destituya de su cargo. Esa opción ya había estado sobre la mesa desde septiembre, cuando el demócrata Adams convirtió en el primer alcalde de NYC en ejercicio en ser acusado en una investigación federal, bajo cargos de soborno, entre otros.

“Muchos quieren que Hochul obligue a Adams a dejar el cargo. Ella no tiene prisa. Aunque la gobernadora tiene el poder de iniciar un proceso de destitución contra el alcalde, hacerlo pondría a prueba la historia, el tiempo y sus propias preferencias”, comentó ayer The New York Times.

El lunes, la orden del Departamento de Justicia (DOJ) de retirar los cargos no eximió a Adams de irregularidades. El jueves el republicano Trump negó estar detrás de la movida emitida por Emil Bove, fiscal general adjunto interino del DOJ y ex abogado personal del mandatario en el caso penal donde fue condenado en un juicio por falsificar registros comerciales.

En el ínterin, en una conferencia de prensa no relacionada con el caso, el martes se le preguntó repetidamente a la gobernadora demócrata Hochul si Adams estaba comprometido ahora con el gobierno de Trump y si se podía confiar en él para que tomara decisiones que priorizaran los intereses de los neoyorquinos. “Realmente no lo sé”, respondió, y agregó que el alcalde necesitaba tomar medidas para “asegurarse de que la gente tenga confianza” en él. Además reiteró que no lo destituiría porque anular la voluntad de los votantes que lo enviaron al Ayuntamiento “no parece algo muy democrático”.

Pero las presiones no han cedido. Los críticos en Nueva York y Washington argumentan que la medida extraordinaria de destitución se había vuelto necesaria después de que la fiscal Danielle Sassoon que supervisaba en NYC el caso federal de corrupción contra Adams dijera el jueves que el alcalde y el DOJ habían llegado a un acuerdo corrupto para protegerlo de un mayor procesamiento.

La fiscal renunció en lugar de ratificar el acuerdo y otros funcionarios del DOJ en Washington también dimitieron en protesta. Sassoon dijo que estaba “segura” de que Adams había cometido los crímenes que se le imputan, destacó Associated Press.

A las pocas horas de que Sassoon renunciara, Adams anunció que firmaría una orden que permitiría a los oficiales federales de inmigración ingresar al complejo Rikers Island, la cárcel más grande de la ciudad de Nueva York. Y el jueves el alcalde se reunió en Nueva York con el llamado zar fronterizo de Trump, Thomas Homan, mientras el gobierno republicano busca deportar a personas acusadas de delitos. Adams no habló con los reporteros tras la reunión a puerta cerrada.

Después de que Sassoon renunciara, el asunto fue reasignado a John Keller, el jefe interino de la Sección de Integridad Pública (PIN) del DOJ, quien luego también se negó a desestimar el caso y dimitió. PIN supervisa los casos que involucran soborno a funcionarios públicos.

En total, siete fiscales renunciaron esta semana. Incluso uno de ellos, Hagan Scotten, envió una carta mordaz a Bove argumentando que sólo un “tonto” o un “cobarde” aceptaría firmar la desestimación del caso contra Adams, citó ABC News. Al final, ayer el DOJ presentó una moción para avanzar en el sobreseimiento formal de los cargos.

Tensiones entre la Casa Blanca y la gobernación de Nueva York

Desde su triunfo electoral en noviembre, el alcalde de Nueva York se ha acercado al polémico mandatario. Tanto Adams como Trump -quien ha sido uno de los pocos que han salido en su defensa- han dicho que los cargos federales surgieron por haber cuestionado las políticas migratoria del entonces presidente Joe Biden, un tema que según muchos analistas a la larga inclinó la balanza hacia el reciente avasallante triunfo electoral republicano.

El alcalde ha insistido en que fue víctima de la Casa Blanca por haber cuestionado las políticas migratoria de Biden. El inicio del juicio contra Adams, un demócrata que antes fue republicano y se rumora podría volver a serlo, había sido fijado para el próximo 21 de abril.

Trump había dicho en diciembre que él y Adams fueron “perseguidos” por los fiscales del gobierno de Biden y que consideraría indultarlo. El caso formal de cinco cargos acusó a Adams de aceptar por años regalos de viajes de lujo a cambio, entre otras cosas, de persuadir al Departamento de Bomberos (FDNY) para que aprobara la apertura del nuevo consulado de Turquía en Manhattan a pesar de las persistentes preocupaciones de seguridad de los inspectores.

La gobernadora Hochul ha calificado las acusaciones del supuesto pacto entre Trump y Adams de “extremadamente preocupantes y graves” y al parecer está solicitando opiniones de poderosos compañeros demócratas y de sus asesores.

“Pero cinco personas familiarizadas con el pensamiento de la gobernadora dijeron que Hochul favorecía un camino deliberativo. Según las personas, que no estaban autorizadas a hablar públicamente de su posición, ella aún no había llegado a la conclusión de que Adams representaba el tipo de amenaza urgente para la gobernanza de la ciudad que justificara una intervención que pudiera desencadenar consecuencias prácticas, legales y políticas de gran alcance”, escribió The New York Times.

Adams y sus defensores podrían impugnar cualquier acción de la gobernadora en los tribunales, o al menos exigir el derecho a defenderse contra un procedimiento de destitución. Una medida de Hochul también enfurecería casi con certeza al gobierno de Trump en un momento en que ella está tratando de persuadir al mandatario de que no deshaga el polémico programa de tarifas por congestión, que lleva funcionando un mes. Trump lo ha calificado de “realmente horrible” y “destructivo para Nueva York”.

Y hay más tensiones entre la Casa Blanca y la gobernación de Nueva York. El miércoles Pam Bondi, la nueva fiscal general de Estados Unidos nombrada por Trump, aprovechó su primera conferencia de prensa oficial para anunciar que demandará al estado Nueva York, así como a la gobernadora Hochul, la fiscal general estatal Letitia James y Marc Schroeder, el comisionado del Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) del estado, alegando que sus políticas limitan la cooperación con las autoridades federales de inmigración.

Hochul y Trump tenían previsto almorzar juntos en la Casa Blanca el pasado jueves, pero luego ella pospuso la reunión para la próxima semana, cuando estará en la capital para la conferencia de la Asociación Nacional de Gobernadores (NGA). El momento de la decisión de cancelar su viaje a Washington DC, luego de que Bondi hiciera el anuncio sorpresa el miércoles poco después de las 5 p.m., sugiere que podría ser una respuesta de Hochul a la demanda del DOJ.

Tormenta de críticas contra el alcalde

Sobre el “perdón” a Adams, las críticas han sido fuertes. “Tendrá que demostrar a los neoyorquinos que todavía tiene la capacidad de comportarse como un funcionario electo de forma independiente”, dijo el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.

El líder adjunto de la mayoría del Senado estatal, Mike Gianaris, piensa que el alcalde debería renunciar y, si no lo hace, la gobernadora debería destituirlo. “Lo último que quiere la gente de Nueva York es que nuestra ciudad se convierta en un anexo de la administración Trump, pero eso es exactamente lo que está sucediendo”, afirmó. “Eric Adams está claramente comprometido y ya no puede ser considerado el líder legítimo de nuestra ciudad. Debe renunciar o ser destituido”.

“Éste es un pacto hecho con el diablo para tratar de revertir las antiguas leyes y políticas de santuario de nuestra ciudad, políticas que permiten a todos los neoyorquinos vivir libremente y al mismo tiempo mejoran la seguridad pública de todos”, dijo Murad Awawdeh, director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC), en un comunicado.

“Eric Adams no tiene integridad”, sentenció Awawdeh. “Simplemente se hizo cómplice de la administración Trump que lleva a cabo el proceso de detención y deportación a cambio de una promesa del Departamento de Justicia de eliminar los cinco cargos federales de corrupción que pesan contra él”.

Adams asumió el cargo el 1 de enero de 2022. La crisis migratoria ha marcado su gestión, en medio de una batalla política nacional entre demócratas y republicanos. Y por otras causas su entorno ha sido notoriamente sacudido en los últimos meses.

Las casas de cinco altos funcionarios de su gobierno fueron allanadas por las autoridades federales el 4 de septiembre de 2024. Desde entonces renunciaron el Comisionado de NYPD Edward Cabán -el primer hispano en ocupar ese cargo en la historia-, el canciller escolar David Banks, los vicealcaldes Philip Banks y Sheena Wright, y el Comisionado de Salud, Dr. Ashwin Vasan, cada uno expresando su propia razón. Ninguno de ellos ha sido acusado de ningún delito.

A principios de noviembre renunció la novia de Adams, Tracey Collins, funcionaria del Departamento de Educación de la ciudad. Igualmente ese mes se abrió una investigación penal sobre un comité de acción política formado para apoyar a Adams por el reverendo Alfred Cockfield II, un pastor de Queens que en 1998 se había declarado culpable de traficar cocaína.

En diciembre hubo acusaciones federales por supuesto soborno que llevaron a la salida de la principal asesora del alcalde, Ingrid Lewis Martin. También poco antes de la navidad renunció el jefe policial (NYPD) Jeffrey Maddrey, bajo alegatos de acoso sexual a una subordinada. En enero el FBI allanó su hogar en Queens y otros lugares vinculados a él.

Aunque el alcalde ha insistido en su inocencia, dos aliados suyos han admitido responsabilidad en el caso. El mes pasado un magnate inmobiliario de Brooklyn, Erden Arkan, se declaró culpable de conspiración, admitiendo que trabajó con un funcionario del gobierno turco para canalizar contribuciones ilegales de campaña a Adams en 2021.

Luego, a fines de la semana pasada trascendió que Mohamed Bahi, ex asistente del alcalde que se desempeñó como enlace principal del Ayuntamiento con la comunidad musulmana, planea declararse culpable de un cargo de conspiración en el caso de corrupción.

La última vez que Nueva York vivió un sismo político fue en el verano de 2021, cuando el poderoso gobernador (D) Andrew Cuomo fue forzado a renunciar bajo acusaciones de acoso sexual, siendo sustituido por Hochul, su entonces vicegobernadora, quien pasó a ser la primera mujer en la historia en liderar el poder ejecutivo estatal. Durante esa crisis 59% pidió la salida de Cuomo en un sondeo. En octubre pasado, 69% opinaba que Adams debía dejar el cargo.

Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.

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